noviembre 30, 2012



Día doscientos cinco

Salto de bitácora en bitácora. Busco buena literatura. Y la hay, pero también es cierto que los malos blogueros son legión: literatura de la marginalidad; crítica literaria hecha a mayor gloria publicitaria del autor, escritores jóvenes, en su mayoría, que creen en la exhibición permanente de sus manías, sus complejos, su, en el fondo, tierna aspiración a la fama. La ciberfama de un ego delimitado por la pantalla de plasma, aspirantes a escritores cuyas virulentas opiniones y juicios literarios están en proporción inversa a los golpes que aún no han recibido, esa letra pequeña del contrato con la vida que, tarde o temprano aplica sus cláusulas para domar a los gorilas jóvenes de la manada. Para mí tengo que a fin de alcanzar cierto nivel de comprensión hace falta una suerte de inteligencia que no siempre se lleva en el carácter. A veces los golpes que propina la vida son puñetazos al aire. Boxeo de salón. Sombras que se limpian la sangre que mana del tabique roto de la nariz. Golpes que sólo consiguen incrementar la ceguera.

JUAN GRACIA ARMENDÁRIZ
De su libro PIEL ROJA. Editorial Demipage, 2012

1 comentario :

josef dijo...

Ciertamente, una buena y casi exacta observación. Coincido en muchos aspectos. Yo también soy un joven escritor cincuentañero...

Un saludo.