enero 17, 2011


TIEMPO APLAZADO

En el invierno, me dejo adormilar mientras fuera nieva y todo es blanco. Los sueños tienen esa mezcla de pesadilla gris que se aposta cerca de un vaso de té, del que voy bebiendo sorbos hasta que se queda frío. Me envuelvo entre las mantas heladas y cubro las manos con las mangas del pijama, las aprieto contra los puños que resultan ser cuchillas que cortan las venas despacio. Así muero un poco durante la noche, mecida entre sombras que no reconozco y me engañan para llevarme más allá de la ventana, por la que observo cómo sigue nevando. Durante el día tomo vino y como hojas de lechuga, a veces patatas y algo de pan. Algunas mañanas hay una playa, puedo pasear y las olas me calientan los pies. Leo poemas que no sé quién los ha escrito, ni lo que significan. Cuentan un trozo de vida de alguien que no reconoce lo que es vivir. La noche vuelve puntual, nevada, entre el compás del viento helando las mantas que están por cubrirme y el pijama que recupera sus cuchillas para desangrarme de nuevo.

Todo ocurre en un tiempo de espera, mientras vivo aquí sola, en algún lugar que no me pertenece, que se disfraza con la distancia entre el pasado y el futuro.

María Jesús Silva

5 comentarios :

Mos dijo...

Me ha gustado este texto tan personal, introspectivo y, a la vez, onírico.
Es el letargo personal ante el invierno. Es hibernar los sentimientos y dejarlos para los primeros rayos de la primavera. Es dejar pasar el tiempo y esperar. Aunque vengan pesadillas nocturnas. Aunque fluyan soledades y recuerdos.
Aunque sea una lenta agonía esperando al futuro.
Siempre, siempre brotan las hojas de los árboles.
Siempre, siempre se disipa la niebla con la fuerza del sol.

Un abrazo de Mos desde su orilla.

SONIA FIDES dijo...

"Durante el día tomo vino y como hojas de lechuga, a veces patatas y algo de pan. Algunas mañanas hay una playa, puedo pasear y las olas me calientan los pies." Costumbrismo feroz, del que cala. Más precisa cada vez, Mª Jesús. La atmósfera contagia y te aprisiona y te hace vivir dentro de este texto, te obliga a ser el personaje. Gracias por compartirlo y por esas medidas de seguiridad que poco a poco vas imponiéndole a cada una de tus palabras.
Besos súper.

Tesa Medina dijo...

Ese tiempo-limbo donde hibernamos esperando el pistoletazo de salida que nos vuelva a conectar a la pasión y al compromiso de vivir la vida y no dejar que ésta nos pase por delante mientras no cobijamos entre las mantas frías de los miedos y cerramos los puños para cortar el flujo de la sangre y simular que nos morimos lentamente, aunque con un ojo abierto y el óido atento esperamos el roce liberador de la playa en nuestras plantas heladas.

Ada, el texto tiene una prosa poética muy potente, desnuda, pero muy evocadora y bella. Me he quedado con ganas de más, de mucho más.

Un abrazo

Anónimo dijo...

El peso del pasado son piedras en el camino, lo describes muy bien en 'la noche vuelve puntual', hay 'cosas' que no se rinden y jamás abandonan. Pero el camino está ahí.
Triste. Bello.
A.

La mirada del mono dorado dijo...

Si,bastante carga poetica, se nota de donde comen tus ideas.
bastante triste, pero estoy de acuerdo con que tambien bello.