Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto, esas extrañas
cosas. Las llamaban por allí, virtudes o espíritus. Pero, en
verdad eran la producción de seres tristes, casi inmóviles,
que nunca se salían de su lugar.
Estancias al parecer, del otro mundo, y casi eternas,
porque el viento y la lluvia las lavaban y abrillantaban, cada
vez más. Era de ver aquellas nieves, aquellas cremas,
aquellos hongos purísimos... Esos rocíos, esos huevos,
esos espejos.
Escultura, o pintura, o escritura, nunca vista, pero, fácilmente
descifrable.
Al entreleerla, venía todo el ayer, y se hacía evidente
el porvenir.
Los poetas mayores están allá, donde yo digo.
MAROSA di GIORGIO
De su libro "Clavel y tenebrario"
1 comentario :
Los poetas están donde se conjuran las tristezas... y la belleza. En el cruce de caminos de la incertidumbre. Donde lloran los melancólicos y vomitan los solitarios.
Está en el alma de las leyendas y en el sombrero de los magos debajo del conejo.
Cuídate mucho, poeta, y háblanos pronto de todos esos proyectos que se están cociendo.
Un abrazo.
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