junio 29, 2013

HE LEÍDO



RETRATO DE UN HILO
FRANCISCO JAVIER IRAZOKI
Editorial Hiperión, 2013

El poeta Francisco Javier Irazoki nos presenta su último libro de poemas, Retrato de un hilo. Escrito en diferentes años y lugares. No es una poesía de fácil comprensión, casi nunca lo es la poesía de Francisco Javier Irazoki. Poemas que empiezan a ser esbozados en Benarés en 1991 y terminan en París en 1998. Este conjunto de poemas es parte de la memoria de aquellos años. 

El libro está dividido en cinco partes y gira en torno al doble viaje. Viaja la parte física que recorre la ciudad, que la fotografía, que se mezcla en un pueblo, y viaja el sentimiento encadenado con forma de luz que a veces se desvanece ‘donde palpitan las nubes’.

Llegamos en estos versos a diferentes personas, lugares, culturas, sentimientos, sensaciones. Trajinar de seres que vemos pasar a diario o sólo un momento, todos ellos con su dolor a cuestas, con sus blasfemias, con sus ventanas, con sus piedras y su lluvia. El secreto de los hombres ‘cuando caminan altivos bajo una luz descompuesta’. La vida contra la presión del dolor: ‘maquillar el dolor’ para debilitarlo y así vencerlo.

El hilo podría ser el río Ganges. Podría. El río es todo, el nacimiento y la muerte, los días de alegría y las tristezas, la esperanza y la derrota, la miseria, terrible miseria que deja en un plano alejado a la belleza. Un río donde todo cabe: cabe el amor, la muerte, la paz, la guerra, la flor, el sufrimiento, la luz, las cenizas; amargura, piedad, reflexión… Donde todos caben: caben los vagabundos, los seres sin rostro, sin paz, los ciegos, los herederos, los desheredados, los ricos, las bicicletas, las vacas… Y caben los sueños capaces de transformar objetos en otros objetos que se desean y se transforman en el sueño soñado. El tiempo jamás logra detenerse en ese río. 

Poemas que arrastran placer, que envuelven la pasión que despierta el amor, el clímax de esa esencia que culmina con un te quiero, y a la vez que te vacía, te eleva.
Poemas de luz que empiezan al amanecer y te llevan hasta la noche donde los extranjeros miran, y miran, y preguntan, y se mezclan con el llanto que les ríe. A ratos queda guardada ‘la muerte imposible’, se esconde en forma de flor ‘entre las hojas de un libro de música’. Transcurrir de la vida en los objetos diminutos. Hay un deseo de vivir. Pese al dolor y la muerte, se siente la vida por encima de la muerte. El paso de los sentimientos por las cosas como si fuera un filtro que limpia. Quemar algunas naves para seguir dando otro paso y otro
Poemas de búsqueda y encuentros donde retener las horas y los días azules que serán un tesoro que los años harán añorar. Ausencias que se quedan colgando de la vida para siempre en ‘cada estría y en cada arruga’.

Dos poemas:


FRONDAISON

Oír te quiero

en la breve culminación del amor,

cuando, a la misma velocidad

con que recorres los precipicios,

en tu cuerpo brotan unas hojas nuevas

y desaparecen.



ÚLTIMA ARENGA A LAS TROPAS

De este invierno guardaremos

una magia superior a sus nieves.


Pasaron la escarcha y el granizo,

y, adheridas a los ventanales,

sobrevivieron unas flores blancas

que no saben morir.


Vinieron los amigos

y las contemplaron

desde el interior de la vivienda.


Como desquite contra el gris del cielo,

cortamos una de las flores.


Hemos escondido,

entre las hojas de un libro de música,

esa muerte imposible.


*Nota: Las frases y palabras, entrecomilladas y en cursiva, están extraídas de los versos del libro.


junio 26, 2013





Me gustan las noches de sábado

que empiezan a las seis de la tarde.


Nací desorientada

quién sabe si del otro lado.


A veces no se encaja

con nada/con nadie.


A veces me invento/me reinvento

y me olvido de los jueves

de noviembre

de los días veintidós.


Ni siquiera con un mapa

puedo llegar.


Necesito otra vida/otro tiempo/otro cuento

y cinco horas.

MARÍA JESÚS SILVA
Fotografía: María Jesús Silva

junio 23, 2013


Asíntotas: del griego Ksunptoto, que no se pueden encontrar. En geometría asíntota de una curva es toda tangente en un punto al infinito de la misma

junio 20, 2013

EL LUGAR DONDE VIVIMOS




La primera exposición que hemos podido ver en España de Robert Adams (Orange, Nueva Jersey, 1937), la hemos disfrutado en el Museo Reina Sofía de Madrid bajo el título: El lugar donde vivimos.















Robert Adams, siempre ha sido para mí el Raymond Carver de la fotografía. Su trabajo fotográfico está  marcado por la austeridad, por la belleza de lo natural sin artificios, por los personajes tristes, paisajes en blanco y negro que se pierden en carreteras infinitas, figuras solitarias. Sus fotografías inicialmente fueron concebidas como libros.




junio 18, 2013

UNA VEZ EN AUXONNE

...En todos los paquetes hechos por uno mismo hay un mensaje que no pesa: los dedos del destinatario desatarán el cordel atado por el remitente.
En la oficina de correos vi con los ojos de la mente cómo sus dedos deshacían el nudo que yo había hecho en Auxonne.
Diez días después volví a detenerme en la ciudad. Recordé el día en que te había enviado el paquete y tuve un sentimiento de pérdida, como una punzada. Pero, ¿qué había perdido? El paquete había llegado sano y salvo a su destino.
Cuando lloramos la muerte de alguien, lo que lamentamos es la pérdida de sus esperanzas. Era como si el hombre-con-el-paquete hubiera muerto; ya no tenía nada que esperar.

JOHN BERGER
De su libro Páginas de la herida

junio 16, 2013

XI

Cuando el frío ataca por las noches
y el amor no alcanza.
No hay ciudad más peligrosa que mi corazón.

Gonzalo Fragui

junio 13, 2013

Leyenda


Un día mi madre me llevó a hacer la más extraña de las cosechas. A recoger chorimas, flores de tojo. Entre espinas, en las zarzas, picábamos moras como petirrojos. Pero ¿qué sentido tenía recolectar la flor del tojo?Pasarían años hasta saber la leyenda de Bretaña en la que se cuenta que Dios quiso crear la flor más hermosa y fue pintando chorimas en una vara, con ese amarillo que después recuperó Van Gogh. El caso es que el Demonio estaba escondido, y cuando Dios acabó la obra y marchó, fue el Enemigo y pintó las espinas. Así nació el tojo como el símbolo de la vida en las voces bajas, en sus coplas y canciones: un blasón de espina y flor.

MANUEL RIVAS
De su libro Las voces bajas

junio 10, 2013

HE LEÍDO




MI vida sin Julio Verne
SONIA FIDES

Editorial con carrito, 2013

La poeta Sonia Fides, nos presenta su último libro de poemas Mi vida sin Julio Verne, en él proyecta un presente cargado emocionalmente con heridas del pasado. Donde los insomnios se repiten hasta dejarnos exhaustos, sin poder contestar a tantas preguntas, sin poder esclarecer la muerte y lo que conduce a ella. Todo decepciona porque hay una verdad suspendida rascando el corazón, una verdad de hierro que deja las cosas en su lugar. Pensamientos grises de fantasmas que persiguen y de los que no puedes huir porque siempre te encuentran. Ayer lo marca todo, tiene un ‘sello/herida’ que termina conduciéndote a una convalecencia interior perenne, donde reina la indiferencia como valor ideal para sobrevivir en el presente y que te mete en un futuro donde no hay nada claro, ni justo, ni siquiera expectante, una especie de futuro sin futuro porque la mínima esperanza acaba en decepción, donde la persona se hace grande como un objeto para entretener a la muerte. Tampoco hay un futuro en las palabras que mueren sin significado, sin encontrarlo. Hay un dolor en lo que se ha ido sin sentir que fue bueno en lo que persiste, en lo que vendrá. Hay días cárcel, cuerpos somnolientos, cuerpos sucios, cuerpos que desafían y se aflojan, cuerpos carne, cuerpos muñecos de papel, cuerpos luna, cuerpos inútiles, quietos, muertos, hay días y días y días. Pero sobre todo hay un otoño permanente que se instala en la vida, con un frío intenso y un sabor ácido. Es un esperar para terminar de morir: Todos los días se amanece sobre una ‘tumba blanda’, ‘todo es un extenso espejismo’ en el que ‘muchos creen que tenemos futuro’, ‘dentro de mí/ la soledad’.
La verdad nos hiere y a veces nos planta en el espejo lo que somos, lo que no queremos ver y nos venda los ojos. En contra punto, la ternura de la noche: La noche salva, nos mantiene ocultos y nos permite tener lejos todo aquello que puede arañar, y sin embargo también la noche es la pecera que te puede ahogar. La única forma de seguir viviendo es centrar el objetivo en que un día sea igual al otro para sostenernos.

Altamente recomendable la lectura del libro. 

Os dejo un poema:

Nada se consigue con cambiar de ciudad,
ahora lo sé,
ahora que viajo en un coche con cristales tintados
y un chófer que se emplea a fondo para hablar mi idioma.
Debería darle las gracias,
pero la tristeza me ha convertido en una persona muda,
casi sorda,
en un buen molde para una futura estatua.
En cambio el cielo, sí está de mi parte,
amenaza lluvia, quiere que expurgue mis pecados,
pero la lluvia es tan fina que acabará convertida en un ineficaz castigo.
Lo que necesitaría es que cayera un diluvio y extinguirme.
Sin embargo ni siquiera los cobardes escogen su fin,
todos sabemos desde donde llega nuestra pena de muerte.

María Jesús Silva


junio 08, 2013


Respuesta a WANG WEI

Los amigos vienen
y se van
hay pocos auténticos.

Año tras año
los rostros se evaporan
velozmente
como gotas
de lluvia.

BARRY GIFFORD

junio 06, 2013

DOS BESOS

El de Gustav Klimt



 El de Pablo Alboran



junio 04, 2013




“La poesía trabaja con los materiales de la vida; un poema es un lugar raro en que se guarda la vida".

Olvido García Valdés

junio 01, 2013

HE LEÍDO




URRE AROA
SEIS POETAS DE TIERRA NABA
Alfredo Rodríguez

Editorial: Los papeles del sitio 2013

El poeta Alfredo Rodríguez (Pamplona, 1969) nos presenta un nuevo libro: URRE AROA SEIS POETAS DE TIERRA NABA. Es un libro apócrifo, que ve la luz a través de unos heterónimos ocultos en el desván de la memoria, situada en los siglos XV y XVI, en el reino de Navarra.

Tierra de oro, ven a mí, maravilla
de las maravillas, que a tus encantos
tan difícil resulta sustraerse

Alfredo Rodríguez nos muestra a seis poetas que saca del olvido a través de su pluma. Desempolva sus vidas y nos muestra los versos contenidos entre el fuego de Hestia. Nos habla del amor, de la guerra, de muerte, del dolor.

¿A DÓNDE te retiras, Amor, para morir?
fanales he colocado en las torres
de mil puertos, para que mi nave en esta noche
reconozcas. Ocupar el espacio
del enemigo. Al negro piélago iré a expulsarlo.

Poemas topográficos, amplificados, escalonados, suspendido todo en imágenes épicas, líricas, dramáticas. Hay en estos poemas un tono de nostalgia, una alegría de la tierra Naba, un amor oculto, desdichado, consumado. Hay una angustia, una fidelidad, una pérdida y el adiós. Un mundo interior se vuelca en estos versos sosegados, mansos donde se invoca y se encuentra ‘Ella’, la poesía.

De los seis poetas de la tierra Naba, me quedo con INAXIO DE HUVILZIETA (1480-1546), miembro de una notable y significativa familia sefardí refugiada en Navarra tras la expulsión de los judíos de Castilla y Aragón.

A las puertas de Sefarad, el perro

que bebe sangre maldita que mana

del cuello de la Bestia.



Encrespadas laderas y colinas

divisa, a las puertas de Sefarad.



De la tierra bañada por su sangre

nació la vid del sol

en su bello amanecer y su ocaso.

***

No queda de mí nada

Y aun por tres veces quemaron mis restos,

de la soldada de los mercenarios

quisieron conminarme a renunciar.

¿Quién recuerda aquellos años

en que allá donde hallaba

el buen pasto levantaba mi yurta?

Ah, vieja condena de la memoria,

su adarve del castillo

que nunca volvería a trasponer,

lejanas llamaradas

de azufre en el ritual de la cosecha,

Kabbalah que al fin me abre

los secretos del universo, Amor.



Realidad desmaterializada soy,

escultor que resigue con cincel

las líneas dibujadas,

de largo exilio viajero ilustrado

me piden que regrese a los infiernos.



Y hoy cura mi recuerdo

igual que puede matar.