Mirar los días como si estuviéramos fuera de ellos,
detrás de los cristales de una grandísima ventana. ¿Es así como ocurre la vida?
¿A través de pantallas protectoras transparentes? La sombra de nosotros reflejados
delata un tiempo de abrazos, el vago recuerdo del beso entre los labios
chocando ensalivados y tibios, recorriendo otros días. Y nos acostamos en una
cama cansados, como quien regresa de un trabajo, tranquilos, para aproximarnos
de nuevo a lo real.
MARÍA JESÚS SILVA
1 comentario :
A veces tenemos que alejarnos de nosotros mismos, darnos un rodeo, ajustar el reflejo de lo que somos para entender que la vida no se entiende se vive como se puede. A saltos, a trompicones, detrás y delante de las ventanas.
Estaría bien poder descansar de nosotros mismo un rato.
Un abrazo, Mária.
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