marzo 31, 2010



…y entonces

las palabras caen en el vacío, como si nunca hubiesen

sido pensadas.

Nuno Júdice

Las manos que me atan

sujetan el silencio

del que intento escapar

mientras me ahoga.


Las palabras se agolpan

en la voz

y huye la mirada

olvidando una sílaba.


Las manos gordas

se apoyan en la oración imperativa

y tachan una elipsis a pie de página

que rescató la memoria.


Gramática descabalada.


Se tuercen los renglones.

Se caen las frases.

Puntos suspensivos.


María Jesús Silva

Imagen: Los renglones torcidos de Dios, de Cesasol VG.

marzo 30, 2010

VICENTE ALEIXANDRE


Mano Entregada

Pero otro día toco tu mano. Mano tibia.
Tu delicada mano silente. A veces cierro
mis ojos y toco leve tu mano, leve toque
que comprueba su forma, que tienta
su estructura, sintiendo bajo la piel alada el duro hueso
insobornable, el triste hueso adonde no llega nunca
el amor. Oh carne dulce, que sí se empapa del amor hermoso.

Es por la piel secreta, secretamente abierta, invisiblemente entreabierta,
por donde el calor tibio propaga su voz, su afán dulce;
por donde mi voz penetra hasta tus venas tibias,
para rodar por ellas en tu escondida sangre,
como otra sangre que sonara oscura, que dulcemente oscura te besara
por dentro, recorriendo despacio como sonido puro
ese cuerpo, que ahora resuena mío, mío poblado de mis voces profundas,
oh resonado cuerpo de mi amor, oh poseído cuerpo, oh cuerpo sólo sonido de mi voz poseyéndole.

Por eso, cuando acaricio tu mano, sé que sólo el hueso rehúsa
mi amor ¿el nunca incandescente hueso del hombre?
Y que una zona triste de tu ser se rehúsa,
mientras tu carne entera llega un instante lúcido
en que total flamea, por virtud de ese lento contacto de tu mano,
de tu porosa mano suavísima que gime,
tu delicada mano silente, por donde entro
despacio, despacísimo, secretamente en tu vida,
hasta tus venas hondas totales donde bogo,
donde te pueblo y canto completo entre tu carne.


VICENTE ALEIXANDRE
Imagen: Arena en mi mano de Anne Kathrin H.

marzo 29, 2010

ÓSCAR CURIESES


Traducción de Ulises o los heroicos buzos de piedra

El lenguaje yace en lo más hondo del océano, piedra eterna indiferente a las mareas. Lo miran las sirenas con sus profundos ojos, y lo pronuncian cosiéndolo en la boca de los hombres naufragados. Ellos luchan por hacerlo aire en su lengua, carne en su viaje. Pero la palabra siempre les alcanza, no la alcanzan ellos.

Toda lengua es un anzuelo. Todo anzuelo una pregunta. Las sirenas gritan con labios pétreos y tiran de la lengua de los hombres para que éstos digan su lenguaje bajo el agua.

Ellos, que no entienden nada, balbucean el único aire que les queda hasta ahogarse. Después, van regresando muertos poco a poco hasta la superficie donde flotan y son pasto de los peces.


Óscar Curieses
De su libro Dentro

marzo 27, 2010

LUIS CERNUDA


A UN POETA FUTURO

No conozco a los hombres. Años llevo
de buscarles y huirles sin remedio.
¿No les comprendo? ¿O acaso les comprendo
demasiado? Antes que en estas formas
evidentes, de brusca carne y hueso,
súbitamente rotas por un resorte débil
si alguien apasionado les allega,
muertos en la leyenda les comprendo
mejor. Y regreso de ellos a los vivos,
fortalecido amigo solitario,
como quien va del manantial latente
al río que sin pulso desemboca.

No comprendo a los ríos. Con prisa errante pasan
desde la fuente al mar, en ocio atareado.
Llenos de su importancia, bien fabril o agrícola;
la fuente, que es promesa, el mar sólo la cumple,
el multiforme mar, incierto y sempiterno.
como en fuente lejana, en el futuro
duermen las formas posibles de la vida
en un sueño sin sueños, nulas e inconscientes,
prontas a reflejar la idea de los dioses.
Y entre los seres que serán un día
sueñas tu sueño, mi imposible amigo.

No comprendo a los hombres. Mas algo en mí responde
que te comprendería, lo mismo que comprendo
los animales, las hojas y las piedras,
compañeros de siempre silenciosos y fieles.
Todo es cuestión de tiempo en esta vida,
un tiempo cuyo ritmo no se acuerda,
por largo y vasto, al otro pobre ritmo
de nuestro tiempo humano corto y débil.
Si el tiempo de los hombres y el tiempo de los dioses
fuera uno, esta nota que en mí inaugura el ritmo,
unida con la tuya se acordaría en cadencia,
no callando sin eco entre el mudo auditorio.

Mas no me cuido de ser desconocido
en medio de estos cuerpos casi contemporáneos,
vivos de modo diferente al de mi cuerpo
de tierra loca que pugna por ser ala
y alcanzar aquel muro del espacio
separando mis años de los tuyos futuros.
sólo quiero mi brazo sobre otro brazo amigo,
que otros ojos compartan lo que miran los míos.
Aunque tú no sabrás con cuánto amor hoy busco
por ese abismo blanco del tiempo venidero
la sombra de tu alma, para aprender de ella
a ordenar mi pasión según nueva medida.

Ahora, cuando me catalogan ya los hombres
bajo sus clasificaciones y sus fechas,
disgusto a unos por frío y a los otros por raro,
y en mi temblor humano hallan reminiscencias
muertas. Nunca han de comprender que si mi lengua
el mundo cantó un día, fue amor quien la inspiraba.
Yo no podré decirte cuánto llevo luchando
para que mi palabra no se muera
silenciosa conmigo, y vaya como un eco
a ti, como tormenta que ha pasado
y un son vago recuerda por el aire tranquilo.

Tú no conocerás cómo domo mi miedo
para hacer de mi voz mi valentía,
dando al olvido inútiles desastres
que pululan en torno y pisotean
nuestra vida con estúpido gozo,
la vida que serás y que yo casi he sido.
Porque presiento en este alejamiento humano
cuan míos habrán de ser los hombres venideros,
cómo esta soledad será poblada un día.
Aunque sin mí, de camaradas puros a tu imagen.
Si renuncio a la vida es para hallarla luego
conforme a mi deseo, en tu memoria.

Cuando en hora tardía, aún leyendo
bajo la lámpara luego me interrumpo
para escuchar la lluvia, pesada tal borracho
que orina en la tiniebla helada de la calle,
Algo débil en mí susurra entonces:
Los elementos libres que aprisiona mi cuerpo
¿fueron sobre la tierra convocados
por esto sólo? ¿Hay más? Y si lo hay ¿adonde
hallarlo? No conozco otro mundo si no es éste,
y sin ti es triste a veces. Ámame con nostalgia,
como a una sombra, como yo he amado
la verdad del poeta bajo nombres ya idos.

Cuando en días venideros, libre el hombre
del mundo primitivo a que hemos vuelto
de tiniebla y de horror, lleve el destino
tu mano hacia el volumen donde yazcan
olvidados mis versos, y lo abras,
yo sé que sentirás mi voz llegarte,
no de la letra vieja, mas del fondo
vivo en tu entraña, con un afán sin nombre
que tú dominarás. Escúchame y comprende.
En sus limbos mi alma quizá recuerde algo,
y entonces en ti mismo mis sueños y deseos
tendrán razón al fin, y habré vivido

LUIS CERNUDA
De su libro Como quien espera el alba (1947)
Imagen: El poeta (1911) Pablo Picasso

marzo 26, 2010

ALMUDENA GUZMÁN



Almudena Guzmán (Navacerrada, 1964) ha publicado los volúmenes Poemas de Lida Sal (Libros Dante; Madrid, 1981), La playa del olvido (Altair; Oviedo, 1984), Usted (Hiperión; Madrid, 1986), El libro de Tamar (Rusadir; Melilla, 1989), Calendario (Hiperión; Madrid, 1998), El príncipe rojo (Hiperión; Madrid, 2005).



Dos poemas:

1

Una mujer de ron y esmalte negro,
flequillo y vagina cosmopolita,
me abre sus piernas tras los cristales del meublé.

Es la niebla.


2

Veladamente,
descorriendo pestillos,
ha llegado hasta mi cuarto
una pantera translúcida con la piel de diamante
que me morderá la nuca cuando menos lo espere.

Es el deseo.

ALMUDENA GUZMÁN
Dos poemas del libro Usted (Hiperión; Madrid, 1986).


Imagen: pintandoversoslibros

marzo 25, 2010

MILAN KUNDERA


"No quiero decir que mi mente estuviera perfectamente lúcida. Era consciente de todo, pero todo quedaba algo deformado, como en un sueño. De vez en cuando el sueño se convertía en pesadilla. Sólo que, en la vida, una pesadilla termina rápidamente, te pones a gritar y te despiertas, pero yo no podía gritar. Y eso fue lo más terrible: no poder gritar. Ser incapaz de gritar en medio de una pesadilla"

MILAN KUNDERA
De su libro La Identidad

marzo 24, 2010

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ



Se entró mi corazón en esta nada...

Se entró mi corazón en esta nada,
como aquel pajarillo, que, volando
de los niños, se entró, ciego y temblando,
en la sombría sala abandonada.

De cuando en cuando intenta una escapada
a lo infinito, que lo está engañando
por su ilusión; duda, y se va, piando,
del vidrio a la mentira iluminada.

Pero tropieza contra el bajo cielo,
una vez y otra vez, y por la sala
deja, pegada y rota, la cabeza...

En un rincón se cae, al fin, sin vuelo
ahogándose de sangre, fría el ala,
palpitando de anhelo y de torpeza.



JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

marzo 23, 2010

FÉLIX DE AZÚA

Félix de Azúa (Barcelona, 1944) es autor de los poemarios Cepo para nutria (1968), El velo en el rostro de Agamenón (1970), Edgar en Stéphane (1971), Lengua de cal (1972), Pasar y siete canciones (1977) y Farra (1983). Las editoriales Hiperión y Bruguera han publicado las poesías completas de Azúa en 1989 y 2007, respectivamente. Es asimismo autor de las novelas Las lecciones de Jena (1972), Tres cuentos didácticos (1975), Las lecciones suspendidas (1978), Última lección (1981), Mansura (1984), Historia de un idiota contada por él mismo (1986), Diario de un hombre humillado (1987), Cambio de bandera (1991), Demasiadas preguntas (1994) y Momentos decisivos (2000), las seis últimas publicadas por la editorial Anagrama. Y de volúmenes de ensayos como Lecturas compulsivas (1998), La invención de Caín (1999), Diccionario de las Artes (2002), Esplendor y nada (2006), Ovejas negras (2007), La pasión domesticada (2007) o Abierto a todas horas (2007).

Una entrada de Diccionario de las Artes:

REALIDAD

Los artistas “realistas” son aquellos que, según dicen en sus manifiestos, dedican su arte a la representación de lo real, siendo esto último lo opuesto a lo ideal, a saber: lo que todo el mundo puede comprobar, lo que está ahí fuera, las cosas, los pobres y los ricos, las desdichas de los pobres y de los ricos, una nevera, una calle de Pamplona, o bien la naturaleza, un árbol, una vaca… Todo lo que no son “ideas”, vaya. Aunque nadie sabe a ciencia cierta lo que una vaca pueda ser, aparte de una idea ilustrada en la definición de un diccionario: mamífero rumiante, etc.
Zola, uno de los representantes más inteligentes del realismo, quería que las novelas fueran científicas y las ponía en paralelo con las prácticas de un investigador positivista como Claude Bernard:

La obra de arte es un fragmento de la Creación visto a través de un temperamento.
Partimos de hechos verdaderos, los cuales conforman nuestra base indestructible; pero para mostrar el mecanismo de tales hechos, es menester que mostremos y dirijamos los fenómenos; ésa es la sola parte de la invención y del genio en la obra de arte.

Como Zola, muchísimos artistas (y civiles) creen que hay un mundo ahí fuera (la Materia, la Creación, la Naturaleza, el Cosmos) y un sujeto aquí dentro, un “Yo” que observa el mundo como a través de unas ventanillas que serían los ojos, los oídos y otros orificios. Es lo que ha enseñado la metafísica desde Descartes, y lo que mantiene la ciencia menos docta hasta nuestros días.
Considerando todo lo anterior, los realistas asumen que las artes deben “reflejar la vida cotidiana”, el presente, lo que sucede en la calle… Hay quien llega a decir que hay que escribir con el lenguaje de la calle, como si el lenguaje estuviera apoyado en una esquina, esperando a que alguien se lo lleve al cine.
En fin, los realistas coinciden en creer que lo de fuera es real, que la nevera, el árbol, la señora que vende castañas, o la vaca, son reales, y que lo de dentro es ideal, son ideas. A lo de “real” se añadió, durante unos años, lo de “social”, para hacerlo más real. O realístico.
Pero desde el punto de vista de la realidad (y la realidad la define la ciencia en colaboración con los media), una vaca sólo es un caso particular del mamífero rumiante (hembra) que es el único en poseer toda la realidad posible. La vaca particular tiene una realidad mínima y pasajera, casi exclusivamente económica y legal. Tampoco es real “la calle” ni muchísimo menos “el lenguaje de la calle”, que no está en ningún sitio, excepto en el cerebro de algunos académicos.
Hay ahora muchos novelistas en EE.UU. y en España (casi el mismo número) que llenan sus páginas con palabras abstractas como “gilipollas”, “hostia”, o “joder tío”, para dar un toque de realidad a sus fantasías. Son realistas convencidos de que lo absolutamente real es la televisión y tratan de reproducirla hasta en sus más mínimos detalles.
Los realistas, y buena parte de la opinión pública, toman por realidad lo que es
quasi una fantasia, por ejemplo, la vaca y la hostia. Dentro de pocas páginas llegará el lector (o no) a la entrada VERDAD, en donde insistiremos sobre en asunto. Pero añadamos un detalle:
En esta tierra en la que habitamos como podemos, el conjunto vaca-prado-riachuelo-pastorcilla (por evitar el conjunto tío-tía-la hostia) que tan real nos parece cuando lo vemos a la altura del valle de Baztán desde la ventanilla de nuestro automóvil, no tiene más realidad que la de un enjambre de partículas electrónicas amontonadas en chiflada convergencia inestable. Un fantasma frágil cuya permanencia desde los poemas de Teognis (allí la vaca es un cordero) se debe exclusivamente a la obra del arte, a la pertinaz presencia de ese conjunto en nuestra memoria secular y en nuestra simbólica. El conjunto vaca-pastorcilla, etc., sólo existe en la obra de arte. Y el crepúsculo. Y, si me apuran, también el cielo, cuya realidad es un combinado de oxígeno, hidrógeno, ozono y cosas semejantes, que no hay quien lo pinte.
Dos segundos más tarde, y siempre al volante de nuestro automóvil, miramos atrás y vemos que el consumo vaca-pradera-riachuelo-pastorcilla (o tío-tía-la hostia), tras la llegada de otro elemento que parece la mar de real, un rayo, se ha transformado en el conjunto carroña-amoníaco-cenizas-humo. Nada ha perdido la tierra en esta operación. Los físicos hablan de entropía por decir algo. El caso es que absolutamente nada se ha perdido en el cosmos excepto un intercambio energético. Quizás algo desequilibrado. Sólo nosotros hemos perdido algo.
Siendo así que lo perdido por nosotros no tiene más realidad que la que le otorga nuestro deseo de mantener a la vaca, a la pastorcilla, etcétera, como si fueran reales dentro de nuestra existencia, es evidente que los artistas “realistas”, sin saberlo, no hacen sino mantener la ficción de que hay vacas, pastorcillas y etcétera. No sólo hacen exactamente lo mismo que todos los demás artistas hacen, sino que encima ignoran que lo hacen.
Ahora bien, esta ficción impulsada por el deseo (que haya mar, por favor, que haya estrellas y crepúsculos, que haya cerezas y vino, y cuerpos gloriosos en inteligencias finas, y tías, naturalmente, e incluso hostias) es irreal, sin la menor duda,
pero es verdadera.
Y aunque el realismo sea el más irreal y ficticio de todos los estilos, escuelas y movimientos, participa un poco de la verdad, junto a estilos más poderosos que niegan por completo la realidad de la vaca, de la pastorcilla, etcétera, porque para mantenerlas no hay mejor camino que arrancarlas a lo real, desrealizarlas, desmontar la realidad de la realidad, y alzarse a la verdad verdadera que se esconde tras la ficticia realidad.

FÉLIX DE AZÚA
Entrada de Diccionario de las Artes (Anagrama; Barcelona, 2002).
Imagen: http://www.eldiariomontañes.es/

marzo 20, 2010

MÚSICA EN ÍTACA (7)




BILLIE HOLIDAY


“Abandona el nombre real, Eleanora, en la niñez, cuando también deja atrás la vivienda de su madre y se emplea de criada. Su biografía acumula velozmente las miserias: malos tratos, violaciones, penuria económica. La adolescente se prostituye y es encarcelada.


Los hombres blancos se alejan del Harlem neoyorquino tras la crisis financiera de 1929, y el antiguo barrio residencial se convierte en el gueto de los negros. Los místicos conviven con los mafiosos, y las bailarinas más sensuales se cruzan con los predicadores en un paisaje de iglesias rodeadas por burdeles. Los escritores ponen su sello: la Meca de la bohemia negra. Allí se abren los clubes que concentran la música experimental y el jazz, y allí empieza a actuar Billie Holiday (Baltimore, 1915 – California, 1959). La chica se refugia en el sitio que le sirve para cantar sus humillaciones de recién liberada de la cárcel.


(…)


Billie lleva tiempo sobre los escenarios a cambio de propinas irrisorias. Tiene dieciocho años cuando la descubre el productor John Hammond, miembro de una familia adinerada y quizá el hombre que se acerca a ella con las intenciones mejores. Se dice que, medio siglo más tarde, Hammond muere escuchando un disco de la que fue su protegida. Gracias a él, la muchacha logra trabajo en orquestas prestigiosas, graba varios temas, colabora con los pianistas Teddy Wilson y Count Basie y, sobre todo, con el saxofonista Lester Young, alma gemela. Debajo de la voz de Billie Holyday, y a veces filtrado entre las palabras, el saxo de Lester Young expresa la misma herida”.



FRANCISCO JAVIER IRAZOKI


(Fragmentos del libro La nota rota; Hiperión, 2009)

marzo 18, 2010

LOS ESCRITORES Y EL CUESTIONARIO PROUST: ÁLVARO VALVERDE (10)


- ¿Cuál es para ti la mayor desgracia?

- La enfermedad.

- ¿Dónde te gustaría vivir?

- En el campo. De Extremadura.


- ¿Cuál es para ti la alegría terrenal más perfecta?

- Por lo que dije antes, la salud. Y ya allí, el amor.


- ¿Qué fallo perdonas más fácilmente?

- Casi cualquiera.


- Tu héroe de ficción preferido.

- Aquiles.

- Tu personaje histórico preferido.

- Carlos V. Por Europa, por Yuste.


- Tu heroína real preferida.

- Por su carga simbólica, la poeta rusa Anna Ajmátova.


- Tu heroína preferida de la literatura.

- Benina (Misericordia, de Galdós).


- Tu pintor favorito.

- Zurbarán, por ejemplo. O Veermer.


- Tu compositor preferido.

- Bach.


- ¿Qué cualidad aprecias más en un hombre?

- La honradez.


- ¿Qué cualidad aprecias más en una mujer?

- La entereza.


- Tu virtud preferida.

- La perseverancia.


- Tu actividad preferida.

- Leer. Y pasear.


- ¿Quién o qué te hubiera gustado ser?

- Un gran viajero.


- La característica principal de tu carácter.

- Acaso la sensibilidad.


- ¿Qué aprecias más de los amigos?

- Su amistad, precisamente.


- Tu mayor fallo.

- Tener demasiados.


- Tu sueño de felicidad.

- Ver razonablemente felices a los que quiero.


- ¿Qué te gustaría ser?

- El poeta que seguramente no soy.


- Tu color favorito.

- Verde.


- Tu flor favorita.

- La rosa.


- Tu pájaro favorito.

- Cualquiera que cante bien. El ruiseñor, pongo por caso.


- Tu escritor favorito.

- Clásicos aparte, Borges, que es toda una literatura.


- Tu poeta favorito.

- Leopardi, de fuera; Cernuda, de aquí.


- Tus héroes en la actualidad.

- Los anónimos, que luchan para que esto mejore.


- Tus heroínas en la historia.

- Las madres.


- Tu nombre favorito.

- Hay muchos. Yolanda, el de mi mujer.

Leticia y Alberto, los de mis hijos.


- ¿Qué aborreces por encima de todo?

- La violencia.


- ¿Qué figuras históricas aborreces más?

- A los dictadores.


- ¿Qué méritos militares aprecias más?

- Los más civiles.


- ¿Qué reformas admiras más?

- Las educativas.


- ¿Qué don natural te gustaría poseer?

- El de la alegría, como mi padre.


- ¿Cómo te gustaría morir?

- Por ahora, de ninguna manera.


- Tu actual estado de ánimo.

- Melancólico, como siempre.


- Tu lema.

- Uno de Lanza del Vasto: “Mantente erguido y sonríe”.

marzo 17, 2010

UN POEMA DE MANUEL RIVAS



"Mil"

(Publicado en"Ningún cisne"1.989)

Tengo algo importante que decir
ahora que acabamos de despedirnos
para siempre.
Te quiero.
Clávame las uñas,
pero has de saber que también fui sincero
las otras mil veces.

Ella me acusa de no tener sentimientos
porque hablo y hablo
o no hablo.
Se va a comer las uñas,
sus altivas uñas escarlata.
Pero me iré.
Se lo dije y rió indiferente,
pero me iré
o no me iré.
Llegaré a una de esas ciudades,
no tan grandes como una ciudad,
donde se para el tren y ya no hay más tren,
con monjas que se sientan sobre un barril de cerveza
en la estación,
y miles de cuervos que esperan con sorna a El-Rey
o una cámara de cine.
De esa ciudad sale un autobús
tan viejo
que tiene un conductor que fuma
y que habla con los viajeros,
justo en cada curva,
cuando llueve,

y lo hace cada día desde siempre,
limpia el cristal con la mano,
como si estuviésemos cayendo,
llueve también dentro.
Y no pasa nada,
pues llegamos cuando escampa,
y sólo gotea en el autobús,
todos mojados menos los paisanos
que ríen
o no ríen.
Ésta ya no es ni ciudad ni nada,
pero hay un barco panza arriba
y una playa de arena negra.
Y hay también una cabina de teléfono.

¿Me oyes? Estoy en una cabina.
Si, bien.
No, nada.
Llovía en el autobús.
Sólo hay un bar.
Sí, tengo monedas.
¿De verdad? Yo también. No, aún no se corta.

Sí, sigo aquí.
No, no estaba pensando.
Escuchaba, eso es todo.
No sé qué decías. Escuchaba.
No, no es un libro.
Son las hojas de la guía.
¿Sabes cuál es el prefijo de Ras-Al-Khaimah?
Marcas 07, luego 971 y después 77
y ya puedes hablar con alguien en Ras-Al-Khaimah.
No, no es que no te escuche.
Escucho, sólo quiero escucharte.
Pero no me preguntes lo que dices.
No puedo hacer dos cosas al mismo tiempo,
entender y pensar en ti.
Qué fácil es hablar con cualquier lugar.
No, no cortes, por favor.
Si cuelgas,
llamaré a Ras-Al-Khaimah
o a cualquier lugar.
Mientras tú hablas, no tengo frío.

Él era fuerte y débil
como un marine yanqui.
Ella, frágil e invencible,
como una guerrillera del Vietcong.
MANUEL RIVAS

marzo 16, 2010

LOS IDUS DE MARZO

Los idus de marzo han llegado desatando el peso de los días. Ya no hay aguijones clavándose en las horas sin luz. He recordado aquella frase: “¡Cuídate de los idus de marzo!”. Julio César fue asesinado en los idus de marzo, un invidente le había advertido del peligro que corría. Cuando ese día iba al Senado le dijo al invidente riendo: “Los idus de marzo ya han llegado”. El invidente contestó: “Sí, pero no se han ido”.

Los idus de marzo han regresado un año más atizando golpes a la desesperanza y abriendo la puerta a los días largos y calientes. Los idus de marzo han brotado entre la lluvia y las primeras hojas. Parecen limpios. Pero los idus de marzo no se han ido.


María Jesús Silva

Imagen: Un pileo ente dos dagas. Relieve de un dinario de Bruto que conmemora el asesinato de César.


marzo 15, 2010

UN POEMA DE JULIO CORTÁZAR

El FUTURO
Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle,
en el murmullo que brota de noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia
los completos de los subtes,
ni en los libros prestados
ni en el hasta mañana.

No estarás en mis sueños,
en el destino original
de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré amor mío,
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen
y comeré las cosas que se comen
y soñaré las cosas que se sueñan
y sé muy bien que no estarás,
ni aquí adentro, la cárcel
donde aún te retengo,
ni allí fuera, este río de calles
y de puentes.
No estarás para nada,
no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente
trata de acordarse de ti.

JULIO CORTÁZAR
De su libro El Maestro
Fotografía: paganpoetryofmine

marzo 13, 2010

LOS PECES DE LA AMARGURA, DE FERNANDO ARAMBURU


Hace un año leí Los peces de la amargura. Mirando el resumen en la contracubierta del libro, lo abrí para ver si había una dedicatoria y la había. No pude resistirme a ella: Dedico este libro a la impureza. Hace unos días lo he vuelto a leer.

El libro consta de diez relatos que giran en torno al problema social y político que vive Euskadi. Se pueden distinguir tres puntos de vista en la narración: las víctimas de ataques terroristas, los familiares de esas víctimas y los familiares y presos etarras. El tono narrativo es frío, de palabras exactas, sin grandes retóricas, humildes como los personajes que se mueven en el entorno que se describe, precisamente ahí reside su fuerza. Ese tono duro, sin sentimentalismos, es necesario para no crear lazos, para no perderse en la fuerza del tema. El autor nos transmite el miedo, la angustia, la desolación en la que viven a diario muchas personas. Nos vamos arraigando en las rutinas a ritmo de palabras en euskera que traduce al final del libro en un glosario

Este libro me ha hecho pensar en lo incómodo que nos resulta mirar hacia el dolor, lo hacemos con cierta ‘costumbre’ mientras pasamos página al periódico o cambiamos la televisión de canal para que ‘el problema’ no pueda desgastarnos. Es más fácil mirar hacia otro lado, duele menos que algo o alguien que mata gente y que hiere los afectos de otras personas.

He descubierto que cada relato tiene una ventana, sí, es una ventana sencilla desde la que mira el protagonista de la historia. Todos los relatos, sin excepción (comprobado), tienen su ventana desde la que se observa el dolor, la desesperanza, la humillación, el recuerdo, el rencor, el odio, el silencio, las miradas escondidas y esquivadas, los saludos negados, las palabras que se gritarían y se hacen mudas y se tragan para que nadie puede oírlas. Una ventana desde la que se oculta la cobardía, el miedo a tender una mano, a la generosidad que ha sido anulada.

El libro es un testimonio de dolor y sufrimiento, un espejo donde se refleja la frialdad con que muchos contemplan ese dolor y ese sufrimiento. Relatos cargados de tristeza, egoísmo, heridas difíciles de cicatrizar, el miedo terrible a decir lo que se piensa y se siente. Crear distancia para mantener a raya los sentimientos, que no delaten, que no traicionen, que nadie sepa lo que lesiona por dentro. Miradas que acarician pero que huyen. Lágrimas, infinidad de lágrimas. Vivir a escondidas, en la sombra, al menos eso garantiza cierta paz. Muy alto el precio a pagar. Ventanas cerradas desde las que se mira pasar una vida que no se eligió.

Es un libro triste, demasiado triste porque grita una verdad.



Hace un tiempo, el "Diario Vasco" de San Sebastián publicaba una entrevista en la que Aramburu, entre otras cosas, decía:
" A mí me gusta el mestizaje, Me gustan los hombres capaces de dudar y de disentir, si hace falta, de sí mismos. Me gustan los que admiten con gusto las diferencias y sus propios errores, los que no se pegan como lapas a un ideal, los escurridizos a las definiciones, los que no ponen bombas para quedarse a solas con sus ilusiones utópicas, los que no tratan de construirse un paraíso con sangre ajena."


En otro momento de la entrevista, le preguntan si vivir en Alemania desde hace dos décadas "es una ventaja o un inconveniente a la hora de analizar lo que pasa en Euskadi".

" En Alemania he visto lo terrible que es para una sociedad soportar el peso constante de la culpa colectiva. A mí me impresiona mucho constatar que la vergüenza por el pasado de la propia nación afecta asimismo a las generaciones que aún no habían nacido cuando imperaba el nazismo. Lo quiera o no, al nacionalismo vasco lo acompañará durante largo tiempo la sombra de las víctimas causadas con el pretexto de construir una patria vasca. De ahí la utilidad histórica del perdón. Claro que, hoy por hoy, no se ve en todo el ámbito vasco de decisión una pizca de humildad."
María Jesús Silva

marzo 12, 2010

ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS, DE LEWIS CAROLL

FRAGMENTO:

"¿Podrías decirme, por favor, por dónde salgo de aquí?"

"Eso depende bastante de a dónde quieras ir" -dijo el gato-.

"No me importa bastante a dónde..." -dijo Alicia-.

"Entonces no te importa dónde ir" -dijo el gato-.

"Mientras llegue a algún sitio" -añadió Alicia a modo de explicación-.

"Oh, seguro que eso pasa -dijo el gato- si caminas lo bastante."

marzo 11, 2010

WALLACE STEVENS






El poeta norteamericano Wallace Stevens (Reading, Pensilvania, 1879 – Hartford, 1955) recibió el Premio Pulitzer de Literatura en 1955. El poeta y profesor Andrés Sánchez Robayna cuidó la edición española de la obra De la simple existencia. Antología poética (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, 2003).

Un poema:

ESTHÉTIQUE DU MAL

Estaba en Nápoles y escribía a su gente.
Entre una carta y otra leía párrafos
sobre lo sublime. El Vesubio había gruñido
un mes. Era agradable estar ahí sentado:
cálidos fulgores trazaban ángulos de llamas
sobre los cristales. Por ser un ruido antiguo
podía describir el terror de ese ruido.
Recordó las frases: pena audible al mediodía,
pena que a sí misma se apena, pena
que mata penas en el ápice de la pena.
El volcán trepidaba en otro éter
como al fin de la vida el cuerpo tiembla.

Casi la hora del almuerzo. La pena es humana.
Rosas en el fresco café. En su libro
estaba escrita la perfecta catástrofe.
Si no fuese por nosotros, el Vesubio, sin pena,
con fuego sólido consumiría estas tierras extremas.
No sabe que los gallos cantan al morir.
Ante esta faz de lo sublime, huimos.
Y sin embargo, si no fuese por nosotros
nada sentiría el pasado entero al ser destruido.

WALLACE STEVENS
Traducción: Octavio Paz.
Imagen: fcom.us.es

marzo 10, 2010

EINSTEIN


"Sólo hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy muy seguro."

marzo 08, 2010

ENTREVISTA CON JUAN MARTÍNEZ DE LAS RIVAS

Nacido en Argentina, Juan Martínez de las Rivas (Buenos Aires, 1957) vive desde su niñez en España. Fue integrante de CLOC, el grupo de escritores surrealistas fundado en San Sebastián, y actualmente ejerce de médico en Ávila. La editorial Acantilado, que en 2009 publicó Fuga lenta, la novela de Martínez de las Rivas, entrevista ahora al autor. Un vídeo de alto interés.


marzo 07, 2010

PEDRO SALINAS




A Pedro Salinas (Madrid, 1891 – Boston, 1951) se le considera el poeta del amor dentro de la Generación del 27. Algunos títulos representativos de la calidad de su obra: La voz a ti debida (1933), Razón de amor (1936), Largo lamento (1939), Todo más claro y otros poemas (1949). Escribió también varias piezas de teatro.

Un poema:

EL DOLOR

No. Ya sé que le gustan
cuerpos recientes, jóvenes,
que le resisten bien
y no se rinden pronto.
Busca carnes rosadas,
dientes firmes, ardientes
ojos que aún no recuerdan.
Los quiere más. Así
su estrago
no se confundirá
con el quemar del tiempo,
arruinando los rostros
y los torsos derechos.
Su placer es abrir
la arruga en la piel fresca,
romper los puros vidrios
de los ojos intactos
con la lágrima cálida.
Doblar la derechura
de los cuerpos perfectos,
de modo que ya sea
más difícil mirar
al cielo desde ellos.
Sus días sin victoria
son esos en que quiebra
no más que cuerpos viejos,
en donde el tiempo ya
tiene matado mucho.
Su gran triunfo, su júbilo
tiene color de selva:
es la sorpresa, es
tronchar la plena flor,
las voces en la cima
del cántico, los altos
mediodías del alma.

Yo sé cómo le gustan
los ojos.
Son los que miran lejos
saltando por encima
de su cielo y su suelo,
y que buscan al fondo
tierno del horizonte
esa grieta del mundo
que hacen azul y tierra
al no poder juntarse
como Dios los mandó.
Esa grieta, por donde
caben todas las alas
que nos están batiendo
contra el muro del alma,
encerradas, frenéticas.

Yo sé cómo le gustan
los brazos. Largos, sólidos,
capaces de llevar
sin desmayo,
entre torrentes de años,
amores en lo alto,
sin que nunca se quiebren
los cristales sutiles
de distancia y ensueño
de que está hecha su ausencia.

Yo sé cómo le gustan
las bocas y los labios.
No los vírgenes, no,
de beso: los besados
largamente, hondamente.
Los muertos sin besar
no conocen el filo
de la separación.
El separarse es
dos bocas que se apartan
contra todo su sino
de estar besando siempre.
Y por eso las bocas
que ya besaron son
sus favoritas. Tienen
más vida que quitar:
la vida que confiere
a toda boca el don
de haber sido besada.

Yo sé cómo le gustan
las almas. Y por eso
cuando te tengo aquí
y te miro a los ojos,
y el alma allí te luce,
como un grano de arena
celeste, estrella pura,
con sino de atraer
más que todas las otras,
te cubro con mi vida,
y aquí en mi amor te escondo.

Para que no te vea.

PEDRO SALINAS
Poema incluido en el libro Poesía (Alianza Editorial; selección de Julio Cortázar; Madrid, 1971).
Imagen: fideus.com

marzo 05, 2010

MÚSICA EN ÍTACA (6)








ROBERT WYATT

“Wyatt participa como baterista y cantante en los cuatro primeros álbumes de Soft Machine, colabora con Pablo Picasso y, en 1970, edita un disco en solitario (The end of an ear). Debe abandonar el grupo tras tensas disputas con Ratledge y Hooper, que imponen un frío jazz-rock instrumental, y durante mucho tiempo rumia las humillaciones padecidas. Su revancha consiste en inventarse Matching Mole. La burla del nombre («molle» significa blanda en francés) esconde una música atrevida. Electric piano solo, del teclista Dave McRae, o Instant pussy, de Robert Wyatt, transmiten una audacia que para sí quisieran ciertos santones de la batuta.
Y en junio de 1973, el drama. Borracho, Robert Wyatt se arroja a una fiesta desde la ventana de un cuarto piso. Se rompe la columna vertebral, pasa ocho meses de convalecencia en el hospital y queda definitivamente condenado a una silla de ruedas. La experiencia dolorosa y el matrimonio con la pintora Alfreda Benge influyen en su manera de componer. Lo comprobamos en 1974, cuando sale su Rock bottom, álbum de melodías bellas producido por Nick Mason, de Pink Floyd, con la ayuda de Mike Oldfield, Hugh Hooper o el clarinetista galáctico Gary Windo. Wyatt ha dejado de ser vanguardista, pero casi ninguna de sus canciones cae en lo previsible. Siempre hay una nota inesperada. A partir de esas fechas, se aleja de Londres, ingresa en el Partido Comunista inglés y da un puntapié a las modas. Es un buscador solitario: «Creo que he desarrollado una suerte de anatomía mutante, un poco como esas especies de las islas Galápagos que no han seguido la misma evolución que las otras, porque estaban separadas del resto del mundo […] Jamás he tenido miedo de crecer ni de envejecer. Lo que por el contrario me aterra es hundirme como músico en una rutina cotidiana. A mi juicio, existe ahí una forma de sacrilegio. Escribir una canción es como pintar la bóveda de una capilla: en los dos casos intentamos la mayor magia posible. Me gusta Van Gogh, por ejemplo, porque es capaz de ver la belleza imperiosa de una vieja silla o de un tazón de patatas, de pintarlos como si él viniera de otro planeta y viese esos objetos por primera vez», confiesa al periodista Richard Robert”.

FRANCISCO JAVIER IRAZOKI
(Fragmento del libro La nota rota; Hiperión, 2009)

marzo 03, 2010

LOS ESCRITORES Y EL CUESTIONARIO PROUST: ÓSCAR ESQUIVIAS (9)




- ¿Cuál es para ti la mayor desgracia?
- La desesperanza.

- ¿Dónde te gustaría vivir?
- En una ciudad hermosa, entre árboles, a orillas del mar Mediterráneo.

- ¿Cuál es para ti la alegría terrenal más perfecta?
- Estar en paz con uno mismo, rodeado de amigos.

- ¿Qué fallo perdonas más fácilmente?
- Creo que todos. Soy desmemoriado y, por tanto, incapaz de guardar rencor, y menos por un “fallo”, que suena a cosa pequeña, involuntaria y doméstica.

- Tu héroe de ficción preferido.
- Mowgli.

- Tu personaje histórico preferido.
- Simeón el Loco y, en general, los padres del desierto.

- Tu heroína real preferida.
- Aunque quizá sea un exceso calificarlas de heroínas, tengo mucha admiración por Teresa de Jesús, Natalia Ginzburg o Sophie Taeuber-Arp.

- Tu heroína preferida de la literatura.
- Me divierten mucho las protagonistas de “Dos damas muy serias” de Jane Bowles por ser unas perfectas antiheroínas.

- Tu pintor favorito.
- Qué difícil. En los grandes museos, suelo detenerme especialmente en las salas de pintura flamenca, italiana y española. Para no dejar de citar a alguien, diré el nombre de Giotto.

- Tu compositor preferido.
- Tampoco sé dar un solo nombre. Quizá Haydn, pero se me ocurren una docena de alternativas.

- ¿Qué cualidad aprecias más en un hombre?
- La bondad, la simpatía, la belleza.

- ¿Qué cualidad aprecias más en una mujer?
- La bondad, la simpatía, la belleza.

- Tu virtud preferida.
- La simpatía.

- Tu actividad preferida.
- Jugar.

- ¿Quién o qué te hubiera gustado ser?
- Un gran actor. Director de orquesta. Tenor. Violinista. Bailarín de ballet.

- La característica principal de tu carácter.
- El equilibrio, creo.

- ¿Qué aprecias más de los amigos?
- Su alegría, su bondad, su simpatía.

- Tu mayor fallo.
- A veces, el atolondramiento.

- Tu sueño de felicidad.
- Vivir en una villa toscana con una renta millonaria, una salud de hierro y lleno de ideas.

- ¿Qué te gustaría ser?
- Escritor.

- Tu color favorito.
- El amarillo.

- Tu flor favorita.
- Los campos de amapolas que nacen en los trigales.

- Tu pájaro favorito.
- El mirlo.

- Tu escritor favorito.
- Uf... Pues… Quizá… ¿Stendhal?

- Tu poeta favorito.
- (Más bufidos) Eugénio de Andrade.

- Tus héroes en la actualidad.
- Los homosexuales en Irán, por ejemplo.

- Tus heroínas en la historia.
- Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken, las primeras diputadas españolas.

- Tu nombre favorito.
- David.

- ¿Qué aborreces por encima de todo?
- La intolerancia y sus manifestaciones (violencia, crueldad, etc.).

- ¿Qué figuras históricas aborreces más?
- Los fanáticos.

- ¿Qué méritos militares aprecias más?
- Desde niño tengo espíritu troyano y gran afición por las historias de asedios. Las defensas obstinadas siempre me han gustado (desde un punto de vista meramente literario, claro).

- ¿Qué reformas admiras más?
- Las democráticas, las que terminan con el totalitarismo y las que separan el Estado de la religión.

- ¿Qué don natural te gustaría poseer?
- La valentía.

- ¿Cómo te gustaría morir?
- En una villa toscana, muy viejo, sano, lúcido y de repente.

- Tu actual estado de ánimo.
- Feliz.

- Tu lema.
- Uno muy viejo: “Todo me está permitido, pero no me haré esclavo de nada”.

marzo 01, 2010

ELECTRA SE QUITA EL LUTO, DE SONIA FIDES

Electra se quita el luto
Sonia Fides
Ediciones Vitrubio, 2008
La voz interior
por Esteban Gutiérrez Gómez
Reniega de la realidad que te ha tocado vivir,
las sombras que pueblan cada rincón de tu casa,

los amigos que te acompañan

riéndose de su propio desconocimiento.

Reniega y acuéstate conmigo.

Quizá

no sea tan malo

nuestro despertar.

(Baco)

En ocasiones, leo un poemario y cuando acabo me siento regurgitado al mundo. No he sido consciente, pero he estado veinte estaciones de metro sintiendo sensaciones ajenas provocadas por la lectura o reflexionando en voz alta. Debe ser eso que se siente cuando se dice que uno es tragado por la literatura.


Si un poemario me estremece, o hace que el paso del tiempo me parezca más laxo o al contrario, más acerado, o logra que me inunden imágenes de bocas que parecen pronunciar palabras y en realidad permanecen mudas, veinte estaciones de metro, siento como un despertar, como la sensación de regresar de otro mundo.
Sí, tragado por la literatura.
Pero hay ocasiones en los que ese otro mundo en el que me he sumergido no es invención, no es ficción, es la propia realidad arrojada sobre si misma, como un haz de luz blanca proyectado sobre un prisma que descompone esa visión uniforme en varios rayos de colores. Así resulta en Electra se quita el luto, ese otro mundo en el que te sumerge es el mundo real, el que se esconde tras la hipocresía que nos caracteriza, el que tratamos de obviar los humanos. Así es, nosotros, ignorantes criaturas domesticables, podemos callar, podemos permanecer mudos ante lo que desfila ante nuestros ojos, ante la realidad que vivimos, pero cuando nosotros callamos, hablan nuestras entrañas.
Divide Sonia Fides su poemario en cuatro partes sobre las que me permito zigzaguear:


I. Electra.
A Sonia Fides no le gusta el mundo. Ni ella ni a otros muchos entre los que me encuentro. Pero Sonia Fides no pretende disfrazar esa realidad, ni pintarla de colores amigos. Sonia quiere decirnos que reniega del mundo y del hombre de hoy (nos hemos alejado tanto de lo que nos hacía hombres (Pág. 21), nuestros cuerpos se adivinan vacíos (Pág. 22), Y en ese momento fuimos más huérfanos que nunca/y nos rodeo una jauría de silencios…/ que no dudaron ni un instante en escupir sobre nosotros/ las dos sílabas que nos designas como necios (Pág. 50)). Con su poesía melancólica, llena de juegos intelectuales y metáforas despiadadas nos dice que no le gusta este mundo (no sé si me apetece formar parte de esta sociedad (Pág. 40)) y que estamos ciegos porque vivir no es sólo respirar (La vida no tiene nada que ver con el caprichoso show de los pulmones (Pág. 24), la respiración es una anécdota que nos lleva a la muerte (Pág. 46)).

II. Dios
Dios no escucha (Desde hace algún tiempo Dios no me toca (Pág. 49)), es insensible y nos prejuzga con el silencio, pero nosotros tratamos de olvidar y olvidamos el tesoro de la vida, de la niñez (La importancia de la masa ósea de los calendarios (Pág. 31)) y sólo buscamos el refugio artificial de eso que llaman felicidad (lo que falta para formar el todo ha dimitido de mí. Yace satisfecho y atiborrado de somníferos,/en la insostenible trinchera de la felicidad (Pág. 33)).

Es posible que Dios esté loco (Los parientes pobres de la familia de los submarinistas (Pág. 34) o que este mundo sea un juego de nuestra mente (Mi mirada ha sido clonada a partir de un parte de guerra (Pág. 43)). Es posible que esa sea la explicación.

III. Agnosticismo.
Toda mi generación, susurra Sonia con voz post party, es un conjunto vacío (lloro el que toda mi generación sea ahora una circunferencia (Pág. 67)). Susurra realidades segura de que no cambiarán nada.

IV: Defensa.
5 poemas sin título para una muerte que
no oculta nada, porque después
nada.
No existen paraísos en este mundo.
No es una metáfora extraña ese sujeto hermano que mueve la boca y
no dice
nada.
Recuerden: cuando nosotros callamos, hablan nuestras entrañas.
Como es el caso de Sonia Fides con su Electra se quita el luto.
Ojala se estremezcan ustedes también con su lectura y comiencen a
renegar
(de sí mismos).



MENOS MAL QUE DESDE HACE TIEMPO DIOS NO TIENE INCONVENIENTE EN CONTARME SUS SECRETOS

Si te separas de mí que sea para traicionarme
Luis Cernuda.

Menos mal que desde hace tiempo,
Dios no tiene inconveniente
en contarme sus secretos.
Si no resultaría insoportable
Verificar que existen demasiada variedades de hombres.
Hombres que aspiran a que sus pulmones guarden silencio
porque están seguros de la inocencia de los bronquios
en esta profesión llamada vida.
Hombres que ignoran que la autopsia se nos realiza
mientras estamos vivos,
que olvidan como se obliga a nuestros cuerpos
a ser una quimera para los gusanos que queden por nacer.
Y hombres que disimulan cuando alguien les acusa
de ser una plaza sitiada
sobre cuyas paredes se rotula el resultado
de esta sublime inecuación:
La respiración es la anécdota que nos lleva a la muerte.

EL SIGNO DE INTERROGACIÓN ES UNA DE ESAS VERDADES CATEGÓRICAS QUE ACABAN POR ARRUINARTE LA VIDA

Aquí está el poema que iba a escribir
Antes, pero que dejé
Porque te levantabas

Raymond Carver

Accedí a que me reconocieras
pero cuando para hacerlo no recurriste al tacto
sino a las preguntas,
me vi obligada a someterme a una repentina operación de estética.
Quién iba a decirnos que el signo de interrogación
sería una de esas verdades categóricas
Que acaban por arruinarte la vida.

MIS OJOS SÓLO EXISTEN PARA LO QUE ESTÁ POR DEBAJO DE LO QUE EXISTE DE MANERA OFICIAL
Me he conocido
Y me he dado cuenta de mi profundidad
Porque constato que estoy en mi superficie.

Pilar González España

Tal vez no me creáis si os insinúo,
que mis ojos sólo son eficaces para lo que está
por debajo de lo que existe de manera oficial.
Porque si se recuentan los minutos tal y como
la vida decide enumerarlos,
los cronómetros siempre acaban escogiendo
convertirse en víctimas de esa decisión aleatoria.
Por eso desconfío tanto de los premios de consolación
y reivindico los secretos como materia de defensa
sobre todo en días como éste,
en los que la lluvia es un consejo de guerra
y los árboles actúan como soldados
que ofrecen sus bocas abiertas.

LA VIDA NO TIENE NADA QUE VER CON EL CAPRICHOSO SHOW DE LOS PULMONES

No es por la muerte en sí
sino por el abandono
por lo que el hombre empieza a conocer
el estupor del miedo y su naturaleza

Javier Lorenzo Candel

Si tuviera que escoger un amante entre todos los ingredientes
que escribo a diario en mi lista de la compra,
subrayaría, sin que me temblara el pulso,
la palabra cebolla.
Me gustan los misterios,
confiscarle el pasaporte a mi núcleo privado,
ser la cena para cualquier noche desnutrida
y ayudar a los tejado a que se disfracen de boas constrictor
haciendo llamativos ejercicios de rehabilitación
para mantener sus mandíbulas siempre apunto.
No conviene que la madrugada padezca de hambruna
porque el hambre es una poderosa fabricante de estatuas
y la quietud acaba siempre por evidenciar,
que la vida no tiene nada que ver
con el caprichoso show de los pulmones.

MATERIA DE DEFENSA
I
Unas manos con voz cantan mi destino,
me dicen que navegue, que nade,
que me haga víctima
si es necesario,
pero que nunca sea náufraga de ningún paraíso,
ni siquiera cuando su fina arena, siempre caliente,
haga noche entre mis dedos cansados de tráfico y asfalto.


ELECTRA SE QUITA EL LUTO
De Sonia Fides
(Ediciones Vitruvio, 2008)

Por María Jesús Silva

Es este un poemario en el que la poeta utiliza el versículo para hacer oír una voz narrativa que se dirige a un 'tú'. En realidad es la voz de la primera persona expresada como si se tratara de un monólogo al referirse a quien se dirige, con el que a veces dialoga, sin esperar ni buscar respuesta. Existen pinceladas políticas y reflexiones sobre la vida, las sencillas, las que nos sitúan en un lado y de repente nos encuentra en el contrario. El abandono, la soledad, la baja auto estima, el orgullo, el esfuerzo que supone el olvido, lo difícil de seguir camino y la esperanza de la recuperación. Instantes que encontramos repartidos por estos versos.

El libro se divide en cuatro partes:


Electra se quita el luto, rutinas de las que se quiere salir sin llegar a huir, personalidad suplantada por la anulación, el miedo a seguir como una denuncia del mundo en el que la bondad de los hombres se agota, quizá sólo el destino y el Dios que lo mueve manejan los hilos.



Dios me cuenta sus secretos, decepción=ira=abandono=memoria=nada es igual. Romper con todo, horas que alimentan sin querer que avancen, acostumbrarse al tiempo para que no duela, dónde está el mundo a que se pertenece, explicar el qué, herida pero ilesa. Aquí no importa tanto lo que se muestra sino lo que no se ve, lo que se sigue edificando para luchar. Los hombres y sus diferentes pensamientos. Silencio, soledad.

Agnosticismo débil, tres poemas que hablan de una realidad física palpable, despedidas de personas y de la persona misma. Desprendimiento.

Materia de defensa, nos hace una presentación de la persona y sobre ella plantea diferentes preguntas, qué hacer con una tarde, qué hacer si no hay teléfono, qué hacer para atrapar a la muerte.
Algunas de las figuras retóricas que aparecen en el libro son:

La figura que dirige todo el poemario es el retrato, intenso, describe tanto la cualidad física como la moral. Le sigue muy de cerca la etopeya, sólo la cualidad moral.

La enumeración, aparece en muchos de los poemas reseñando los componentes de un conjunto de ideas, observaciones o sentimientos.
Ej: pág, 33

Soy la mitad de casi todo, una sílaba a medio
pronunciar,
el aire tímido en la garganta de la noche.

El 4% de lo ilegal,
el 40% de lo devastado
el 6% de lo insuficiente.
Lo que me falta para formar el todo ha dimitido en mí. (...)

El epifonema, reflexión final, aparece cerrando la mayoría de los poemas.
Ej: pág, 46

La respiración es la anécdota
que nos lleva a la muerte.

Ej: pág, 67
He de tener cuidado,
sigo soñando que los cambios de estación no desean deletrearme.

El símil, compara un hecho real con otro imaginario.
Ej: pág, 75

¿Pero qué haces?
No te eches la siesta ahora,
no ves que están buscando seductoras
para que caiga la muerte prisionera.

La antítesis, enfrenta pensamientos opuestos.
Ej: pág, 58

Me siento libre a pesar de tu muerte.(...)

La paradoja, en una misma frase dos pensamientos que parecen irreconocibles.
Ej: pág, 18

Algunas mañanas me despierto a la misma hora que la muerte.(...)

La ironía, afirma lo contrario de lo que se dice.
Ej: pág, 22

Hemos dejado de ser hijos ilegítimos.
Nuestras madres
nos entregaron hace un instante en acogida.

Este hecho quizás explicaría
la consolidación de cualquier blasfemia
o el innovador vicio de los peatones por no rozar el asfalto.(...)

El sarcasmo, ironía aplicada de una forma crítica a las personas.
Ej: pág, 20

No existen los milagros si de por medio
anda el ministerio de Fomento.
A ellos les da igual
que Jesús de Nazaret,
se entretuviera, antes de ser crucificado,
en redactar el Protocolo de Kioto
o que las autopistas sean campos de concentración
donde a duras penas sobreviven montañas,
que parecieran enfermas de cáncer
en la antesala de su última sesión de quimioterapia.(...)

El apostrofe o invocación, dirigirse a personas o cosas que estén ausentes.
Ej: pág, 46

Menos mal que desde hace tiempo,
Dios no tiene inconveniente
en contarme sus secretos.(...)

La hipérbole, exageración positiva o negativa de la valoración de una persona.
Ej: pág, 36

Desde niña he creído en la elegancia del diablo,
por eso en esta nueva temporada de desfiles
me pongo a sus órdenes.(...)
Algunos me miran,
parecen que empezaran a comprender
de qué está hecho el infierno,(...)

La optación, manifestación de un deseo.
Ej: pág, 24

Si tuviera que escoger un amante entre todos los
ingredientes
que escribo a diario en mi lista de la compra,
subrayaría, sin que me temblara el pulso, la palabra cebolla.(...)

Los versos largos que ha utilizado la poeta consiguen un ritmo lento y dan un tono grave a la expresión, apoyados por la abundante adjetivación y la gran sustantivación.
Los tiempos verbales pasan por el presente, el pretérito imperfecto de subjuntivo, el futuro y el pretérito perfecto compuesto.

Opinión personal:
Este poemario me atrapa desde los primeros versos. Magnífico. Todo el libro es una acrobacia en la que la soledad, el miedo y la búsqueda de algo soñado se baten en una lucha a muerte. Hay escondida una pirueta extraordinaria que se ejecuta de una forma constante: el instinto de salvación. La perseverancia para reponerse una y otra y otra vez. Un presente que ya es pasado y un futuro que todavía no existe pero se apuesta por él, se desea. Y en ese futuro está la rebeldía, un afán por permanecer fiel a lo importante, lo que nos sujeta pese a todo, lo que nos hace quitarnos la piel, lo que nos hace libres, los deseos. 'No quiero ceder, ni acostumbrarme', parece decir la poeta. No se quiere si para ello hay que abandonar la barra niveladora que nos mantiene en la cuerda floja, la fuerza del alma hacia dentro, muy adentro, donde algunos tienen el acceso restringido y donde otros jamás llegarán.