"Hubo un tiempo en que yo rechazaba a mi prójimo si su religión no era la mía. Ahora mi corazón se ha convertido en el receptáculo de todas las formas: pradera de las gacelas y claustro de monjes cristianos, templo de ídolos y Kaaba de los peregrinos, tablas de la ley y pliegos del Corán. Porque profeso la religión del amor y voy a donde quiera que vaya su cabalgadura, pues el amor es mi credo y mi fe."
Ibn'Arabi (1165-1240)
Inscrito en el muro a la entrada de una tetería de Córdoba.
1 comentario :
¡Cómo me gusta Cordoba! pero en invierno, que en verano se momifican hasta las lagartijas.
Si enseñaran estos versos en los colegios y los niños aprendieran a interiorizarlo y ponerlo en práctica cuanto dolor inútil se ahorrarían las generaciones futuras.
Ni patria, ni dioses ni fronteras...amor.
Muchos besos, Ada.
Publicar un comentario