octubre 05, 2013


Lo que más me reconcilia con mi propia muerte es la imagen de un lugar en el que tus huesos y los mios sean sepultados, tirados, desenterrados juntos. Allí estarán desperdigados en confuso desorden. Una de tus costillas reposa contra mi cráneo. Un metacarpio de mi mano izquierda yace dentro de tu pelvis. (Como una flor, recostado en mis costillas rotas, tu pecho.) Los cientos de huesos de nuestros pies, esparcidos como la grava. No deja de ser extraño que esta imagen de nuestra proximidad, que no representa sino mero fosfato de calcio, me confiera un sentimiento de paz. Pero así es. Contigo puedo imaginar un lugar en donde ser fosfato de calcio es suficiente.

John Berger
De su libro Páginas de la herida
Imagen de la web cristales de fosfato de calcio

2 comentarios :

Tesa Medina dijo...

Lo que más me gusta de este texto es que aunque habla de la muerte lo hace desde el humor, un humor sutil.

Un beso,

Anónimo dijo...

No veo que hable de la muerte, para mí habla del amor y el cariño. Gracias por un texto que representa un sentimiento que no siempre se expresar adecuadamente a mi pareja. (eva)