tu nombre era alegría
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-Ha venido al salir. Jamás lo he visto grande, sino alto... Me cogió la mano y yo lo seguí por todas las partes del mundo.
Tenía el pelo bermejo, los ojos azules (cuando el azul es líquido), el mediodía de las campanas que se responden sonriendo,
y el hormigueo de los astros encima de la cabeza.
Los Macaroni son esos seres vastos, elementales, que mueren lejos de las colinas, sin dejar de caminar hacia ellas. (...)
Perteneciente a Antología, Armand Gatti (Demipage; Madrid, 2009)
Traducción: Francisco Javier Irazoki.
Imagen: mabulle.com
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