Falsarius Chef
Editorial: Compañía Oriental de laTinta
EL AUTOR:
"Un día nublado, carencias afectivas varias, tu periódico agotado en el quiosco, toda la ropa sucia o por planchar, la persiana del salón descolgada y el ascensor fuera de servicio. Te da un arrebato y, hasta las narices de los sandwiches de pavo con lechuga, quieres zamparte unas reconfortantes lentejas. Pero no las dejaste en remojo el día anterior, no tienes tiempo, son difíciles de hacer... Que no cunda el pánico. Falsarius Chef te soluciona el problema con dos cositas de las que seguro tienes en la nevera y na insospechada y fácil receta que volverá a sorprenderte. En media hora estarás, cuchara sopera en ristre, tan a gusto en la mesa..."
EL EDITOR:
No se sabe mucho de Falsarius Chef. Por lo visto hace años hizo un meritoriaje en El Bulli pero tuvo que dejarlo por un enojoso asunto con unos cubiertos de plata. "No los robaba —declararía entonces— los estaba deconstruyendo". También fue invitado a abandonar Arzak cuando prestaba allí sus servicios porque se comía el jamón del relleno de las croquetas y Juan Mari se cabreaba. "Le ponen mucho" —aseguran que dijo con esa artística sensibilidad que ya apuntaba en él. Tras estos primeros contratiempos, fue durante una temporada reponedor en un supermercado, lo que le familiarizó con el mundo de las conservas y los congelados a los que es tan afecto y en los que descubrió un sinfín de posibilidades gastronómicas. De allí surgió la idea de las "gambas con gabardina sin gamba" que fue seguramente su primera creación de repercusión internacional. Nos pareció un visionario de la nueva cocina y decidimos publicarle el libro. De adelanto por los derechos de autor nos pidió un jamón. Curiosamente de pata negra, no de lata.
Para dudas, consultas, más recetas, insultos o imprecaciones varias visita el blog de Falsarius:
1 comentario :
Lo he oído a veces por la radio. En la Cadena Ser. Y me río con él, pero nunca me comería sus recetas y es que soy de platos frescos, poco elaborados y muy poco de latas o platos preparados.
Cuando de joven vivía sola y no tenía tiempo de cocinar entre semana, comía ensaladas, queso, fruta y frutos secos, estaba delgada como una línea y fuerte como un roble. ¡Qué tiempos aquellos!
Un abrazo, Ada.
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