Lo único que recuerdo es que, cuando terminamos, mi padre parecía menos triste y mi madre estaba tan orgullosa de mí como si me hubiesen dado un premio en el colegio. Aunque el premio, para mí, fue este retrato que el fotógrafo nos hizo al lado de las colmenas. Es el último del álbum y el último también que conservo de Olleros: ese montón de colmenas llenas de hombres anónimos, como mis padres, que sigue inmóvil en mi memoria, pero del que yo ya me estaba yendo.
Como la nieve.
JULIO LLAMAZARES
De su libro Escenas de cine mudo (Seix Barral, 1994)
Imagen extraída de la red
1 comentario :
Uno de los mejores libros de cuentos que han pasado por mis ojos.
Su huella será imborrable por mucha nieve que caiga.
xxxxxbxsxxxxx
(atenta a La casa encendida, hay plan)
Publicar un comentario