mayo 18, 2012

Había piel y pelo sobre el asfalto
pegado al alquitrán.
Trozos de carne y sangre negruzca
se extendían por la carretera
mientras los coches pasaban
uno tras otro.
Eran fragmentos de gato
restos dispersos
sobre la grava

María Jesús Silva

1 comentario :

Tesa Medina dijo...

Que mejor que una poesía a modo de responso para ese gato callejero o perdido en el que casi nadie repara.

Ya no es sólo asfalto, pelo y carne negriuzca, porque tú has pensado en que antes era un gato, seguramente bello.

Que tiernos los gatitos de la foto!

Un abrazo, Ada.