mayo 31, 2009

Todo sigue así (poesía completa). Julio César Navarro




MADRID
No preguntéis cómo es Madrid
Ni los nombres de sus arterias
o por qué tanto tráfico lleva siempre al mismo sitio
aunque no queramos estar ni sepamos cómo

No preguntéis quién diseñó el plano de sus calles
Ni qué mano hacedora orientó sus motivos
para cambiar de sitio los lugares
y mover las horas de mis citas

No preguntéis dónde saldrá el sol mañana
Ni cómo os despertaréis
en una cama con banda sonora Chill Out
entre 4.000.000 de camas
sin conocer siquiera las estaciones de metro

Y no preguntéis
Nunca
por qué en todas las calles
hay más alcantarillas que puertas.

AUTORRETRATO EN LA PARED

Se trata de acomodarse entre una luz y la pared.
Luego se toma un lápiz o un carbón
y se traza el límite de la sombra que aparece en vertical,
con muchísimo cuidado.
Lo he intentado de perfil,
pero resulta imposible si uno vive solo en casa.
Me conformo posando de frente
y el resultado es el correcto.
Luego me siento en una silla
en cualquier sitio entre aquí y allá.

Se trata de que pasen unas cuantas horas.

La estancia no llama la atención

ni en el sabor de sus esquinas.
No hay huellas de cadáveres borradas en el suelo.
Nunca se ha volcado por la ventana
la luz intermitente de un cartel luminoso
durante las noches.
Todo está limpio.
Nada en el ambiente del perfume
de una actriz que ha fracasado.
No hay ningún recuerdo entre los muebles.
Los vecinos apenas rompen el silencio alguna vez
y nunca es por nada importante.
En la estantería están los libros suficientes
para pasar inadvertidos
entre facturas viejas y la propaganda de hoteles cercanos.
Ni una sola botella de licor.
Ni siquiera se acumulan
platos sucios en la cocina.

En la pared el dibujo resiste.
Se trata de que se pase la vida.


CANCIÓN PENÚLTIMA

Si pudiera volver a escribir aquellos versos
acostado sobre la pradera de un parque sin nombre,
a solas;
si pudiera recordar por qué rescaté aquella palabra
que se moría cada dos minutos.

Hice una presa en el río con la silla que robé
de un vagón de circenses,
me reí con los borrachos que guardaba en mi equipaje,
puse detrás de la brújula el imán que descubrí
en un meteorito.

Hice el amor doscientos años con un océano,
aquel océano sin cordura que olvidó colocarse en los
mapas
y se vino a vivir entre las obras del estadio.

Ha quedado poca luz en el paisaje que miro,
no sé si es que anochece o es otra moda que ha llegado
a la
ciudad,
apenas puedo terminar las páginas de estos pasos
sin dormirme.

Y ahí están, al otro lado de los cristales,
las ramas de la insolencia que se mueven con el viento,
y el viento
que siempre las mueve.

© Julio César Navarro
[último poema escrito por Julio César en su libro prepóstumo “Todo sigue así” ].




TODO SIGUE ASÍ
(poesía completa)
Julio Cesar Navarro

PUREZA
Por Esteban Gutiérrez Gómez

No conocí a Julio Cesar, sin embargo, mucha gente me habló de él y de su poesía sin alivio. A finales del año 2008 supe que su enfermedad se había agravado y que Jesús Urceloy intentaba desesperadamente que su poesía se plasmase sobre papel, con forma de libro, y él pudiese verlo antes de morir. Casi lo consiguió. La misma mañana de enero en la que se dirigía al hospital con los libros recién paridos por la imprenta, recibió una llamada que le decía que Julio Cesar había dejado de sufrir.El libro comprende los poemarios Línea 2 (2006), Todo sigue así (2007-2008) y Cada siete de octubre (2008).El primero, Línea 2, es un poemario en el que el poeta nos muestra las estaciones de metro de esta línea como estaciones de penitencia. La oscuridad está presente en el poemario desde el primer poema, una oscuridad en la que guarece su pureza.Todo sigue así era un poemario inédito hasta la aparición del libro. Se tituló originariamente “Madrigueras de un desertor” y fue finalista del prestigiosos Premio Ciudad de Torrevieja, 2007. Se compone de cuatro partes: Domicilios clandestinos, Poemas para asfaltar un par de calles, Callejero de escondites y Mística de sofá. Es a mi juicio un poemario excepcional, donde destacaría entradas como la que abre el libro, Tengo en casa, o los poemas “Madrid” y “La cena”. Está poblado de fantasmas internos de los que más tarde hablaré, descritos sin amargura, casi asumiendo que la vida debe ser eso.Cada siete de octubre contiene sus últimos poemas, casi todos escritos para el taller de Jesús Urceloy, al que acude desde hace cuatro o cinco años. La poesía de Julio Cesar se va abismando, los fantasmas cobran cuerpo y, sin embargo, una placidez aparece al final de cada lectura. Me gustan especialmente los poemas: “El poema perdido”, “La brocha de hacer X”, “Calzoncillos”, “Autorretrato en la pared”, “Dante en mi sótano” o “Fuit”, en estos dos últimos asumiendo algún que otro error.
Julio Cesar habla en su poesía de lugares que evocan sentimientos (sobre todo de Madrid, una ciudad por la que deambular) y de sentimientos que evocan lugares. De sus versos se desprende una nostalgia bárbara, un anhelo de buscar algo perdido que sabe que nunca podrá encontrar. Su sensibilidad extrema lo enfrenta al mundo y le atormenta el alma, porque este mundo no es su mundo.Así no es extraño que sus poemas estén poblados de fantasmas como el dolor (“El jardín de Julieta”), como la soledad (“Palacio”, “Psicoanálisis que el poeta se hace a sí mismo bajando en un ascensor desde el piso 35 de un rascacielos...”, “La cena”, Quisiera ver la soledad con pasos lentos), como el insomnio (“Canto a nosotros mismos”, “Autorretrato de Dios en Soria”), como la tristeza (“El poema perdido”), y todo se resuma en ver pasar lacónicamente el tiempo (“Canción para dormirme o nana”, “La semana”). A pesar de lo que pueda parecer, Julio Cesar Navarro fue un luchador infatigable, un buscador que nunca renunció a sus principios, que hizo aquello que el alma le pedía que hiciese. Aquí queda esa alma, plasmada sobre el papel, para que todos podáis disfrutar de su pureza.
Que no descanse en paz, como dice Jesús Urceloy, que no descanse su alma infatigable, y que seamos capaces de coger su testigo.



TODO SIGUE ASÍ
poesía completa
JULIO CÉSAR NAVARRO
Editorial Sloper (Palma de Mallorca 2008)

Por María Jesús Silva

El libro se divide en tres poemarios:
LÍNEA2 (2006)
TODO SIGUE ASÍ (2007-2008)
CADA SIETE DE OCTUBRE (2008)

LÍNEA 2 (2006)
Es un recorrido de la línea 2 del metro de Madrid. El poeta nos muestra las estaciones en el orden original que sigue la línea roja del metro. Empieza en Ventas y termina en Cuatro Caminos. En cada estación se detiene y nos habla de lo que ocurre o imagina que pasa en esas paradas.
Como figuras retóricas aparecen, la topografía, que nos va descubriendo lugares. La prosopografía, que nos describe a las personas en su aspecto exterior. Y, levemente, aparece también la etopeya, que nos habla de algún comportamiento moral.

Ej: pág, 27
PRÍNCIPE DE VERGARA

La historia ha sembrado de príncipes las calles de Madrid
con rótulos de metal en las esquinas.

Y en las esquinas permanecen camuflados,
pantalones vaqueros y chaquetas de piel,
horas y miradas de un otoño en zigzag.
Y respiro a paso de tortuga se dieran cuenta
de que falta el aire.

Quiero susurrar en alguna parte que yo pude hacerlo
mejor.
Que en Vergara mi abrazo hubiera emocionado.
Que los hijos de los reyes rehusarán sus coronas
por una noche de primavera.
Y hubiese sido el salmista primero en el palacio del rey
Saúl.

Me da miedo
que al final los príncipes se pierdan
como semillas de mostaza entre los dedos de mi biografía.

Aparecen pensamientos en forma de hipérbole:

Ej: pág, 35
SAN BERNARDO
A Urceloy

Madrid se cambia
entero en 10 minutos,
y sigue igual.

Heráclito se esconde
dentro de los parquímetros.


TODO SIGUE ASÍ (2007-2008)
Está dividido en cuatro partes:
I-Domicilios clandestinos; todos los poemas poseen un epifonema.

Ej: pág, 45
(...) Tengo una casa
una vida intrusa entre los muebles.

Ej: pág, 52
HOGUERA DE HÖLDERLIN

(...)La ilusión de ser un robinsón, pero ni eso,
me rescata un barco y me lleva al caudal de las
multitudes que circulan en una
sala de espera.

En una hoguera en la plaza
lo he perdido todo.

Unido al epifonema hay una máxima o sentencia.

Ej: pág, 48
GLOSA A UN POEMA DE GONZALO RUBIO

(...)Imaginaba, señor, la distancia de una grieta.
Yo era un adorno de bazar en la vitrina,
el ku de una piel sin uso,
que buscaba lo suave en la acera y en los lunes.


Ahora estoy quieto entre puñales de inocencia.
No es que no haya venido nadie.
Es que, señor, ya no hablo.

II-Poemas para asfaltar un par de calles. En esta parte destaca, sobre todo, la Topografía (descripción de un lugar) para ir encuadrando el ‘yo’ poético dentro de esas descripciones, creando de una forma instantánea la etopeya (descripción moral) y el retrato.

Ej: pág, 60
PERIÓDICO DE HOY

A veces se me olvida que no todo son poemas
ni palabras sin sentido,
que Beethoven ya está muerto,
que las palmeras en Sibaris son artificiales,
que tengo dos camisas sin planchar.

No hay mensajes pintados en las lluvias de Ohio,
las putas de Berlín también aceptan dólares,
cada vez es más duro despertarse en Polonia,
y trescientos batusis alcanzan el Infierno.

Tebas fue destruida, ¿a quién le importa?
Viene por la calle el dibujo de mi infancia
y me escondo en el portal más cercano.
Una modelo romana me quita los pantalones
mientras repaso unas fechas importantes.
He aprendido a decir adiós en varios idiomas,
pero me he dejado en un taxi las ganas de dormir:

A veces se me olvida que puede llover en cualquier
parte,
sí, es verdad,
está lloviendo en Malasaña.

III-Callejero de escondites. En esta parte todos los poemas nos hablan de una tercera persona. El poeta nos va dando las pautas para descubrir a ese alguien del que nos está hablando. Vuelven a aparecer, como figuras retóricas muy marcadas, las enumeraciones y el retrato.

Ej: Pág, 61
CATÁLOGO DE SITIOS

En la ducha, aquí en el comedor,
en el puf, sobre aquella alfombra andina
que compré en Bogotá, tras la cortina
que pusimos en el recibidor;

en verano, junto al ventilador;
sobre la lavadora, la vitrina,
en el porche, también en la cocina;
y en invierno, sobre el calefactor;

en la puerta del hall, en el trastero,
en el estanque, en medio del sendero,
en la umbría detrás de la retama,

en la jaula de Bob, en el ropero
y en la mesa de mi despacho... pero
esta noche te esperaré en la cama.

Ej: pág, 86
EPOPEYA DE UN VIERNES DE MARZO

Camino por todas las calles perdiendo la niebla
y pongo en limpio la luz de las farolas.
Es lo que tiene el invierno, que a veces falla.

Cada ciudad se convierte en un saldo de medio millón
de historias;
pero no hay tiempo de saber (...)

Este es el poema que habla de cuando voy deprisa,
del calor, del asfalto, de la gloria, (...)

A la vez que Manhattan bosteza a la sombra de los que
pierden,
admito la piel debajo de mi ropa. (...)

El ruido de una fiesta se marcha en barco (...)

Luego casi olvido,
me olvido y regreso a casa.
Allí, detrás de la puerta, un sillón y la tele y una
alfombra;
a la izquierda la cocina y detrás un dormitorio
sin importancia.

IV-Mística de sofá. En esta parte el poeta utiliza la primera persona para argumentar los poemas, en los que se va mostrando. Así nos habla del desencanto, de los anhelos, del amor, de los pensamientos que le atrapan desde un tren, de un despertar o de los recuerdos de la niñez.
De nuevo vuelven las figuras retóricas de pensamiento descriptivo, tanto la prosopografía, como la etopeya y el retrato.

Ej: pág, 104
OSITO DE PELUCHE EN UN DESVÁN

En el desván
se habían refugiado las señales que salvé.
Era como un vagón de mercancías
viviendo sobre nuestra casa.

Se ordenaba el tacto de lo viejo
entre el monólogo de los álabes
y una música de bicicletas antiguas.

Cuando los aviones de Hitler
interpretaron su sonata sobre Coventry,
el niño subió al desván
a esconderse con su osito.

Hay cenizas de nuestra intimidad
que, con el tiempo,
ponen alma a los peluches.

Ahora regreso alguna vez,
por si vuelve a acordarse de mí,
y me quedo quieto en un rincón,
agitado entre mis olvidos.

CADA SIETE DE OCTUBRE (2008)
En este libro también descubrimos la voz poética del ‘yo’, a la que va dando forma a través del símil (comparación) que utiliza reiteradamente en varios de los poemas junto a la anadiplosis (repetición del final de un verso al comienzo de otro) y la anáfora.

Ej: pág, 109
EL PEZ ABISAL

El pez abisal escuchaba
todos los días
canciones llenas de espectros
en la radio del conserje de un hotel barato en las
afueras de París. (...)

Era capaz de poner una nota de oscuridad
en la oscuridad de aquel hotel barato en las afueras
de París. (...)

Ej: pág, 132
ODA A TODAS LAS COSAS QUE SE ROMPEN

Esta mañana he roto un par de platos en la cocina,
he mirado los trozos en el suelo
y he sentido que todas las cosas se rompen. (...)

me sorprendo con este papel en las manos,
y he sentido que todas las cosas se rompen. (...)

el runh-cko runh-cko del motor del ascensor,
y he sentido que todas las cosas se rompen. (...)

la cúpula de Genbaku en Hiroshima,
los canales de Venecia,
y he sentido que todas las cosas se rompen. (...)

los adornos que llevamos
colgados al cuello
como trazas de una madre,
de un amigo,
del amor,
y siento que todas las cosas se rompen. (...)

La totalidad del poemario está escrito en versículo, consiguiendo un ritmo lento y un tono grave.
Lo que el poeta siente, el pensamiento, es el hilo que conduce estos poemas.
El estilo del poemario va desde lo dramático, pasando por lo lírico, con una connotación religiosa.
Los tiempos verbales más utilizados son el imperfecto, quizá buscando el valor durativo de esta forma. También utiliza el pretérito perfecto simple, más característico de la narración. Sin embargo, al utilizar el versículo como forma poética, este tiempo es bastante acorde.


Opinión personal:

Julio César Navarro se muestra a través de estos poemas como se sentía. Con esas emociones contradictorias entre lo correcto y lo incorrecto. Esa dualidad que se forma y aprisiona cuando se tiene un exceso de amor a todo y a todos y no se llega a saber si será entendido y aprobado dentro de los cánones establecidos como aceptables.
Es un viaje interior que nos acerca a sus dudas, miedos, pensamientos, miradas, secretos y deseos. Hay alguna pincelada abstracta de retazos de historias vividas, en las que se intuye, sobre todo, las de la infancia y el comienzo de la adolescencia.

narayama 02/13

narayama 09/13

La Balada de Narayama

Película dirigida por Shoei Imamura (1926-2006). Relata la dureza de la vida en una comunidad rural japonesa del siglo XIX. Imamura muestra el desarrollo de los acontecimientos sin concesiones al sentimentalismo. Presenta una fotografía espectacular y crea un atmósfera bucólica y costumbrista que contrasta con el cruel desarrollo de los acontecimientos. Esta película ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 1983. La crítica se sintió apabullada ante el realismo sin paliativos que mostraba el director. Su visión del Japón más aislado no escatimaba en escenas violentas, pero no fue esta crudeza el único motivo de su éxito en Occidente. Imamura equilibra la extrema degradación de los habitantes del valle, con un lirismo que nos habla de la relación del hombre con la muerte, siempre con la naturaleza como fuerza mayor.

Interpretada por Sumiko Sakamoto, el argumento gira en torno al personaje de Orín, mujer que a sus 69 años aún posee una salud de hierro y una fuerza de trabajo envidiable. Sin embargo, la costumbre local establece que los ancianos, al perder su dentadura, deberán ser llevados a la cima del monte Narayama y abandonados allí a su suerte. Esta cruel práctica es asumida por ellos mismos y por toda la comunidad, hasta tal punto que resulta un grave deshonor no cumplir con la tradición.

Documentación extraída del artículo de Marc Monje para Mundo cine y de la página www.carlosarranz.es.

mayo 30, 2009

EL REGALO DEL SOL


Relato tradicional kamba

En cierta ocasión, un hombre decidió ir a ver el lugar por donde sale el Sol todas las mañanas. Cogió un poco de comida para el viaje y caminó hacia el este, hasta que llegó a un ancho río. Tuvo que nadar mucho para atravesarlo, con miedo de que hubiera cocodrilos, y al llegar a la otra orilla prosiguió su marcha tranquilamente.
Pero la comida se le acabó pronto, así que para mantenerse con vida tuvo que comer tierra e insectos.
Por fin llegó a un segundo río, aún más ancho y caudaloso que el primero. La otra orilla parecía estar en llamas.
-Este río es demasiado ancho - se dijo-. Jamás lograré cruzarlo.
Pero, a pesar de todo, cerró los ojos, se arrojó al agua y dejándose llevar por la corriente alcanzó el otro lado del río.
Allí se encontró con una anciana.
-¿Dónde vive el Sol? -le preguntó.
-En lo alto de esa colina -respondió la mujer.
El hombre subió a la colina y vio un palacio luminoso donde todo era de oro.
Allí la esposa del Sol le recibió amablemente y le ofreció comida y agua.
Al poco tiempo vio que algo rojo se iba acercando. Era el Sol en persona, que regresaba a casa después de su trabajo diario. El Sol saludó al hombre con cortesía y le invitó a quedarse a cenar y pasar la noche. Luego, le enseñó su palacio, un magnífico edificio con arcos hechos de perlas preciosas.
A la mañana siguiente, el hombre se levantó con las primeras luces del día para ver cómo se alzaba el Sol. Vio la cama donde éste había dormido. Le dieron sopa para desayunar, y la mujer del Sol le entregó algo de pan para su familia.
Luego, el Sol le dijo:
-Cierra los ojos.
Y cuando los abrió se encontró junto a su cabaña, y vio a su familia que salía a emprender sus tareas diarias. Entre todos se comieron el pan del Sol y, desde aquel día, ninguno de ellos volvió a enfermar.

Relato seleccionado de El libro de los cuentos del mundo. Historias y leyendas mágicas que se cuentan todas las noches en los cinco continentes. Jorge Bucay.

Imagen: www.foto-imagenes.com

mayo 29, 2009

MIGUEL ÁNGEL GARA

Miguel Ángel Gara (Madrid, 1970) ha colaborado en diferentes publicaciones como República de las letras, Poeta de cabra, Anónima, Ariadna-rc, Salamandria o Amargord, entre otras. Algunos de sus poemas han sido seleccionados en diversas antologías de papel e internet. En estos momentos es el responsable de la sección de poesía de la revista Literaturas.com. Ha publicado los poemarios El libro de Sara en ediciones LF, Luz previa a la luz (Premio Ciudad de Badajoz 2005) en la editorial Algaida, y el libro de aforismos Gérmenes y momentos en Amargord Ediciones. Próximamente sale a la luz su cuarto libro, El desierto de agua, finalista del premio Villa de Leganés.




Un poema:


Yo fui la Sara de la abundancia entre los campos feraces de mis pechos.
La cometa que vuela sin hilo y que crees atraer con tus dedos que
conforman la garra.
Misterio del golpe sobre el golpe de la carnalidad, un demonio del agua
que se niega a volver las manos crispadas.
Porque lo que esperamos es el tacto, el fin, la lógica de los actos
incólumes.
Y los monstruos son las sombras de una luz que mancilla la intención
que quedó atrás.
Fui la aberración a la que te entregaste en racimo de empeños y a la que
deseaste luego destruir.
Envejeció nuestra memoria en un latido, el ojo fue todo luna y filo y
dolor.
Cuchillo de retina.
El resto de las cenizas fueron resucitadas por lo que habría de llegar.

De su libro El Libro de Sara, Ediciones LF, El árbol espiral colección dirigida por Luis Felipe Comendador.

mayo 28, 2009

SALTO


En las tardes de lluvia, veo levantarse las olas desde mi ventana. Me subo en ellas. Me lanzan hacia los tejados rojos y negros. Hubo un tiempo en que me los habían cerrado. Es allí donde me gusta andar de puntillas, como los funambulistas. Pretendo un equilibrio, intento mantenerme entre el más allá y el más acá, entre el bien y el mal, entre lo absurdo y lo real. Me encuentro con el espejo que proyecta una figura inexistente; un alma de niebla que se desliza entre toboganes y se pierde en las gárgolas que me hacen una invitación para lanzarme desde lo más alto; desde el reloj parado y perdido de un tiempo que señala una hora muerta. Me pongo las alas y salto. Miro la vida boca abajo. Mis alas se quiebran en el vuelo. Lo mejor de la caída... no hay red.

Texto: María Jesús Silva

Imagen: dreamer.blogia.com

mayo 27, 2009

MARCOS Y MOSÉS, CARMEN POSADAS

Marcos nació en una familia de siete hermanos. Su madre tuvo un parto difícil, pero gracias a la ayuda médica nació sin ninguna tara.
Mosés también tiene siete hermanos. Durante el embarazo, su madre tuvo problemas y él nació con un pulmón oprimido que ahora le impide respirar con facilidad. Mosés nació ayudado por su tía y su abuela, expertas ganaderas.
Marcos disfruta de una alimentación sana y equilibrada. Come verduras, carne, pescado, hierro, fósforo, hidratos de carbono...
A Mosés se le cayeron los dientes debido a la desnutrición.
La comida preferida de Marcos es el pollo, y el jamón serrano.
Mosés no lo ha probado nunca, pero seguro que le gustaría.
Marcos tiene un abrigo de cuadros para los días de frío.
Mosés tiene más suerte, porque en su país casi nunca hace frío y no necesita ropa. Es una suerte doble, porque aunque la necesitara tampoco la tendría.
Marcos sale de su casa para ir a jugar al parque y dar un paseo.
Mosés siempre está fuera de casa.
Marcos no conoce a su padre y no sabe dónde está.
Mosés tampoco lo conoce, pero sabe que murió en la guerra, aunque no contra quién luchaba.
Marcos no irá nunca al colegio ni aprenderá a leer.
Mosés tampoco.
La esperanza de vida de Marcos es de unos 20 años.
La de Mosés es mayor, pero él quizá no llegue a cumplir los 20.
Marcos es un setter irlandés.
Mosés, un niño africano.

Carmen Posadas - Autogestión (Tomado de www.solidaridad.net)
Imagen: www.abc.es

mayo 26, 2009

EVA CHINCHILLA

Eva Chinchilla (Madrid, 1971)
Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense. Miembro del consejo de redacción de Ophelia, revista de teatro y otras artes. Participó como dramaturga en la obra colectiva sobre el exilio republicano español Guardo la llave. Ha colaborado con revistas literarias como "Entonces" o "Cuadernos del Matemático".
En 2003 integró la antología Estruendomudo y publicó el poemario Verbo rea.

Un poema:


equipaje


De lo que te olvidaste

te dejaste

se perdió

me lo robaron

no amé

qué hermoso lugar

pesa mucho

tengo miedo

no te sirve


Equipaje de uno que se atrevió a mirar


se desprende del peso

Maleta de aire

entorna los ojos mientras

el valle cede


ante la infancia

ante la estatua

de lo que fuimos

solos


Basta

con callar

y se despliegan alas

depositan se desprenden de aquello

que hasta hoy

pertenecía


Horizonte hecho árbol

Meteorito

de los caminos largos


acantila

tirita

terremota aquello

que todavía ya

no somos


De su libro verbo rea, Estruendomudo, 2003

mayo 25, 2009

CLARA PELLEGRINI

Clara Pellegrini nació en Villa Dolores, provincia de Córdoba. Es escribana. Ha obtenido premios y distinciones en certámenes nacionales y provinciales. Sus poemas han sido recogidos en numerosas antologías. Sus dos primeras publicaciones independientes, fruto de su labor lírica, son el libro titulado Lo que queda, editado en el año 1993, y Palabras en refugio, que marca una continuidad en su vocación poética.


Dos poemas:

Se desnudaron los sauces

y los ecos se ovillaron en las manos

que guardaban tu nombre.

Y tu nombre, amado,

se fracturó en la mirada.


AZAHARES


Mira los azahares en septiembre.

Desde allí estaré

mirándote.

De su libro Palabras en refugio, Ediciones del Copista, colección Las horas doradas.

Imagen: María Jesús Silva

mayo 23, 2009

HOMENAJE A MARIO BENEDETTI - JOAN MANUEL SERRAT - EL SUR TAMBIEN EXISTE

En estos días nos dejo Mario Benedetti, para algunos siempre andará muy cerca, para otros muy lejos.

Táctica y estrategia

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos.

Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos.

Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos

no haya telón
ni abismos.

Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.

Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.




CUENTO ZEN


LA LUNA EN UN VIEJO CUBO


Una monja estudiaba el Zen, día tras día, desde hacía treinta y tres años. Había entrado en un monasterio como joven novicia a los diecisiete años. Tenía ahora cincuenta. Su vida de fertilidad había terminado. No sentía amargura por ello. Se dedicaba a las ocupaciones cotidianas con paciencia y buen talante. Preparaba el arroz o la cebada, iba mañana y tarde a buscar agua al pozo que había a unos cien metros. A veces la visitaba una nube de melancolía, pero ella la apartaba. Ponía en práctica el zazen con regularidad, meditaba, estudiaba los escritos de los grandes maestros del pasado. Pero nunca había conocido el Satori, la paz inimaginable, que inunda bruscamente el alma asombrada, la risa, la gran risa del Despertar.

Un atardecer, volvía del pozo cuando caía la noche. Observó sin pensar en ello el reflejo de la luna en el agua del cubo. Era un cubo viejo, cuyo fondo había reparado ella con bambú trenzado. T de repente cedió la compostura y el agua escapó, y al instante desapareció también la luna con el agua del viejo cubo. En aquel preciso instante, ella conoció el Satori. Fue libre.


*****

El Satori es el despertar a la conciencia de Buddha, la iluminación, según las doctrinas del Zen, surge durante un acontecimiento inesperado, una casualidad o conciencia favorable, para las mentes preparadas para acogerlo.

El Zen es una experiencia íntima que permite unir lo visible y lo invisible, lo relativo y lo absoluto, lo que pasa y lo que permanece. No es ni el bien ni el mal, ni el sí ni el no, ni el vacío ni lo pleno. "Es el dedo que señala la luna", como dice el proverbio chino (y en lo que se fija el tonto es en el dedo). El Zen es una lámpara encendida, un fuego en lo alto de la colina, una consciencia despierta.

¡El ruiseñor!
De cien personas,
¿Cuántas lo advierten?

(Ryokan, Pays natal)

Cuento extraído de Los más bellos cuentos Zen, Henri Brunel.
Imagen: d.emule.com

mayo 22, 2009

ELOY SÁNCHEZ ROSILLO




Eloy Sánchez Rosillo (Murcia, 1948) es profesor de literatura española en la universidad de la ciudad donde nació. Ha publicado los poemarios Maneras de estar solo (Rialp; Madrid, 1978), Páginas de un diario (El Bardo; Barcelona, 1981), Elegías (Trieste; Madrid, 1984), Autorretratos (Península / Ediciones 62; Barcelona, 1989), La vida (Tusquets; Barcelona, 1996), Las cosas como fueron. Poesía completa, 1974-2003 (Tusquets; Barcelona, 2004), La certeza (Tusquets; Barcelona, 2005) y Oír la luz (Tusquets; Barcelona, 2008). Premio Nacional de la Crítica en 2005.

Un poema:

SIN AMOR

En cuántas ocasiones
vamos a nuestras cosas sin amor,
con las manos manchadas de azufres miserables
y un perro que nos ladra dentro del corazón.

Como si mereciera la pena, de este modo,
alcanzar lo que el ansia señala con su dedo:
unas migajas tristes que desprecian
los pájaros del cielo.

ELOY SÁNCHEZ ROSILLO
Poema incluido en el libro Oír la luz (Tusquets; Barcelona, 2008).

Imagen: servicios.laverdad.es

BALANZA DE CRISTAL

La Delegación Adjunta de Garantía de Derechos Sociales y las Asociaciones referentes a la Discapacidad en Getafe nos invita a participar en el Mercadillo Solidario de la Discapacidad que organiza el sábado 23 de mayo de 10 a 14 horas.

Como siempre os animamos a que os paséis y de esa manera colaboréis y conozcáis más en profundidad nuestra organización y a también a las distintas organizaciones de discapacitados de Getafe.

Pd.: Si también deseéis participar en el mercadillo poneros en contacto con Rocío e indicadle vuestra disponibilidad, os necesitamos

Fecha: 23/05/2009
Hora: 10 : 00
Duración: 4 Horas
Localización: Plaza de la constitución (Getafe)

mayo 21, 2009

HARKAITZ CANO


Harkaitz Cano (Lasarte-Oria, Guipúzcoa, 1975) publicó en 1994 su primer poemario en lengua vasca: Kea behelainopean bezala (Susa, Zarautz). Es autor de las novelas Belauna jazz (Susa; Zarautz, 1996), traducido al castellano con el título Jazz y Alaska en la misma frase (Seix Barral; Barcelona), Pasaia blues (Susa; Zarautz, 1999) y Belarraren ahoa (Alberdania; Irún, 2004). Ha escrito asimismo libros de relatos en euskera: Radiobiografiak (Elkar; San Sebastián, 1995), Telefono kaiolatua (Alberdania; Irún, 1997) y Bizkarrean tatuaturiko mapak (Elkarlanea; San Sebastián, 1998). Reunió sus relatos en Enseres de ortopedia inútil (Hiru; Fuenterrabía, 2002) y sus crónicas neoyorquinas en El puente desafinado (Erein; San Sebastián, 2003). El libro de poemas Norbait dabil sute-eskaileran (Susa; Zarautz, 2001) ha sido traducido por el propio Cano: Alguien anda en la escalera de incendios (El Gaviero Ediciones; Almería, 2008).

Un poema:

CENTRIFUGADO DEL REO

Hay a quien se le hace duro.
El truco consiste en mirar las cosas fríamente:
sentarse allí, en la silla, con la misma tranquilidad
con que uno lo haría en la peluquería,
con la única preocupación de si le cortarán
demasiado el flequillo o le arreglarán bien las patillas.
Inspeccionar con ojo clínico de trapero
aquel aparato lleno de correas: un electrodoméstico más.
Como si la silla fuese un congelador que ralentiza
fotogramas desperdiciados en amor y rencores
que te sobrevivirán en los cerebros de quienes te recuerden.
O mejor aún: mirar la silla,
observarla como si se tratase de un trono
del otro lado del espejo, o mejor, de una simple
lavadora. Eso es: quedémonos con la lavadora.
Mirarla como si se tratase de un aparato ensalivador
que masca tus camisas hasta darles el aroma del limón
y hace girar la ropa sucia de tu vida,
ropa que tú mismo has apelmazado y metido dentro.

Te conducen a ella, te invitan a sentarte,
atan las correas y te dan una última oportunidad
para decir algo:
quizá te dé por pedir un cómic de Hugo Pratt
mientras aguardas el desenlace.
Puede que te dejen fumar un último pitillo
(depende del día, las normas son las normas).
Nunca más deberás tender la ropa,
adiós al fatigoso incordio de coladas que gotean.
Todo ha acabado para ti. Y todo, esa palabra,
se te antoja un par de vaqueros aún no gastados,
cuando la silla eléctrica comienza a centrifugar.

El tiempo justo de preguntarte: -¿Quién vestirá mis ropas?

La furgoneta de los traperos ha alcanzado una curva
y bailan por última vez
las camisas del condenado.

Un viejo de lacia melena
introduce monedas en la secadora
mientras chupa la corteza de un limón
y sigue como si nada.

HARKAITZ CANO

Poema incluido en el libro Alguien anda en la escalera de incendios (El Gaviero Ediciones; Almería, 2008).

mayo 20, 2009

FELIPE BENÍTEZ REYES

Felipe Benítez Reyes (Rota, Cádiz, 1960) ha publicado los libros de poemas Paraíso manuscrito (Calle del Aire; Sevilla, 1982), Los vanos mundos (Maillot Amarillo; Granada, 1985), Pruebas de autor (Renacimiento; Sevilla, 1989), La mala compañía (Mestral; Valencia, 1989), Poesía 1979-1987 (Hiperión; Madrid, 1992), Sombras particulares (Visor; Madrid, 1992), Vidas improbables (Visor; Madrid, 1995), Paraísos y mundos. Poesía reunida (Hiperión; Madrid, 1996), El equipaje abierto (Tusquets; Barcelona, 1996), Escaparate de venenos (Tusquets; Barcelona, 2000), Trama de niebla (Tusquets; Barcelona, 2003) y La misma luna (Visor; Madrid, 2007). Su narrativa comprende los libros Chistera de duende (1991), Tratándose de ustedes (1992), Un mundo peligroso (1994), La propiedad del paraíso (1995), Humo (1995), Impares, fila 13 (1996, en colaboración con Luis García Montero), Maneras de perder (1997), El novio del mundo (1998), Lo que viene después de lo peor (1998), El pensamiento de los monstruos (2002), Los libros errantes (2006), Mercado de espejismos (2007, Premio Nadal).

Acercarse a su blog recién estrenado:
MERCADO DE ESPEJISMOS, felipebenitezreyes.blogspot.com

Un poema:

POR ORDEN ALFABÉTICO

La A, densa y borrosa, de la amnesia.
La B del bajel ebrio que navega en la noche
bajo una luna en C, creciente enigma.
La D de los desiertos dilatados
y la E de que mana el río Éufrates.
La F fatalista de un infinito que agoniza
y la G de sonora oscuridad,
como un garfio de plata en la garganta.
La H en su abstracción de nada hermética.
Columna de la I, báculo de la J.
El baile de difuntos de la K: kirieleisón,
y una L de labio y noche líquida.
Corona de la M (y esa N nereida
a la que un delfín, al saltarla,
convierte en una Ñ).
El círculo de fuego de la O
que cruza la sorpresa de un tigre amaestrado.
Mariposas que mueren en la red de la P.
Ese rostro que fuma de la Q.
La R que es raíz de toda rosa.
La S de la sierpe que se arrastra
por nuestros paraísos.
La T de la tiniebla que titila
y la U como un cuenco
de oscura miel lunar en nuestra boca.
Esas uves siamesas en la firma de Shakespeare.
La X del misterio y la aritmética.
La Y (que es nuestro vínculo
con una Grecia abstracta y luminosa),
capaz de unir la noche y la alhucema,
Camelot y la nieve.
La Z de un zenit nunca cumplido.

Combinándolas todas,
ordenan nuestro mundo,
y añaden un sonido al pensamiento,
y un eco de agua al mar,
y un vibrar de cristales fragilísimos
a todos los conjuros zozobrantes
que formulamos todos cada día.

FELIPE BENÍTEZ REYES

Poema incluido en el libro Escaparate de venenos (Tusquets; Barcelona,
Imagen: casablanca.cervantes.es

mayo 19, 2009

JORGE RIECHMANN



Jorge Riechmann (Madrid, 1962) es poeta, traductor, ensayista y profesor de Filosofía Moral. Investiga sobre cuestiones ecológico-sociales. Ha publicado los poemarios Cántico de la erosión (Hiperión; Madrid, 1987), Cuaderno de Berlín (Hiperión; Madrid, 1989), Materia móvil, precedido de 27 maneras de responder a un golpe (Libertarias; Madrid, 1993), Baila con un extranjero (Hiperión; Madrid, 1993), El corte bajo la piel (Bitácora; Madrid, 1994), Donde es posible la vida (Cuadernos Hispanoamericanos, 1995), Amarte sin regreso; poesía amorosa 1981-1994 (Hiperión; Madrid, 1995), La lengua de la muerte (Calle del Agua; Villafranca del Bierzo, 1997), El día que dejé de leer EL PAÍS (Hiperión; Madrid, 1997), Muro con inscripciones (DVD; Barcelona, 2000), Trabajo temporal (If Ediciones; Béjar, 2000), La estación vacía (Germanía; Alzira, 2000), Desandar lo andado (Hiperión; Madrid, 2001), Poema de uno que pasa (Fundación Jorge Guillén; Valladolid, 2003), Un zumbido cercano (Calambur; Madrid, 2003), Ahí (arte breve), seguido por De ahí que (Lumen; Barcelona, 2004), Anciano ya y nonato todavía (Ediciones El Baile del Sol; Tegueste, Tenerife, 2004), Ahí te quiero ver (Icaria, Barcelona, 2005), Conversaciones entre alquimistas (Tusquets; Barcelona, 2007), Cómo se arriman las salamanquesas (Centro Cultural Generación del 27; Málaga, 2007).

Un poema:

ORIENTARSE EN LA CIUDAD

Magerit, en árabe: aguas que fluyen.

Rodea atentamente los alcorques de los árboles,
mira esas zanjas abiertas, esos huecos, presta oído
al fondo del desagüe bajo el suelo enrejado.
A veces uno advierte un relumbre fugaz,
cierta sombra silvestre que furtiva se esconde.

¿Qué olor extraño mezcla
una memoria marina
con no sé qué silabeo nutritivo?
Bajo la costra de asfalto
¿qué intuición de piel o de advertencia?
¿Quién ha nacido en la vertical fértil?
¿Qué murmullos se oyen por ahí?

¿Si por debajo de las calles edificios y plazas
palpitasen las antiguas cañadas, manantiales,
colinas playas bosques, toda la entretejida
inquieta diversidad de lo que vive
aguardando sólo la ocasión propicia
para el próximo anhelante despertar?

JORGE RIECHMANN

Poema incluido en el libro Con los ojos abiertos (Ediciones Baile del Sol; Tegueste, Tenerife, 2007).
Imagen: www.cccb.org

mayo 18, 2009

DAVID GONZÁLEZ, LOSER

El nuevo libro de David González, LOSER, sale el día 19 de mayo.

Fechas, lugares y horarios, en Madrid.


MIÉRCOLES 20 DE MAYO. Ciclo Permanente de Poesía Crítica, organizado por Alberto-García Teresa. A las 19 hrs. Recital de David González, presentado Loser (Bartleby Editores, Madrid, 2009) Librería Asociativa Traficantes de Sueños.c/Embajadores, 35.


JUEVES 21 DE MAYO Presentación del poemario Loser, de David González + Cuaderno de batallas, de Déborah Vukusic. A las 19 hrs. Casa del Libro de Fuencarral. c/Fuencarral, 119.


VIERNES 22 DE MAYO Ácido Tour, con David González, Ana Pérez Cañamares, José Ángel Barrueco, Antonio Díez, María Jesús Silva, Javier Das, Hasier Larretxea, Esteban Gutiérrez y Gsus Bonilla. Mesón Nuevo Canete, Plaza del Poniente, 9 Fuenlabrada, a eso de las siete de la tarde.

PEDRO MAIRAL


Nació en Buenos Aires en 1970. Su novela Una noche con Sabrina Love recibió el Premio Clarín de Novela en 1998 y fue llevada al cine en 2000. Publicó además las novelas El año del desierto y Salvatierra; un volumen de cuentos, Hoy temprano; y dos libros de poesía, Tigre como los pájaros y Consumidor final. Ha sido traducido y editado en Francia, Italia, España, Portugal, Polonia y Alemania. En 2007 fue incluido, por el jurado de Bogotá39, entre los mejores escritores jóvenes latinoamericanos.


Un poema:


Por eso

porque yo me desierto y tú me lluvias
porque me océano y me balsas
porque me otoño y tú me hojas
porque me sótano y me alas
por eso yo te músico y me músicas
por eso yo te potro y tú me frutas
y yo te marinero y me tabernas
y yo te remolino y me lagunas
por eso yo te circo y tú me infancias
por eso te amarillo y me amarillas
y te barco y me arenas
y te astro y me noches
y te buzo y me perlas
y te campo y me flores
por eso yo te viento y tú me crines
por eso te crepúsculo y me auroras
por eso yo te cielo y tú me golondrinas

De su libro Tigre como los pájaros.

mayo 17, 2009

Los Rodriguez Para No Olvidar

Los Rodríguez fue una banda de rock hispano-argentina formada en España por dos argentinos y dos españoles, que desarrolló su carrera en la década de los 90. En su formación tuvo a grandes músicos como Andrés Calamaro, Ariel Rot y Julián Infante.
Ariel Rot y Julián Infante habían sido componentes del grupo juvenil Tequila. La posición de Calamaro fue creciendo año a año, lo que terminaría acabando con la banda seis años después.
El nombre definitivo se debe a que a Calamaro le hizo gracia cuando se enteró del significado que tiene en España la expresión "estar de Rodríguez".
Tras componer sus primeras canciones sacan en 1991 su primer disco: Buena suerte, que gozó de una gran aceptación en Argentina, debido principalmente por la versión que de la canción "Mi enfermedad" hizo Fabiana Cantilo.

En 1995 lanzan su último disco de composiciones nuevas, titulado Palabras más, palabras menos, con famosas canciones como "Mucho mejor" (con Coque Malla) o "La milonga del marinero y el capitán" y que fue un éxito total de ventas en España, sólo superado por el siguiente. Además, confirman su sociedad con Joaquín Sabina lanzándose a una gira conjunta por el territorio español.
Otro de sus sencillos "Para No Olvidar" (compuesto igualmente por Calamaro) es un clásico que aún sobrevive en el repertorio popular.
En 2006, tras diez años de la separación del grupo, Andrés Calamaro y Ariel Rot se reúnen de nuevo para realizar una pequeña gira que comienza el 27 de mayo en el festival "Valladolid Latino", terminando el 10 de diciembre en el Estadio Obras Sanitarias de Argentina, pasando antes por Salamanca y Murcia en España.
El 29 de noviembre del 2007, Daniel Zamora, el último bajista de la banda, se suicidó.

Para no olvidar (una parte de la letra)

De un tiempo perdido ha venido
un recuerdo encontrado para quedarse conmigo
olvidado en el olvido
es el vino que el olvido ha destruido
sin tocarme la puerta
recuerdo entrometido
voy a quedarme dormido en tu cintura
y si me despierta el día presumido
déjame quedarme un poco en las alturas
para qué contar el tiempo que nos queda
para qué contar el tiempo que se ha ido
y es que vivir es un regalo y un presente
mitad despierto, mitad dormido...

Espero que os agrade tanto como a mí.

mayo 16, 2009

JOSÉ FERNÁNDEZ DE LA SOTA

José Fernández de la Sota (Bilbao, 1960) ha publicado los libros de poemas Te tomo la palabra (1989), La gracia del enano (Renacimiento; Sevilla, 1994), Esto no es un soneto (1996), Todos los santos (Hiperión; Madrid, 1997), Lugar de paso (2001), Material de construcción (Hiperión; Madrid, 2004), Cumbre del mar (Hiperión; Madrid, 2005), Aprender a irse (Hiperión; Madrid, 2007) y Vacilación (Bassarai; Vitoria, 2009). Fue director de la colección de poesía Los pliegos del Norte, responsable del suplemento literario Pérgola, codirector (con la escritora María Maizkurrena) de las revistas Ipar Atea y Boletín de Ficciones; es redactor de Zurgai. En 1997 publicó el libro de relatos Elefantes blancos (Papeles de Zabalanda; Vitoria). En 2004 obtuvo el Premio Iberoamericano Cortes de Cádiz con el volumen de cuentos Suerte de perro y otros relatos (Algaida; Sevilla, 2005).

Un poema:

ANATOMÍA DEL ODIO

Entra y sale de ti
y usa tus manos.
Vulnera tu muralla circular.
Es una bala con tus iniciales.
Cumple oscuros mandatos:
se apodera
de tu cuerpo mortal
cuando apetece.
Te sabe desde siempre,
es tu enemigo.
Se presenta a la puerta de tu pecho
y te ofrece
igual que un vendedor de consumibles,
mañanas relucientes,
estrellas rutilantes,
caballos y victorias
y silentes
cuchillos en el agua.
Te promete
días de gloria y semen
a mares. Vive dentro
de un profundo testículo encriptado.
Quiere perderse dentro de tu nombre.
Tiene sed de tu carne.
No desea otra cosa que tus ojos.
Sólo la transparencia lo detiene.

JOSÉ FERNÁNDEZ DE LA SOTA
Poema incluido en el libro Aprender a irse (Hiperión; Madrid, 2007).

Imagen: blogs.larioja.com

mayo 15, 2009

ANA DELGADO CORTÉS

Ana Delgado Cortés (Madrid, 1973) figura en varias publicaciones colectivas (Cristales en la arena, 1993; Poemas egocéntricos, personales y plurales, 1994; Contrapartida, 1999) y es autora de los poemarios Zoología marina, vertebrados terrestres (Azarbe, 2006) y Poemas del amor sumiso (Ediciones Torremozas; Madrid, 2008). Entre otros galardones, ha ganado el Primer Premio de Poesía del Círculo de Bellas Artes de Madrid (2007).

Un poema:

Mi último amante remonta el vuelo
de la falda de una rubia.
Ella no sabe de estratosferas,
pero en sus aires de mujer diez
él planea
-intuyo que planea futuros inmediatos-,
mientras yo, cada domingo,
me descoyunto al doblar las sábanas a solas
porque no me da de sí la envergadura
de estas alas que no vuelan los días pares.

ANA DELGADO CORTÉS
Poema incluido en el libro Poemas del amor sumiso (Ediciones Torremozas; Madrid, 2008).

Imagen: http://www.contrapartida.net/

mayo 14, 2009

Ítaca

Navego a gran velocidad. Puedo sentirlo en los rebotes de mi cuerpo. Los ojos cerrados. Me dejo mecer por el vaivén que me eleva y me hace descender hasta el recuerdo de mi padre contándome la historia de Ulises, perdido en un mar durante años. Castigado. La brisa me llega con sabor salado, ácido. Vueltas... murmullos. Quizá navego cerca de la isla de las Sirenas y sus cantos melodiosos me cautiven y me alejen del rumbo. Algo en la cara me aprieta. En la garganta siento presión, no puedo tragar, oigo un silbido “ssssffff”. Otra vez las olas me suben, me bajan. Mi padre dijo que yo tendría que descubrir si Penélope amaba a Ulises. Mi brazo se mueve como una marioneta que alguien maneja. Lo agarran, lo aprietan, lo pinchan... Un líquido frío y viscoso rellena los surcos azules. Ulises visitó el país de lestrigones, donde la noche y la mañana están tan cerca que se saludan cada día ¿o es cada noche? Tengo frío, mucho frío. Mis piernas me abandonan, huyen hacia una barca que se acerca entre la niebla. Reconozco a Caronte en busca de almas. Mis piernas suben a su barca y se instalan cómodamente. Me elevo en las olas de este mar violeta. A lo lejos diviso un bosque, Perséfone hace señas para que nos acerquemos al país de Hades. Ulises arribó y le auguraron que todavía no estaba en el mar correcto. Pobre Ulises, vagando tan lejos de su isla. Tampoco yo sé si acabaré este viaje, ni a dónde conduce este viento que sopla a ratos despacio, a ratos alocado, acaso Éolo esté jugando. Mis párpados se abren ante el destello de una luz blanca, será el faro de alguna costa cercana. Los faros nunca duermen. Alguien golpea mi cara. “Ya vuelve” -oigo susurrar-. Entonces mis piernas regresan sobre sus pasos y se fijan otra vez en mi cuerpo, abandonan la barca. El sonido del mar se aleja. El vaivén de las olas cesa. La luz del faro se apaga. Caronte me dice adiós, intento retenerle, le grito que tengo el óbolo para pagar el viaje. Se aleja. Un sonido seco y metálico me hace abrir los ojos. Una luz intermitente se posa en mis retinas. Me ofrece cobijo, “ya hemos llegado” -dice-. Noto como me elevan para salir de una cabina. Me mueven deprisa por pasillos y puertas que se abren hasta llegar a una sala donde me depositan bajo un foco grande y redondo. Una mano rápida me pone una mascarilla, oigo contar hacia atrás: “diez, nueve, ocho...” En la pared del fondo una postal grande, un mar calmado y violeta. Alguien navega hacía una isla con una luz blanca... ÍTACA.

Texto y foto: María Jesús Silva

mayo 13, 2009

ANTONIO GAMONEDA




Antonio Gamoneda (Oviedo, 30 de mayo de 1931) es un autor inevitable en el panorama de la poesía española actual. Obras como Blues castellano, Lápidas, Libro del frío y Arden las pérdidas figuran entre sus méritos para el Premio Cervantes que recibió en 2006. Todos sus versos, hasta 2004, han sido recogidos en el volumen Esta luz. Poesía reunida, 1947 – 2004 (Galaxia Gutenberg / Círculo de lectores; Barcelona, 2004).

Dos poemas en prosa:

Entre el estiércol y el relámpago escucho el grito del pastor.

Aún hay luz sobre las alas del gavilán y yo desciendo a las hogueras húmedas.

He oído la campana de la nieve, he visto el hongo de la pureza, he creado el olvido.

*
* *

Un bosque se abre en la memoria y el olor a resina es útil al corazón. Vi las esferas del sudor y los insectos en la dulzura;

luego, el crepúsculo en sus ojos;

después, el cardo hirviendo ante el centeno y la fatiga de los pájaros perseguidos por la luz.

ANTONIO GAMONEDA

Los dos poemas están incluidos en el volumen Libro del frío (Siruela; Madrid, 1992).

Imagen: http://www.barcelonareview.com/

mayo 12, 2009

YVES BONNEFOY











Yves Bonnefoy (Tours, 24 de junio de 1923) es ya un clásico de la literatura francesa. Matemático y filósofo de formación, ha destacado como poeta. Desde su primer poemario (Traité du pianiste), publicado en 1946, hasta el más reciente (La longue chaîne de l’ancre), fechado en 2008, una veintena de libros de versos justifican el prestigio del autor. Son igualmente valorados sus numerosos volúmenes de ensayos. Ha traducido obras de Shakespeare, Keats, Leopardi, Yeats, etc.



Un poema:

TEMPRANO, esta mañana, la primera nevada. El ocre, el verde
Se refugian debajo de los árboles.

La segunda, a las doce. Del color
Sólo quedan
Las agujas de pino
Que caen, también ellas, más tupidas a ratos que la nieve.

Luego, de atardecida,
El astil de la luz se inmoviliza,
Las sombras y los sueños tienen el mismo peso.

Sólo un poco de viento
Escribe una palabra con la punta del pie
Fuera del mundo.

YVES BONNEFOY

Traducción: Jesús Munárriz.
Poema incluido en el libro Principio y fin de la nieve (Hiperión; Madrid, 1993).
Imagen: elestantedelfondo.blogspot.com

mayo 11, 2009

RENÉ CHAR



René Char (L’Isle-sur-Sorge, 14 de junio de 1907 – 19 de febrero de 1988) es uno de los principales poetas franceses del siglo XX. Surrealista hasta 1935, participó en la Resistencia contra el nazismo y colaboró con Picasso, Matisse, Kandinsky y otros pintores. Fue el primer autor vivo incluido por la editorial Gallimard en su muy selecta colección Pléiade. Tres frases resumen su concepción de la poesía:
- La comodidad es crimen
- Hicimos lo que el poema mandaba
- La poesía es el mundo en su mejor lugar

Un poema en prosa:

EL INOFENSIVO

Lloro cuando el sol se pone porque te sustrae a mi vista y porque soy incapaz de llevarme bien con sus rivales nocturnos. Aunque esté bajo y ahora sin fiebre, imposible obrar contra su ocaso, suspender su deshoje, arrancar todavía algún deseo a su fulgor moribundo. Al partir te diluye en su oscuridad igual que el limo del lecho se deslíe en el agua del torrente más allá de los escombros de las riberas destruidas. Dureza y blandura, de nervio tan diferente, causan entonces efectos similares. Dejo de recibir el himno de tu palabra; de repente ya no apareces íntegra a mi lado; lo que aprieta mi mano no es el huso nervioso de tu muñeca sino la rama hueca de un arbolillo cualquiera muerto y ya aserrado. Ya no se pone nombre a nada, sino al escalofrío. Es de noche. Los artificios que se encienden me sorprenden ciego.
No he llorado de verdad más que una sola vez. Al desaparecer, el sol había cercenado tu rostro. Tu cabeza había rodado a la zanja del cielo y yo ya no creía en el mañana.
¿Cuál es el hombre de la mañana, y cuál el de las tinieblas?

RENÉ CHAR

Traducción: Jorge Riechmann.
Poema incluido en el libro Antología esencial (Editorial Pamiela; Pamplona, 1992).

Foto: www.rfi.fr

mayo 10, 2009

JUAN EDUARDO CIRLOT

Juan Eduardo Cirlot (Barcelona, 9 de abril de 1916 – 11 de mayo de 1973) fue poeta, ensayista, músico, crítico de arte, especialista en hermenéutica medieval y simbología. Amigo de André Breton, se interesó por el surrealismo, el sufismo y la Cábala. Colaboró con Antoni Tàpies y Joan Brossa. Su Diccionario de símbolos sigue siendo un libro de referencia. Bronwyn, Variaciones fonovisuales, Canto de la vida muerta o Cordero del abismo son algunos de sus muchos poemarios. La editorial Siruela ha publicado lujosamente toda la obra poética de Cirlot.

Un poema en prosa:

AMOR

A veces me canso de mis ojos y del fulgor celeste que domina la tierra de mi frente. Entonces, a través de las nubes y de los horizontes de todos mis abrasados pensamientos, desciendo a las riberas animales.
Allí, ya no sé cómo escuchan los muertos, ni tan siquiera recuerdo la voz de los pájaros prisioneros. Nadie canta ni grita: apenas se comprende el significado de la palabra. El nombre, poco dice.
Pero los muros sí se levantan, y no para separar el hambre, el dolor o la nostalgia de un paraíso destruido, sino, por el contrario, para acercar y ordenar el abismo en un sistema de rosas encadenadas.
Uso las manos, los labios; me aplasto contra la orilla de esas islas que atraviesan la niebla y que centran con su candente locura el hierro de mi corazón.
Los himnos interiores se apagan como inútiles hogueras que ya no pueden señalar el paso de ejércitos, tal vez destinados a derrotas tremendas, a bruscas aniquilaciones. De la ceniza se hace un tacto, un persistente tacto continuo, que pasa rozando junto al entrecejo. ¡Sí! Acaso no es todo sino un debatirse junto a la tapia del cementerio infinito, un ciego jadeo de frutas destrozadas.
La vigilancia del insecto, la gracia armada del pájaro, la delicada acometividad del pez, se usan, repiten hasta la línea gris que señala el momento en el que la golondrina agoniza…
El cielo ha desaparecido como en un túnel. La desnudez violenta del cielo ha sido destituida por otra desnudez menos amarga, menos dura, menos implacable. Junto a la mujer desnuda, la espada parece una hermana.
¡Pero no! ¡No, para siempre! Amo el regreso a la superficie del canto. Y amo aquella dulce Primavera que no sabe el profundo perfume de la tierra, y que gusta perderse en el aire celestemente herido, invadido de fidelísimas flores y enamorados arcángeles de seda.
Amo la claridad pequeña de mi natal paisaje y su cruel latido sin espejo. Amo su senda milagrosa y alta, donde mis ojos palpitan y arden como dos mariposas de verde nieve, y arden para decirme que yo, desde el principio del mundo, no podía ser sino yo mismo; aquel doncel de plata que está sobre una cumbre.

JUAN EDUARDO CIRLOT

Poema en prosa incluido en el libro En la llama (Siruela, edición de Enrique Granell; Madrid,
2005).


Foto: http://www.ucm.es/

mayo 09, 2009

LAUTRÉAMONT

Isidore Ducasse, más conocido como el Conde de Lautréamont (Montevideo, 4 de abril de 1846 – París, 24 de noviembre de 1870), es una de las figuras más enigmáticas y brillantes de la literatura francesa. Era hijo de un diplomático. Los hermanos Gómez de la Serna (Ramón y Julio) divulgaron y tradujeron al español Los cantos de Maldoror. Los surrealistas franceses ensalzaron la breve obra (sólo dos libros) de Lautréamont. Convirtieron una frase de Ducasse en el lema del grupo: “Bello como el encuentro fortuito, sobre una mesa de disección, de una máquina de coser y un paraguas”.





Un elogio de las matemáticas en Los cantos de Maldoror:

¡Oh severas matemáticas! No os he olvidado desde que vuestras sabias lecciones, más dulces que la miel, penetraron en mi corazón, como una oleada refrigerante; aspiraba yo instintivamente desde la cuna a beber en vuestra fuente, más antigua que el sol, y sigo aún pisando el atrio sagrado de vuestro templo solemne, como el más fiel de vuestros iniciados. Había vaguedad en mi espíritu, un no sé qué espeso como humo; pero supe subir religiosamente las gradas que conducen a vuestro altar, y habéis disipado ese velo oscuro, como el viento disipa las humaredas. Colocasteis en su lugar una frialdad excesiva, una prudencia consumada y una lógica implacable. Por medio de vuestra leche fortaleciente, mi inteligencia se ha desarrollado rápidamente, tomando proporciones inmensas en medio de esa claridad arrebatadora que dais como presente, con prodigalidad, a los que os aman con un amor sincero. ¡Aritmética!, ¡Álgebra!, ¡Geometría!, ¡Trinidad grandiosa!, ¡Luminoso triángulo! ¡El que no os ha conocido es un insensato! Merecía sufrir los mayores suplicios porque hay algo de desprecio ciego en su ignorante despreocupación; pero el que os conoce y aprecia no desea ya los bienes terrenales; se contenta con vuestros goces mágicos, y transportado sobre vuestras alas sombrías, no desea ya más que elevarse en un vuelo ligero, construyendo una hélice ascendiente hacia la bóveda esférica de los cielos. La tierra no les muestra más que ilusiones y fantasmagorías morales; pero vosotras, ¡oh matemáticas concisas!, con el encadenamiento riguroso de vuestras proposiciones tenaces y la constancia de vuestras férreas leyes, hacéis brillar, ante sus ojos deslumbrados, un intenso reflejo de esa verdad suprema cuya huella se advierte en el orden del universo. Pero el orden que os rodea representado sobre todo por la regularidad perfecta del cuadrado, el amigo de Pitágoras, es aún más grande porque el todopoderoso se ha revelado por completo, personalmente y en atributos, en ese trabajo memorable que consistió en arrancar, de las entrañas de caos, vuestros tesoros de teoremas y vuestros magníficos esplendores. En los tiempos antiguos y en los modernos, más de una gran imaginación humana vio aterrado su genio ante la contemplación de vuestras figuras simbólicas trazadas sobre el papel llameante como otros tantos signos misteriosos, vivos con un hábito latente, que no comprende el vulgo profano y que no eran sino la revelación deslumbradora de axiomas y de jeroglíficos eternos, que han existido antes del universo y que le sobrevivirán. Pregúntase ella, inclinada sobre el precipicio de un signo de interrogación fatal, por qué las matemáticas contienen tantas grandezas imponentes y tanta verdad incontestable, en tanto que si las compara con el hombre, no encuentra en éste más que falso orgullo y falacia. Entonces ese espíritu superior entristecido y a quien la familiaridad noble de vuestros consejos para sentir más aún la pequeñez de la humanidad, y su locura incomparable, reclina su cabeza, encanecida, sobre una mano descarnada y permanece absorto en las meditaciones sobrenaturales. Se postra de rodillas ante vosotros y su veneración rinde homenaje a vuestro divino rostro como si lo rindiese a la propia imagen del todopoderoso. Durante mi infancia aparecisteis ante mí una pradera verdeante, en las orillas de un límpido arroyo, iguales las tres en gracia y en pudor, llenas las tres de majestad como unas reinas. Disteis unos pasos hacia mí con vuestro largo vestido, flotante como un vapor, y me atrajisteis hacia vuestros altivos senos, como a un hijo bendecido. Entonces acudí veloz, crispadas mis manos sobre vuestra blanca garganta. Me nutrí, reconocido, con vuestro maná fecundo y sentí que la humanidad se engrandecía en mí, tornándose mejor. Desde ese día ¡oh diosas rivales! no os he abandonado. Desde ese día, ¡cuántos proyectos enérgicos, cuántas simpatías, que creí haber grabado sobre las páginas de mi corazón como sobre mármol, no han desvanecido lentamente de mi razón desengañada, las líneas de su contorno, como el alba naciente desvanece las sombras de la noche! Desde ese día he visto a la muerte con la intención, visible a simple ojo, de poblar las tumbas, devastar los campos de batalla, cebados con sangre humana y hacer brotar flores matinales sobre las fúnebres osamentas. Desde ese día he asistido a las revoluciones de nuestro globo; los temblores de tierra, los volcanes, con su lava abrasadora, el simún del desierto y los naufragios de la tempestad han tenido mi presencia por espectadora impasible. Desde ese día he visto varias generaciones humanas elevar por la mañana sus alas y sus ojos hacia el espacio, con la alegría inexperta de la crisálida que saluda su última metamorfosis y morir al atardecer, antes de la puesta de sol, inclinada la cabeza, como flores marchitas que mece el silbido quejumbroso del viento. Pero vosotras permanecéis las mismas siempre. Ningún cambio, ningún aire pestilente roza las rocas escarpadas y los valles inmensos de vuestra identidad. Vuestras pirámides modestas durarán todavía más que las pirámides de Egipto, hormigueros levantados por la estupidez y la esclavitud. El fin de los siglos verá aún, de pie sobre las ruinas del tiempo, vuestras cifras cabalísticas, vuestras ecuaciones lacónicas y vuestras líneas esculturales, sentarse a la diestra vengadora del todopoderoso, en tanto que las estrellas se hundirán como desesperación, como trombas, en la eternidad de una noche horrible y universal y la humanidad, gesticulante, pensará en ajustar sus cuentas con el juicio final. Gracias por los servicios innumerables que me habéis hecho. Gracias por las singulares cualidades con que habéis enriquecido mi inteligencia. Sin vosotras, en mi lucha contra el hombre, hubiera podido ser vencido. Sin vosotras me hubiese hecho rodar por la arena y besar el polvo de sus pies. Sin vosotras con pérfida garra, habríame desgarrado la carne y los huesos. Pero he estado siempre en guardia como un atleta experto. Me proporcionasteis la frialdad que se desprende de vuestras sublimes concepciones, exentas de pasión. Me serví de ella para rechazar desdeñosamente los goces efímeros de mi breve viaje y para apartar de mi puerta los ofrecimientos amables, pero engañosos, de mis semejantes. Me inculcasteis la prudencia tenaz que se lee a cada paso en vuestros métodos admirables del análisis, de la síntesis y de la deducción. Me serví de ella para frustrar las arterias perniciosas de mi enemigo mortal, para atacarle a mi vez con destreza, y hundir, en las vísceras del hombre, un puñal agudo que permanecerá para siempre clavado en su cuerpo, porque es una herida de la que no se curará. Me disteis la lógica que es como el alma misma de vuestras enseñanzas, llena de sabiduría; con sus silogismos, cuyo complicado laberinto es por eso mismo más comprensible; mi inteligencia sintió aumentar en el doble sus audaces fuerzas. Con ayuda de ese terrible auxiliar descubrí en la humanidad, nadando hacia las costas, frente al arrecife del odio, la maldad negra y horrorosa, sumida en medio de miasmas deletéreos, admirándose el ombligo. Fui el primero en descubrir, entre las tinieblas de sus entrañas, ese vicio nefasto ¡el mal! Superior en él al bien. Con este arma envenenada que me prestasteis, arrojé de su pedestal, levantado por la cobardía del hombre, ¡al propio creador! Rechinó los dientes y sufrió esta injuria infamante porque tenía por adversario a alguien más fuerte que él. Pero le dejaré a un lado, como un paquete de cordeles, con objeto de rebajar mi vuelo… El pensador Descartes hacía una vez la reflexión de que no se había construido nada sólido sobre vosotras. Era un modo ingenioso de dar a entender que el primer advenedizo no podía descubrir de buenas a primeras vuestro valor inestimable. En efecto, ¿hay algo más sólido que las tres cualidades principales ya enumeradas que se elevan, entrelazadas como una corona única, sobre el pináculo augusto de vuestra arquitectura colosal? Monumento que aumenta incesantemente con descubrimientos cotidianos, en vuestras minas de diamantes y con exploraciones científicas, en vuestros soberbios dominios. ¡Oh matemáticas santas, quiera dios que podáis, por medio de vuestro comercio perpetuo, consolar al resto de mis días de la maldad del hombre y de la injusticia del omnipotente!

LAUTRÉAMONT
Traducción: Julio Gómez de la Serna (completada por Manuel Serrat y Henriette Viguié). Guadarrama / Punto Omega; Madrid, 1982.

Foto: wordpress.com