julio 27, 2012



He estado contando hojas secas.
En qué punto exacto
todo se deslinda, desaparece
en el tornado que cruje las casas
y los hombres,
que impulsa contra la acequia
las promesas.

No quiero acordarme de la mujer que enloqueció.

MARÍA JESÚS SILVA
Fotografía: María Quintana Silva

julio 24, 2012


Soñar es la actividad estética mas antigua.
Jorge Luis Borges

julio 20, 2012

julio 18, 2012



APUNTES DE FUEGO

Durante los meses tristes, centelleó mi vida sólo cuando hice el amor contigo.
Como la luciérnaga se enciende y se apaga, se enciende y se apaga- a medias
puede uno seguir su camino
en la noche oscura del olivar.

Durante los meses tristes, estaba el alma desesperada y sin vida
pero el cuerpo caminó directo hacia ti.
El cielo de la noche rugió.
Sigilosamente ordeñábamos cosmos y sobrevivimos.

Tomas Tranströmer, Premio Nobel de Literatura 2011

Fotografía: María Jesús Silva

julio 13, 2012

HE LEÍDO

El verano sin hombres
SIRI HUSTVEDT
Editorial Anagrama

La escritora, conocida en sus orígenes como “la esposa de Paul Auster”, nos introduce en una historia de corte feminista. Una mujer enloquece cuando, tras treinta años de matrimonio, su marido decide tomarse una ‘pausa’. La pausa es mucho más joven que ella, con buenas tetas y francesa. Cuando Boris Izcovich dijo la palabra «pausa», Mia Fredricksen, de cincuenta y cinco años, enloqueció. Porque lo que deseaba su marido era una pausa en su matrimonio. La locura de Mia no es más que una breve psicosis y pronto sale de la clínica psiquiátrica donde es ingresada. Ese verano regresa a Bonden, la ciudad de su infancia, donde aún vive su madre en una residencia para ancianas activas e independientes. Mia alquila una casa, se relaciona con sus vecinos, una joven recién casada con dos niños y un marido que le despierta sospechas de maltrato, y visita a su madre y a su grupo de amigas. Recupera los recuerdos de su infancia, y descubre algunos secretos de la femineidad de otras generaciones. También dirige un taller de poesía con un grupo de estudiantes.

Durante el proceso de curación Mia toma distancia de su drama, se rodea de personajes exclusivamente femeninos, sólo Boris se mezcla, aunque siempre ausente. La autora teoriza sobre la ciencia, los trastornos nerviosos, sobre las diferencias entre hombre y mujer desde las sexuales hasta las biológicas. La novela se narra en primera persona como si fuera un diario y se van insertando poemas, cartas, dibujos, correos electrónicos, teorías, que en muchos momentos parecen un ensayo y habla sobre la relación con la muerte, sobre el sexo y el erotismo, sobre filosofía, poesía, amor. Hay muchas referencias a obras literarias y cinematográficas.

Siri Hustevedt dice: «… mi literatura siempre indagará en la búsqueda de qué nos hace ser cómo somos. Por eso me interesa la biología, porque es una de las piezas que nos constituyen. En parte somos como somos por culpa de algo biológico, además de por otras muchas cosas».

Un fragmento:

Voy a escribirme en otro sitio, pensé, reinventaré la historia desde otra perspectiva: yo estoy mejor sin él. ¿Alguna vez hizo alguna tarea de la casa que no fuera lavar los platos? ¿Acaso no tenía la costumbre de apagarte como si fueras una radio? ¿No te interrumpía innumerables veces cuando estabas en mitad de una frase como si fueses un ser invisible, una doña Nadie, un fantasma sentado a la mesa? Además, ¿”no sigues siendo guapa”, como dice mi madre? ¿No soy todavía capaz de grandes cosas? (…)

La doctora S. me habló del pensamiento mágico. Tenía razón. No podemos hacer que nuestro mundo se rija según nuestros deseos. Mucho de lo que nos pasa depende del azar, de cosas que escapan a nuestro control, depende de otros.

julio 11, 2012

Anoche soñé que había vuelto a Manderley...

julio 08, 2012

Si las cosas hablaran
pero si hablaran, también podrían mentir.
Sobre todo las más corrientes y poco apreciadas,
para llamar finalmente la atención.

Wislawa Szymborska

julio 06, 2012

Bienaventurado el hombre (Salmo 1)

Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido ni
asiste a sus mítines
ni se sienta a la mesa con los gánsters
ni con los Generales en el Consejo de Guerra
Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano
ni delata a su compañero de colegio
Bienaventurado el hombre que no lee los anuncios comerciales
ni escucha sus radios
ni cree en sus slogans

Será
como un árbol plantado junto a una fuente.

ERNESTO CARDENAL

julio 03, 2012

EL LECTOR

TODA la noche la pasé leyendo,
sentado, leyendo en un libro
de páginas oscuras.

Era otoño y las estrellas caídas
cubrían las formas encogidas
inclinadas a la luz de la luna.

No había lámpara mientras leía,
y una voz susurraba:
< Todo regresa al frío,

incluso el almizcleño moscatel,
los melones, las peras rojizas
del jardín sin hojas.>

Las páginas oscuras no sufrieron huella
excepto el trazo de estrellas ardientes
en el cielo helado.

WALLACE STEVENS