Jack Kerouac (Lowell, Massachussets, 1922 – St. Petersburg, Florida, 1969),
escritor de estilo inconfundible, logró fama como novelista y poeta.
Nacido en una familia francocanadiense, en los primeros años de su niñez sólo
se expresaba en francés. Se enroló en la marina mercante antes de interesarse
por la filosofía zen y convertirse en uno de los líderes de la Beat Generation.
Sus novelas En el camino (1957) y Los vagabundos del Drama (1958)
fueron traducidas a muchos idiomas.
Otros títulos de su narrativa: Los subterráneos (1958),
Ángeles de desolación (1958), Big Sur (1962),
La vanidad de los Duluoz (1968), Tristesse (1969).
En poesía, destaca Mexico City Blues (1959).
Un texto en prosa:
LOS ORÍGENES DEL GOZO EN POESÍA
La nueva poesía norteamericana en tanto que tipificada por el
Renacimiento de San Francisco (lo que quiere decir Ginberg, yo,
Rexroth, Ferlinghetti, Mc Clure, Corso, Gary Snyder, Philip Lamantia,
Philip Whalen, supongo) es una especie de nueva-vieja poesía lunática
zen, escrita tal y como entra en la cabeza según va viniendo; poesía
que regresa a su origen, al niño bardo, auténticamente ORAL como dijo
Ferling, en vez de grises palabrerías académicas. Poesía & prosa
hace largo tiempo que han caído en las falsas manos de lo falso.
Estos nuevos poetas puros se confiesan públicamente por el
simple placer de confesarse. Son NIÑOS. También son homeros infantiles
de barba gris cantando en la calle. CANTAN, VACILAN.
Esto es diametralmente opuesto al fogonazo de Eliot, el cual notifica tan
tristemente sus reglas negativas terribles como el acusativo correlativo,
etc., lo que es precisamente un enorme estreñimiento y, en definitiva,
castración del puro impulso masculino a cantar libremente. A pesar de
las secas reglas que estableció, su poesía es sublime en sí misma.
Podría decir montones de cosas más pero no tengo tiempo ni ganas.
Pero la de San Francisco es la poesía de una nueva Locura Santa como
la de tiempos pasados (Li Po, Hanshan, Tom O Bedlam, Kit Smart,
Blake) aunque también tenga esa disciplina mental tipificada por el
haiku (Basho, Buson), es decir, la disciplina de señalar las cosas
directa, pura, concretamente, sin abstracciones ni explicaciones,
wham wham el auténtico canto triste del hombre.
JACK KEROUAC
Texto incluido en el libro Poemas dispersos (Visor; Madrid, 1980).
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