El filósofo Arthur Schopenhauer (Danzig, Gdansk, 1788 – Fráncfort de Meno, 1860)
no necesita palabras de presentación.
Su principal obra es El mundo como voluntad y representación.
Un fragmento:
Una compasión sin límites hacia todos los seres vivientes es la prenda más firme y
segura de la conducta moral. Esto no exige ninguna casuística. Puede estarse seguro
de que quien esté lleno de ella no ofenderá a nadie, no usurpará los derechos de
nadie, no hará daño a nadie; antes al contrario, será indulgente con cada uno,
perdonará a cada uno, socorrerá a todos en la medida de sus fuerzas, y todas sus
acciones llevarán el sello de la justicia y del amor a los hombres. Inténtese decir una vez:
“Este hombre es virtuoso, pero no conoce la compasión”, o bien: “Es un hombre injusto
y malvado, pero es muy compasivo”, y entonces saltará a la vista la contradicción.
No todo el mundo tiene los mismos gustos; pero no conozco plegaria más hermosa
que aquella con que terminan todas las obras antiguas del teatro indio -como
antaño terminaban las comedias inglesas con estas palabras: “Por el rey”-.
He aquí cuál es su sentido:
“Puedan permanecer libres de dolores todos los seres vivientes”.
ARTHUR SCHOPENHAUER
Fragmento del libro El amor, las mujeres y la muerte (Biblioteca Edad; Madrid, 1984).
2 comentarios :
Interesante reflexión sobre la compasión ésta de Schopenhauer.
Es probable, muy probable, que siguiendo tal teoría y recomendación, el mundo iría por otros derroteros.
Un abrazo de Mos desde su orilla.
Dicen que los niños son crueles por naturalez, no lo creo, jamás dejé que mis hijos lo fueran, siempre intenté que ejercitaran la compasión y el respeto.
Creo que si añadimos el respeto a la compasión es imposible que hagamos daño a otros seres vivos.
un abrazo, Ada
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