marzo 24, 2010

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ



Se entró mi corazón en esta nada...

Se entró mi corazón en esta nada,
como aquel pajarillo, que, volando
de los niños, se entró, ciego y temblando,
en la sombría sala abandonada.

De cuando en cuando intenta una escapada
a lo infinito, que lo está engañando
por su ilusión; duda, y se va, piando,
del vidrio a la mentira iluminada.

Pero tropieza contra el bajo cielo,
una vez y otra vez, y por la sala
deja, pegada y rota, la cabeza...

En un rincón se cae, al fin, sin vuelo
ahogándose de sangre, fría el ala,
palpitando de anhelo y de torpeza.



JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

1 comentario :

Tesa Medina dijo...

Qué triste es este poema y la imagen...

Cuando era pequeña me sentía como un gorrión, adoro a estos pajarillos que viven tan cerca del hombre pero casi pasan desapercibidos, me sentía un gorrión como el que canta Serrat...

"Es menuda como el viento,
y tiene el pelo marrón
y un aíre entre tierno y triste
como un gorrión..."

Un abrazo, Ada