mayo 09, 2012

JOYONED Y EL BARBERO

El santo Joneyed acudió a La Meca vestido de mendigo. Estando allí, vio cómo un barbero afeitaba a un hombre rico.
Al pedirle al barbero que le afeitara a él, el barbero dejó inmediatamente al hombre rico y se puso a afeitar a Joneyed. Y al acabar no quiso cobrarle. En realidad, lo que hizo fue dar además a Joneyed una limosna.
Joneyed quedó tan impresionado que decidió dar al barbero todas las limosnas que pudiera recoger aquel día. Sucedió que un acaudalado peregrino se acercó a Joneyed y le entregó una bolsa de oro. Joneyed se fue aquella tarde a la barbería y ofreció el oró al barbero.
Pero el barbero le gritó: «¿Qué clase de santo eres? ¿No te da vergüenza pretender pagar un servicio hecho con amor?»
A veces se oye decir a la gente. "Señor, he hecho mucho por Ti. ¿Qué receompensa me vas a dar?":
 
ANTONY de MELLO

2 comentarios :

Tesa Medina dijo...

Lástima que haya cada vez menos barberos como el de este cuento.

Además no esperar recompensa por lo que crees hacer bien te libra de la frustración y te procura sorpresas cuando, sin esperarlo, te sientes recompensado.

Un abrazo, Ada.

Carmela dijo...

Qué grande el barbero!!!!
Cierto.Lo hecho con amor no tiene precio.Éso no lo sabía el santo.
Muy bueno!!