MOMENTO DE PARAR
...exterminando, en el más mínimo tiempo, el legado de centenares de milenios de evolución vulcanológica y geológica...
CÉSAR MANRIQUE
I
Tengo el secreto: sólo consiste en detenerse. En las épocas de parálisis, el secreto era la rapidez. Pero no parecen darse cuenta de que, en esta era de aceleración incontrolada, el secreto es la lentitud. Para hacer sitio a la leche, tendremos que irnos deshaciendo de un poco de cálculo diferencial. Será probablemente el artista de la ausencia quien nos adelante un par de claves viables para la felicidad.
II
Si uno deja de pedalear, la bicicleta se cae, argumentan los defensores de este demencial “modelo de desarrollo” (que desde luego no se desplazan en bicicleta sino en automóvil). De manera que adelante, gritan, aunque la bicicleta está acercándose rápidamente al despeñadero. Pero, si uno deja de pedalear, ¿siempre se cae la bicicleta? ¿No habéis disfrutado nunca de la habilidad del acróbata, quieto sobre su bicicleta o monociclo encima de la cuerda floja? .
JORGE RIECHMANN (Madrid, 1962), Conversaciones entre alquimistas, Tusquets, Barcelona, 2007, 126 págs.
Imagen: Momento de parar (prestada de gladysdeanso.com.ar)
2 comentarios :
Hay que parar de vez en cuando. Concentrarse, oír los latidos de nuestro corazón, la respiración del otro, el murmullo del viento, el eco de nuestro interior donde están agazapados nuestros anhelos.
Un abrazo, Ada
Hacer un alto en el camino es necesario en algunos momentos de nuestra vida. Pero ¡OJO! hay que tomar la medida exacta del alto. Pararse lo suficiente para analizar sin dejar la bicicleta caer.
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