octubre 30, 2020

le recuerdo así: tumbado entre la madreselva con sus calcetinitos blancos y un bolsillo lleno de semillas. sacaba una con mucho cuidado de su envoltura transparente y la comida despacio. entonces le brotaban pequeñas hojas de rúcula y achicoria en las rodillas y los muslos por las que trepaban las lombrices para alimentarse. después repetía el gesto y comía otra semilla de otro envoltorio y en sus antebrazos nacían bayas dulces a las que venían a comer los pájaros. de su cuello y los hombros nacían plantas aromáticas y olía a esencia de romero salvia eneldo albahaca. yo iba cortando los tallos y los ponía en frascos de cristal para suavizar el aire de la casa. así se convertía en vegetal. por la noche esa criatura con ojos de trébol recuperaba su aspecto humano y descansaba en la madreselva que le nutría. un día no lo encontré. esperé un tiempo pero no volvió. yo cerré la casa para siempre.


María Jesús Silva


enero 31, 2020


Otros me siguieron y construimos estas cabañas grises de troncos. No es una buena forma de vivir, porque las cosas cuadradas carecen de poder.

El Poder del Mundo obra siempre en círculos porque todo tiende a la redondez. En los viejos tiempos, cuando éramos fuertes y dichosos, nuestro poder brotaba del aro sagrado de la nación y mientras el aro se mantuvo intacto el pueblo prosperó. El árbol floreciente se hallaba en el centro, y lo nutría el círculo de las cuatro regiones. El este daba paz y luz, el mar calor, el oeste lluvia, y el norte con su viento fuerte y frío, le confería fuerza y resistencia. Todo lo que el Poder del Mundo hace, se hace en círculos. Según me han contado, el firmamento es redondo y la tierra es redonda y lo mismo las estrellas. El viento gira en su gran fuerza. Las aves construyen en círculos sus nidos. El sol sale y se pone en círculo, como la luna, y ambos son redondos. Incluso las estaciones forman un gran círculo en su trascurso de una a otra y vuelven siempre al punto de inicio. La vida del hombre es un círculo de infancia a infancia, y lo mismo sucede en todas las cosas en las que el poder reside. Nuestros tipis eran redondos como los nidos de los pájaros y siempre se disponían en círculo en el que el Gran Espíritu deseaba que empollásemos a nuestros hijos.  
Pero los wasichus nos han metido en estas cajas cuadradas.

Del libro ‘ALCE NEGRO HABLA’ de John G. Neihartdt

enero 28, 2020

Este será el año de las ausencias, de la pérdida definitiva en su aspecto humano de algunas personas y la de otras que se irán desvinculando de mi vida. Todas las personas llegan a nosotros con alguna misión y cuando ésta acaba deben de seguir su camino, algunos se quedarán durante años y otros un tiempo más corto. También nosotros nos despedimos de las personas que ya no nos necesitan. En ocasiones servimos de puente entre los unos y los otros para que se conecten, se conozcan y se unan. Así los hilos se van ampliando y van tejiendo afectos en los que todos estamos comunicados, unas veces más cerca y otras más alejados. Es como la posición del sol durante las estaciones del año: frío, templado, calor.
María Jesús Silva
La foto es de Leandro Alonso García, Fragmento