mayo 27, 2013




Te dejé tantas veces como tú me abandonaste. Te has ido de puntillas, con tus cosas, con tu mirada indescifrable, con esa sonrisa hecha de orgullos y de lamento, de simulacros, de lluvia norte. La parte enredada la llevas entre las manos para sujetar la desconexión lógica, lo terriblemente perfecto, para mantenerte cuerdo en ese viaje subterráneo, para agarrar la hélice loca del barco helado.

MARÍA JESÚS SILVA

mayo 24, 2013

HE LEÍDO



Polvo en el neón
Carlos Castán
Fotografías de Dominique Leyva
Tropo editores, 2012

Carlos Castán nos lleva junto a las imágenes del fotógrafo Dominique Leyva, por una narración que tiene dos viajes respecto al mismo protagonista (Quinn). Por un lado viaja a cobrar la herencia que le deja una tía lejana, y por otro, dentro de ese mismo viaje físico se desarrolla el viaje interior, el que analiza la vida mientras recorre esos lugares y en ese trayecto que cruza la ruta 66. Esa ruta y las diferentes paradas en los moteles le pone delante sus pasiones, sus naufragios, sus miedos y sus anhelos. Los sonidos, los vacíos, lo que hay que destruir y lo que hay que rescatar. Carlos Castán nos vuelve a reencontrar con la imagen de la soledad, de las soledades, del amor y los desamores que nos acompañan allá donde estemos, donde viajemos.


Se mezcla perfectamente el mundo de las fotografías de Dominique Leyva que construyen las imágenes físicas de esa ruta ‘interior’, una narración transversal donde una se diluye con la otra. En el argumento están los personajes de los que las fotografías carecen y en las fotografías las luces, las sombras, los planos que el argumento contiene. Narración=Fotografía.

Personalmente es un libro que me ha llevado muy lejos poniendo de manifiesto los demonios que siempre acompañan. Un libro que me ha recordado el fondo de los mundos, las imágenes de Carver, en esa frase de la página 59, ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? seco, duro, despiadado, lleno de silencios que gritan de una forma ensordecedora y rebosante de ese sentimiento que es el centro de la vida.


Un fragmento

Parecían claras las cosas al principio, buscar moteles sucios, arrancarse la ropa, decirse las palabras que despiertan al monstruo. Y habría sido perfecto si no fuese por el puto amor que todo lo acaba ensuciando de ternura y envuelve a los amantes en la añoranza de una luz más triste y una tarde vacía en la que recordar la vida o dormirse viendo la televisión enredados en el sofá, la manta de ganchillo tapándolos como una red, con un café olvidado sobre el mantel y revistas ya leídas por todas partes. El amor siempre requiere poner sobre la mesa la idea de futuro. Y el deseo lo pudre tan pronto como puede, y pide a cambio flores, masajes en la espalda, reclama paseos con las manos unidas por calles y vergeles, y toda esa confusión de proyectos, facturas y violines. (…)

Pensó que probablemente lo que de verdad le gustaba en esta vida era irse, y que todo es banal y pequeño al lado del que se va.

mayo 22, 2013

María Victoria Reyzábal, Madrid 1944, dice: "Escribir poesía es un dolor, un placer y una obligación. Lo que la poesía trasmite con las mínimas palabras no puede llevarlo a cabo ningún otro género. (...) La escritura poética exige capacidad de observación y de reflexión, interiorización de experiencias propias o ajenas esenciales, sensibilidad estética, dominio de la lengua... y, básicamente, honestidad ante el mundo y la propia escritura. Ser leal a uno mismo, a su sentir, a su decir, a su manera de expresarlo sin caer en las tentaciones degradantes de lo fácil o lo meramente comercial."

nunca estoy magnolia...

nunca estoy magnolia
ni colibrí
nunca estoy alborada
ni frutal
pero sí
he sido ciprés
he sido piedra pómez
he sido autonavaja
he sido deslenguaje
entre la multitudrebaño
nunca he estado líder
ni militar
ni monja
pero sí
soy barbitúrico
insomnio
rebelión indomable
soy poesía dislocada
muñeca rota
verbocasandra.

María Victoria Reyzábal
Antología Sharon Keefe Ugalde, 2007 En Voz Alta. Poesía Hiperión

mayo 20, 2013


Louise Glück

Poeta norteamericana nacida en  Nueva York en 1943. Es una de las figuras relevantes de la poesía contemporánea norteamericana. Ha recibido numerosos premios, entre los que se destacan el Premio Pulitzer 1993 por  "Iris salvaje".  Actualmente ocupa la cátedra de Literatura en la Universidad de Yale.


Dos poemas 


Nieve de primavera

Mira el cielo nocturno:
en mí poseo dos personas, dos clases de poder.

Estoy aquí contigo, en la ventana,
observando tu reacción. Ayer
la luna se alzó sobre la tierra mojada del jardín.
Hoy la tierra brilla igual que la luna,
como materia muerta, encostrada de luz.

Ahora puedes ya cerrar los ojos.
He escuchado tus llantos, también
los llantos anteriores a los tuyos,
y he sido sensible a sus demandas.
Te mostré lo que querías:
no la convicción sino el sometimiento
a la autoridad, que descansa en la violencia.


 
De "Iris salvaje"
Versión de Eduardo Chirinos


El iris salvaje

Al final del sufrimiento
me esperaba una puerta.

Escúchame bien: lo que llamas muerte
lo recuerdo.

Allá arriba, ruidos, ramas de un pino vacilante.
Y luego nada. El débil sol
temblando sobre la seca superficie.

Terrible sobrevivir
como conciencia,
sepultada en tierra oscura.

Luego todo se acaba: aquello que temías,
ser un alma y no poder hablar,
termina abruptamente. La tierra rígida
se inclina un poco, y lo que tomé por aves
se hunde como flechas en bajos arbustos.

Tú que no recuerdas
el paso de otro mundo, te digo
podría volver a hablar: lo que vuelve
del olvido vuelve
para encontrar una voz:
del centro de mi vida brotó
un fresco manantial, sombras azules
y profundas en celeste aguamarina.

De "Iris salvaje"
Versión de Eduardo Chirinos

mayo 16, 2013

HE LEÍDO


Video-objeto nº1: Metáfora en busca del lenguaje único & El luto de los colores



El grupo OXÍMORON, formado por Marian Raméntol, Jaume Vendrell y Cesc Fortuny i Fabre, nos presenta un nuevo trabajo, Video-objeto nº1: Metáfora en busca del lenguaje único & El luto de los colores. Todo contrastes, donde la poesía, la pintura y la música confluyen de un modo extraordinario y nos sorprende, nos atrapa Un conjuro donde acude la palabra, la imagen y el silencio. Una nébeda que hipnotiza y nos llena de imágenes cargadas de luz, de oscuridad. Lo viscoso se mezcla con lo fluido. Lo dulce y lo ácido se vuelve leche en la garganta y los ojos se abren, a la vez que los oídos se despliegan en dos tímpanos que vibran mientras las palabras lamen las manos retorcidas, transparentes, y se abren los dientes con un arrullo de ‘OM’. Ecos sosegados, secos, arqueados de misterio, crean el desconcierto que oprime y el corazón estalla con esta pócima maravillosa. Sonidos que curan y nos vierte en los cuencos del Himalaya repletos de vida. Crótalos nepalíes por donde escurre la sangre de los versos como voz ahogada. El beso, el ojo, la llave hacia otra dimensión, como en otro paralelo. Explosión de belleza en poesía, en pintura: extensión del arte. Testimonio de vida y muerte, de esa muerte interior que se sufre en soledad, en el silencio de las palabras contenidas en una crisálida de trazado largo y de colores, que protege el camino hacia otra fase de la vida, en otra morada, en otra estación. 




Todo esto y más es este videolibro que nos mancha, nos borra, nos tacha, nos araña y nos construye.

María Jesús Silva 
 

mayo 13, 2013

ADIÓS

Ya hemos gastado las palabras en la calle, amor mío,
y lo que nos ha quedado no basta
para alejar el frío de cuatro paredes.
Lo hemos gastado todo salvo el silencio.
Hemos gastado los ojos con la sal de las lágrimas,
hemos gastado las manos a fuerza de apretárnoslas,
hemos gastado el reloj y las piedras de las esquinas
en esperas inútiles.

Meto las manos en los bolsillos y no me encuentro nada.
Antes teníamos tanto que darnos;
era como si todo fuese mío:
cuanto más te daba más tenía que darte.

A veces decías: tus ojos son unos peces verdes
y yo me lo creía.
Me lo creía
porque a tu lado
todas las cosas eran posibles.

Pero eso era en el tiempo de los secretos,
era en el tiempo en que tu cuerpo era un acuario,
era en el tiempo en que mis ojos
eran realmente peces verdes.
Hoy son sólo mis ojos.
Es poco, pero es la verdad,
unos ojos como los demás.

Ya hemos gastado las palabras.
Cuando ahora te digo amor mío,
ya no pasa absolutamente nada.
Y sin embargo, antes de gastarse las palabras,
estoy seguro de que todo se estremecía
sólo con murmurar tu nombre
en el silencio de mi corazón.

No tenemos ya nada para darnos.
Dentro de ti
no hay nada que me pida agua.
El pasado es inútil como un trapo.
Ya te lo he dicho: las palabras están gastadas.

Adiós.

Eugenio de Andrade
Traducción: Ángel Campos Pámpano

mayo 09, 2013

Ya estoy de vuelta




Muchísimas gracias a todos por haber llenado mi habitación del hospital de flores y por acercaros cada día a darme un abrazo. Gracias a los compañeros que me habéis malcriado y mimado, qué gran lujo teneros a mi lado y contar con vosotros. Gracias por vuestros mensajes que no he podido atender. Sois maravillosos, ese algo especial dentro de mi vida que la hace mejor. Tengo una inmensa suerte por teneros a mi lado. Todavía quedan muchos días malos y la ‘recu’ va despacio, pero en cuanto pueda andar sin ayuda nos vamos de risas y de cañas. Os quiero un montón.
MIL GRACIAS

Me quedo con este pensamiento y con todos vosotros a mi lado:

“Desplegar las alas
e intentar de nuevo.”
Mario Benedetti.

Os dejo un poema
-63-

Colgada del mundo

con un solo brazo

que sujeta el peso de la lluvia

la cabeza de ciervo

las larvas de los intestinos

la fuga del amor

los silencios de escarcha.

En una sola mano

la casa triste

del cuerpo agazapado entre el dolor

en la sombra sin máscara.

Así se apaga la tarde

en el gong de la primavera

río nocturno que escurre

sobre siete tréboles de cuatro hojas.

MARÍA JESÚS SILVA