Si no esperase nada
no habría decepción,
pero espero que agites tus manos
y me digas adiós mientras me alejo
con frío,
por la delgada línea de hierro.
Me decepciono
cuando me abandonas
bajo el edredón
y vuelves a dormir.
Mi tren arranca
y se baten las manos sin rostro
que no son las tuyas
no habría decepción,
pero espero que agites tus manos
y me digas adiós mientras me alejo
con frío,
por la delgada línea de hierro.
Me decepciono
cuando me abandonas
bajo el edredón
y vuelves a dormir.
Mi tren arranca
y se baten las manos sin rostro
que no son las tuyas
que no conozco.
Texto y fotografía: María Jesús Silva
Efectivamente, Mª Jesús, entre el sueño y la realidad existe todo. Cada vez más afilada.
ResponderEliminarUn abrazo.
La decepción forma parte de las relaciones. Esperar algo de un alguien es, hoy por hoy, demasiado. Luego están aquellos de los que nada se espera y te sorprenden. Cómo es el mundo, cada vez más plano y extraño. Menos mal que existen geografías por habitar que están deseando ser parte de nuestro paisaje.
ResponderEliminarBuen poema para un día blanco y frío, Ada.
Un beso.
El frío trasciende las palabras para llegar los labios.
ResponderEliminarTan solo un gesto, una mirada, y todo podría haber sido diferente.
Muy Ada, este mordisco polar.
Bxs
muy triste, muy triste me parece el poema, un abandono en toda regla, el peor de los abandonos, el cercano, el cotidiano, ese en el que las manos pierden el rostro, por que no se reconoce a quien se dice adiós, se ha convertido el ser más cercano en el extraño más próximo... muy bueno, me gusta cómo escribes
ResponderEliminarun beso, agarrándote la cintura y contra la pared
tejoloko
muy bello ada, y la foto me guta, llega, transmite, un abrazo.
ResponderEliminarEsperar tiene esas cosas, que salen poemas y sueños que se estrellan contra la realidad.
ResponderEliminarUn abrazo Mª Jesús
Muy Ada este poema. Tras una decepción surge la herida, el abatimiento. Después debieran venir nuevas esperanzas, nuevas ilusiones. Por suerte, hay muchos trenes que coger, muchos destinos, otras manos que esperen el regreso.
ResponderEliminarMuy poema de invierno. Los mejores viajes se hacen en primavera.
Un abrazo de mos desde la orilla.