octubre 30, 2011

Brassens

Pocas versiones superan a la original, pero creo que la fusión que hace Paco Ibáñez de este fabuloso tema con Brassens, es muy buena.


octubre 26, 2011

ENRIQUE CABEZÓN GARCÍA


Enrique Cabezón García (Logroño, 1976) ha publicado los poemarios Territorio de ceniza (Kabemayor ediciones; 2003), El lenguaje de las serpientes (4 de Agosto; Logroño, 2005; junto al poeta José Luis Pérez Pastor), Dios cabalga los lomos de las muchachas (LF Ediciones; 2005), No busques lágrimas en los ojos del muerto (Germania, 2006), Existir en los días (Eclipsados, 2009). Músico, ilustrador y diseñador gráfico, ha grabado el disco fracaso, etcétera con su grupo de rock enBlanco.

Un poema:

ES BUENO QUE LO SEPAS

es mejor que simplemente mirar
mejor que agachar la testa ante el juicio de un tercero
mejor que soñar con tu reflejo en cucharillas de plata
tus manos son como las manos seguras de la matrona
que da paso al mundo
acariciarme es atenderme como a un recién nacido
tan maravillosamente inútil
tan necesitado

no me he sentido de la manera que soy en largo tiempo
es difícil para mí especificar cuánto
tus manos acarician como un campesino labra
y podía ser que yo estuviese aquí desde el principio
desde hace mucho tiempo al menos
y no haya empezado a vivir hasta ahora
es mejor así
mejor que un trago de agua helada
mejor que marearse en el carrusel
mejor que contar hasta tres y desaparecer
un

dos

tres

ENRIQUE CABEZÓN GARCÍA
Poema incluido en el libro Planetario (Ediciones del 4 de agosto; Logroño, 2008).

octubre 23, 2011


"A VECES LAS PALABRAS UTILIZAN EL MISMO LENGUAJE QUE LOS CUERPOS"

Seguramente te pondrán las clases
de coche a la misma hora
en que yo salgo de la Universidad,
tu padre me reconocerá
la voz por teléfono
y dejaré de ser para tu familia
ese gran misterio que te hace tan feliz,
que te llama por Navidad
(cuando estáis todos reunidos) y te hace
parecer orgullosa ante tus compañeras
de trabajo. Probablemente nunca termine
ese gran poema en el que digo
que todo a lo que aspiro
es a ser
el poeta oficial de tus sueños,
que yo comprendo todos tus lenguajes
lo mismo que tú compartes todas mis derrotas
y que las palabras, digan lo que digas,
ya no son lo que eran.
Posiblemente llegue a casa
y me encuentre el corazón en un sobre
porque simplemente -no sé- tal vez la vida
consista en eso,
y al lado una nota: "Hola, soy la poesía
y no me busques en 30 años".
Puede que me vuelva a dar la locura
y le confiese a tu madre
que he profanado todos los templos
que tus piernas me dejaban
y que mi género literario favorito
es tu boca diciendo tonterías,
los pañuelos blancos y los catálogos
guarros. A lo mejor resulta -qué sé yo-
que recibo carta tuya:
"Los griegos que inventaron mis dioses
se han suicidado en el metro, pero
la vida sigue, cariño, acabo de cruzar
un océano y parece
que he vuelto a cruzar
tus labios
como el que cruza un cuerpo
sin dejar marca y deja
los corazones averiados".

Lo que pasa, y ya en serio,
es que esto sólo son
excusas tontas
para escribirte un poema largo
y decirte que te quiero
porque, desafortunadamente,
quince centímetros de mapa
pueden más que quince besos por teléfono.

JUAN CARLOS RECHE CALA (España, 1976)
Poema, incluido en Feroces (DVD Ediciones, Barcelona, 1998, ed. de Isla Correyero).

octubre 19, 2011

ISABEL BONO


Isabel Bono (Málaga, 1964) ha publicado los libros Señales de vida (El Gato Gris; Valladolid, 1999), Los días felices (Celya; Salamanca, 2003), La espuma de la noche (Puerta del Mar; Málaga, 2006), Entre caimanes (4 de Agosto; Logroño, 2006), Mi padre (Aullido Libros; Huelva, 2008), Días impares (Polibea; Madrid, 2008), Poemas reunidos Geyper (Eppur; Málaga, 2009), Ahora (PUZ; Zaragoza, 2010), Maomegean (4 de agosto; Logroño, 2010), Algo de invierno (Luces de Gálibo; Girona, 2011).

Un poema:

quiero abrirte en dos
y rellenarte de dátiles
coserte con hilo dental
y dejarte bajo la lluvia
para que germines

te llenarás de oasis
y de camellos sedientos
que me buscarán

y me buscarán

ISABEL BONO
Poema incluido en el libro Algo de invierno (Luces de Gálibo; Girona, 2011).

octubre 16, 2011


Tenía esa extraña forma de quererme. Como un amante clandestino resbalaba los ojos por mi figura sin apenas rozarme, sin detenerse en los míos. Se escurría entre mis pestañas y dejaba impregnadas de escarcha las cuencas, que sujetaban los interrogantes que no eran contestados. Sus dedos, de cable finísimo, dibujaban esferas de algodón en el saliente de las venas que se fugaban a un sueño de lluvias, contenido en el gris, simplificando las cosas y haciendo que todo fuera más lento.

Tenía esa extraña forma de poseerme. Con ese silencio blando y eterno que reposaba en sus labios. Su aliento, relleno de niebla, a compases muy cortos se adentraba en las cavidades del cuerpo y gritaba todo lo que nunca diría. Mi boca de lana buscaba entonces las respuestas, sin tener las preguntas. A veces los dientes tropezaban en el saliente de un cerro y dormía un rato, invisible, agarrado a la flor. Después murmuraba algo como ‘amor’ y seguía viaje hasta encontrar la cueva de la laguna, formada de sedas y juncos.

Nunca tuvimos horas, porque todo se deshacía cada día en un reloj sin números y sin manecillas.

MARÍA JESÚS SILVA
Fotografía: María Jesús Silva

octubre 12, 2011

ILDEFONSO RODRÍGUEZ


Ildefonso Rodríguez (León, 1952), uno de los fundadores de las revistas literarias El signo del gorrión y Cuadernos leoneses de poesía, ha publicado los libros de poemas Mantras de Lisboa (Ediciones Portuguesas; Valladolid, 1986), Libre volador (Libros de la peonza; Arenas de San Pedro, 1988), La triste estación de las vendimias (León, 1988), Mis animales obligatorios (Renacimiento; Sevilla, 1995), Coplas del amo (Icaria; Barcelona, 1997), Escondido y visible (León, 2000, en colaboración con el pintor Esteban Tranche), Política de los encuentros (Icaria; Barcelona, 2003), Naturalezas (Escuela de Arte de Mérida, 2007, con el pintor Francisco Suárez), Escondido y visible, Poesía reunida, 1971-2006 (Ocnos Alas – Editorial Dilema; Madrid, 2008, con prólogo de Antonio Ortega). Es asimismo autor del libro de narrativa Son del sueño (Ave del Paraíso; Madrid, 1998) y de un volumen sobre música y poesía, El jazz en la boca (Dossoles; Burgos, 2007). Importante saxofonista de jazz, dirige un aula-taller en la Escuela Municipal de Música de León.

Un poema en prosa:

Es una floración nocturna la que le trae una vez más, con perseverancia, al lugar de las poleas, las sogas, los andamiajes en ruina. Se mueve por un espacio de antiguas construcciones que cayeron en el abandono, corrales donde aún quedan algunas gallinas. Sus sentidos ganan una voracidad intestinal, la reflexión se vuelve un ensueño hosco que le paraliza, parece estar bajo los efectos del veneno curare. Retorna y tropieza en cada signo, lentísimos merodeos le aprisionan y le alejan de su centro. En una levitación que no puede detener, pierde peso, se hace transparente, le lleva la brisa como a una hoja seca o al rumor de unas palabras oídas en la calle. Una cal viva desfigura los rostros mejor conocidos, las imágenes despiden un ardor, vienen voces roncas.

Se revuelve contra ese estado de cosas y busca la inmovilidad, se vale de su torpeza para imponer formas leves pero duraderas, en un revuelo contra el pavor. Necesitaría, se dice, una túnica de amianto para adentrarse en el fuego, en el círculo, en las pieles del mundo.

Saldrá de su confusión reteniendo la imagen de un erizo moribundo en un camino, atropellado por la rueda de un carro; su hocico aún respira el aire cruel de esa noche.

ILDEFONSO RODRÍGUEZ

Poema incluido en el libro Escondido y visible, Poesía Reunida, 1971-2006 (Ocnos Alas – Editorial Dilema; Madrid, 2008).

Fotografía: FRANCISCO SUÁREZ


octubre 09, 2011

NOBEL DE LITERATURA 2011 TOMAS TRANSTRÖMER


Tomas Tranströmer tiene dos pasiones en la vida: la poesía y la música. Con la primera ha construido un mundo donde la realidad carece de sentido, pero hace sentir la fascinación de existir en ésta. Y por ese universo poético, condensado en una docena de libros y traducidos a 50 idiomas, ayer obtuvo el Premio Nobel de Literatura 2011.

El secretario permanente de la Academia Sueca, Peter Englund, al argumentar la distinción, dijo que su obra “está llena de imágenes condensadas y translúcidas que dan un acceso fresco a la realidad”.

(La Crónica de hoy, seguir leyendo http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=609960)

Dos poemas:

HISTORIA DE MARINOS

Hay días de invierno sin nieve en que el mar es pariente
de zonas montañosas, agazapado en plumaje gris,
azul apenas un minuto, largas horas con olas como pálidos
linces, buscando en vano apoyo en las piedras de la orilla.

Un día como estos salen del mar restos de naufragio en busca
de sus propietarios, sentados en el bullicio de la ciudad, y
ahogadas
tripulaciones van hacia tierra, más tenues que humo de pipa.

(En el Norte andan los verdaderos linces, con garras afiladas
y ojos soñadores. En el Norte, donde el día
vive todo el tiempo en una mina.

Allí donde el único sobreviviente puede estar
junto al horno de la Aurora Boreal escuchado
la música de los muertos por frío.)

De su libro 17 poemas (1954)

DESPUÉS DE LA MUERTE DE ALGUIEN

Hubo una vez un choque
que dejó tras de sí una larga, pálida, reluciente cola de cometa.
Esto nos alberga. Hace borrosas las imágenes de la TV.
Sedimenta como gotas frías en los tubos de ventilación.

Todavía se puede esquiar bajo el sol del invierno
entre sotos, donde aún cuelgan hojas del año pasado.
Parecen páginas arrancadas de viejas guías telefónicas
-los nombres de los abonados devorados por el frío.

Aún sigue siendo hermoso sentir el latido del propio corazón.
Pero a menudo la sombra se siente más verdadera que el cuerpo.
El samurái parece insignificante
junto a su armadura de negras escamas de dragón.

De su libro De Tañidos y Huellas (1966)

octubre 05, 2011

NATALIA LITVINOVA



Natalia Litvinova (Gómel, Bielorrusia, 1986) vive, desde sus diez años, en Buenos Aires. Traductora de poetas rusos (Marina Tsvetáieva, Anna Ajmátova, Serguéi Esenin). Ha publicado el poemario Esteparia (Ediciones del Dock; Buenos Aires, 2010).

Un poema:

TUS OJOS SE HAN VUELTO MI CENICERO

días y noches te he escrito, la primera frase era no existe
Rusia, París no existe.

mis manos se vuelven más y más invisibles, besarte es besar
una pared en blanco, y no nos hemos besado.

miro este cuerpo tan cuerpo, cuántos lo han amado (¿quién
podría amar un cuerpo perdido?), cuántos inviernos prematuros
festejaron en su vientre.

al margen de esta hoja se escribe mi vida, y se asusta y se
intenta poesía, se intenta verso claro que fracasa y se vuelve
cuerpo.

leo el testamento de Kafka como única carta de amor. pronto
en París caerá la nieve. en Rusia también, otra nieve. vendrá
la primavera por vientre.

los que me han amado intentarán volver a mí por la fuerza.

querido, tus ojos se han vuelto mi cenicero. besarte es besar
la desventaja del tiempo.

leo el testamento de Kafka, lo único que me queda.
mientras, regresan tranquilos los que me quieren santa y
desnuda.


NATALIA LITVINOVA
Poema incluido en el libro Esteparia (Ediciones del Dock; Buenos Aires, 2010).

octubre 01, 2011

Cómo se pinta un dragón


nunca te quieras satisfacer
en lo que entendieres ( ),
si no en lo que no entendieres.
Cántico espiritual. I, 12

Multiplicador de sentidos, el poema es superior a todos sus sentidos posibles. Y aunque todos ellos nos hubieran sido dados, el poema habría de retener aún de su naturaleza lo que en rigor lo constituye, la fascinación del enigma.

La palabra poética ha de ser ante todo percibido no en la mediación del sentido, sino en la inmediatez de su repentina aparición. Poema querría decir así lugar de la fulgurante aparición de la palabra.

La palabra que de ese modo aparece está grávida de significación, contiene el sentido como posibilidad e infinitud, semilla del sentido, al igual que los lagoi spermatikoi, pensados por los estoicos, contienen las semillas —spérmata— del mundo.

Gime el logos por la encarnación. El logos es la antropofilia de lo increado.

Donde la sobriedad te desasiste está el límite de tu inspiración. (Hölderlin, carta de la primera estancia en Homburg, 1798-1800).

No se trata de que la obra sea breve o larga. No importa escribir poco o mucho. Importa tener la gracia o el don de la «abundancia justa», como quiere Lezama Lima en la «Plegaria tomista» de Tratados en la Habana.

En el Tao, la gestación es ya el nacimiento del ser humano. En la tradición china, la edad de un niño se contaba no a partir de su nacimiento, sino de su concepción.

También el poema nace al comenzar una larga gestación previa a lo que cabría llamar la escritura exterior. (Vive con tus poemas antes de escribirlos, dice en su bella lengua Carlos Drumond de Andrade.) En realidad, el poema no se escribe, se alumbra. Por eso suele aparecer como el Vicio Niño, Lao-tseu, que abandonó la matriz de la madre Lí (cuvo nombre teológico es Doncella de jade del Relámpago Oscuro) a los ochenta y un años.

La corrección nunca es corrección de lo esencial. En el proceso de escritura la palabra tanteante se va encontrando o se va engendrando a sí misma. La corrección consiste sólo en reajustes que la palabra esencial impone. El proceso prolongado al que el poema está sujeto para llegar a ser es el proceso sumergido o radicalmente interior de su gestación. El poema gestado es el poema natural. El poema sobrecorregido es un producto artificial, como una gestación fuera del útero.

En la cerámica china, el contorno aísla lo representado (fénix, murciélago, pez, dragón, rama de almendro) reduciéndolo a su soledad esencial. Loto, almendro, figura humana en meditación, sobre lo blanco, sobre el vacío esencial.

Escribir es una aventura totalmente personal. No merece juicio. Ni lo pide. Puede engendrar, engendra a veces en otro una volición, una afección, un adentramiento. Otra aventura personal. Eso es todo.

Sólo se llega a ser escritor cuando se empieza a tener una relación carnal con las palabras.

El canto del pájaro es líquido. También la palabra poética sólo se reconoce en su fluir.

La poesía no sólo no es comunicación; es, antes que nada o mucho antes de que pueda llegar a ser comunicada, incomunicación, cosa para andar en lo oculto, para echar púas de erizo y quedarse en un agujero sin que nadie nos vea, para encontrar un vacío secreto, para adentrarnos en una habitación abandonada cuya puerta se pueda cerrar desde dentro sin que nadie en el exterior sospeche que una puerta se disimula en el muro, v para estarse allí en el claustro materno, seguros y escondidos, sin que nadie aparezca, sin que nadie nos saque a la luz pública, desnudos e indefensos, nos saque y nos suplicie y nos repita la sorda letanía cotidiana, la letanía aciaga de la muerte.

Cuando, en el camino hacia la escritura, percibimos un ritmo, una entonación, una nota, algo que es, sin duda, de naturaleza radicalmente musical, algo que rernite al número y a la armonía, la escritura ha empezado a formarse. Escribir exige, ante todo, del oído una gran acuidad.

El espíritu es la metáfora de la infinitud de la materia.

Se escribe por pasividad, por escucha, por atención extrema de todos los sentidos a lo que las palabras acaso van a decir.

Crear, en suma, lo que es ya ruina, duración, la piedra fracturada; entrar no ya en el hoy, sino directamente
en la memoria.

JOSÉ ÁNGEL VALENTE
Ginebra, agosto de 1.992
En 'Obra poética', Alizanza Editorial, Madrid, 1999