URRE AROA
SEIS POETAS DE
TIERRA NABA
Alfredo Rodríguez
Editorial: Los papeles
del sitio 2013
El
poeta Alfredo Rodríguez (Pamplona, 1969) nos presenta un nuevo libro: URRE AROA
SEIS POETAS DE TIERRA NABA. Es un libro apócrifo, que ve la luz a través de
unos heterónimos ocultos en el desván de la memoria, situada en los siglos XV y
XVI, en el reino de Navarra.
Tierra de oro,
ven a mí, maravilla
de las
maravillas, que a tus encantos
tan difícil
resulta sustraerse
Alfredo
Rodríguez nos muestra a seis poetas que saca del olvido a través de su pluma. Desempolva
sus vidas y nos muestra los versos contenidos entre el fuego de Hestia. Nos
habla del amor, de la guerra, de muerte, del dolor.
¿A DÓNDE te
retiras, Amor, para morir?
fanales he
colocado en las torres
de mil puertos,
para que mi nave en esta noche
reconozcas.
Ocupar el espacio
del enemigo. Al
negro piélago iré a expulsarlo.
Poemas
topográficos, amplificados, escalonados, suspendido todo en imágenes épicas,
líricas, dramáticas. Hay en estos poemas un tono de nostalgia, una alegría de
la tierra Naba, un amor oculto, desdichado, consumado. Hay una angustia, una fidelidad,
una pérdida y el adiós. Un mundo interior se vuelca en estos versos sosegados,
mansos donde se invoca y se encuentra ‘Ella’, la poesía.
De
los seis poetas de la tierra Naba, me quedo con INAXIO DE HUVILZIETA
(1480-1546), miembro de una notable y significativa familia sefardí refugiada
en Navarra tras la expulsión de los judíos de Castilla y Aragón.
A las puertas de
Sefarad, el perro
que bebe sangre
maldita que mana
del cuello de la
Bestia.
Encrespadas
laderas y colinas
divisa, a las
puertas de Sefarad.
De la tierra
bañada por su sangre
nació la vid del
sol
en su bello
amanecer y su ocaso.
***
No queda de mí
nada
Y aun por tres
veces quemaron mis restos,
de la soldada de
los mercenarios
quisieron
conminarme a renunciar.
¿Quién recuerda
aquellos años
en que allá
donde hallaba
el buen pasto
levantaba mi yurta?
Ah, vieja
condena de la memoria,
su adarve del
castillo
que nunca
volvería a trasponer,
lejanas
llamaradas
de azufre en el
ritual de la cosecha,
Kabbalah que al
fin me abre
los secretos del
universo, Amor.
Realidad
desmaterializada soy,
escultor que
resigue con cincel
las líneas
dibujadas,
de largo exilio
viajero ilustrado
me piden que
regrese a los infiernos.
Y hoy cura mi
recuerdo
igual que puede
matar.
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