diciembre 14, 2009


Si no esperase nada
no habría decepción,
pero espero que agites tus manos
y me digas adiós mientras me alejo
con frío,
por la delgada línea de hierro.

Me decepciono
cuando me abandonas
bajo el edredón
y vuelves a dormir.

Mi tren arranca
y se baten las manos sin rostro
que no son las tuyas
que no conozco.

Texto y fotografía
: María Jesús Silva

7 comentarios :

SONIA FIDES dijo...

Efectivamente, Mª Jesús, entre el sueño y la realidad existe todo. Cada vez más afilada.

Un abrazo.

Luisa dijo...

La decepción forma parte de las relaciones. Esperar algo de un alguien es, hoy por hoy, demasiado. Luego están aquellos de los que nada se espera y te sorprenden. Cómo es el mundo, cada vez más plano y extraño. Menos mal que existen geografías por habitar que están deseando ser parte de nuestro paisaje.

Buen poema para un día blanco y frío, Ada.

Un beso.

Baco dijo...

El frío trasciende las palabras para llegar los labios.
Tan solo un gesto, una mirada, y todo podría haber sido diferente.
Muy Ada, este mordisco polar.
Bxs

Anónimo dijo...

muy triste, muy triste me parece el poema, un abandono en toda regla, el peor de los abandonos, el cercano, el cotidiano, ese en el que las manos pierden el rostro, por que no se reconoce a quien se dice adiós, se ha convertido el ser más cercano en el extraño más próximo... muy bueno, me gusta cómo escribes

un beso, agarrándote la cintura y contra la pared

tejoloko

Ángel Muñoz dijo...

muy bello ada, y la foto me guta, llega, transmite, un abrazo.

trovador errante dijo...

Esperar tiene esas cosas, que salen poemas y sueños que se estrellan contra la realidad.

Un abrazo Mª Jesús

Mos dijo...

Muy Ada este poema. Tras una decepción surge la herida, el abatimiento. Después debieran venir nuevas esperanzas, nuevas ilusiones. Por suerte, hay muchos trenes que coger, muchos destinos, otras manos que esperen el regreso.

Muy poema de invierno. Los mejores viajes se hacen en primavera.

Un abrazo de mos desde la orilla.