ARTE DE AMAR
Me llorase sincera con sus lágrimas,
antes de que Fortuna cambiara por completo
dejándome a su paso fuego y muerte
-no hay cabalgada que valga sin fuego
ni muerte a quien sus huestes intimiden-;
y me hiciese odre de su vino amargo
una vez que mi espíritu descanse,
mezcla de Azar y de completo olvido,
a decir de los sabios;
oh Amor, consumir aquel feliz sosiego,
ser el humo que asciende,
la regeneración en nuestras vidas,
agua sobrante sobre tierra como alimento
ALFREDO RODRÍGUEZ
De su libro Ritual de combatir desnudo
Fotografía: Humberto Rivas
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