Morir no es fácil. Sin embargo llega un momento en el que la muerte deja de asustarte. Lo que da miedo es volver a la esperanza, ese pellizco de celulosa y oro que nos mantiene en el camino. Pero nadie hace fotos del camino. Sólo hay fotos de la cima, sonrientes y felices de llegar, sonriendo con el bisturí en la mirada seccionando amenazas. Deseo esa anchura en la que el dolor se diluye entre los dientes blancos y la garganta se esponja, en la que se espera la muerte, seguros de su llegada, como quien espera la lluvia en noviembre
MARIA JESÚS SILVA

Pues como en los viajes, la vida no deja de ser otro viaje con un destino seguro, lo importante es el camino.
ResponderEliminarY ya lo dijo el poeta, se hace camino al andar. Las cimas son solo para la foto de recuerdo, nadie se queda a vivir mucho tiempo allí.
Hay que atreverse a tener esperanza; y a la muerte ni temerla ni desearla.
Me gusta mucho que publiques tus textos, Ada.
Un abrazo,