ALGODÓN DE AZÚCAR DONDE REPOSAR LAS TARDES
Llevo un tiempo observando a Holly. Duerme mucho, casi no hace ejercicio y come poco. Al atardecer, se levanta del pequeño sofá despojándose de su manta amarilla. Se encamina bostezando hacia la librería, donde están atrapados los libros, los apuntes, las fotocopias, todo colocado dentro de un desorden escrupuloso que sólo yo entiendo.
Cuando está tan cerca como para poder tocar los libros, se queda mirándolos sin parpadear, reconociendo los cantos expuestos a los ojos. Entonces se endereza, pasa de largo por la sección de novelas, cruza por los cuentos -aunque hace amago de pararse, al final continúa-, salta por los ensayos y llega a la sección de poesía, donde se detiene y contempla los ejemplares mucho rato. Saca uno, lo huele, lo mordisquea suavemente, le clava los ojos y va en busca de otro. Este tiene la cubierta rosa, lo acaricia, lo mira, se tumba y ronronea apoyando las patas delanteras sobre él, lo roza con el hocico y recuesta la cabeza en la página abierta. Cuando se desprende del libro, lo lame, le da bocaditos blandos, le premia con un miau suave, casi silencioso. Luego, vuelve lentamente a su manta y observa de reojo el estante de poesía, hasta mañana, parece decir en un maullido largo. Creo que Holly es poeta y sus sueños se han vuelto locos y dulces, algodón de azúcar donde reposar las tardes.
Por la noche, al quitarme el jersey que abandono sobre la cómoda, se acerca y va tirando de las medias en las que se envuelve, se enrreda en la falda que arrastra hasta el suelo ronroneando. Cuando me arrulla el camisón, salta a la cama, se cuela en el edredón, en los olores de la noche y se abriga a mi lado. Me recita los versos que ha aprendido en la tarde, en los que yo me rindo cansada y dejo mecer mi sueño.
Llevo un tiempo observando a Holly. Duerme mucho, casi no hace ejercicio y come poco. Al atardecer, se levanta del pequeño sofá despojándose de su manta amarilla. Se encamina bostezando hacia la librería, donde están atrapados los libros, los apuntes, las fotocopias, todo colocado dentro de un desorden escrupuloso que sólo yo entiendo.
Cuando está tan cerca como para poder tocar los libros, se queda mirándolos sin parpadear, reconociendo los cantos expuestos a los ojos. Entonces se endereza, pasa de largo por la sección de novelas, cruza por los cuentos -aunque hace amago de pararse, al final continúa-, salta por los ensayos y llega a la sección de poesía, donde se detiene y contempla los ejemplares mucho rato. Saca uno, lo huele, lo mordisquea suavemente, le clava los ojos y va en busca de otro. Este tiene la cubierta rosa, lo acaricia, lo mira, se tumba y ronronea apoyando las patas delanteras sobre él, lo roza con el hocico y recuesta la cabeza en la página abierta. Cuando se desprende del libro, lo lame, le da bocaditos blandos, le premia con un miau suave, casi silencioso. Luego, vuelve lentamente a su manta y observa de reojo el estante de poesía, hasta mañana, parece decir en un maullido largo. Creo que Holly es poeta y sus sueños se han vuelto locos y dulces, algodón de azúcar donde reposar las tardes.
Por la noche, al quitarme el jersey que abandono sobre la cómoda, se acerca y va tirando de las medias en las que se envuelve, se enrreda en la falda que arrastra hasta el suelo ronroneando. Cuando me arrulla el camisón, salta a la cama, se cuela en el edredón, en los olores de la noche y se abriga a mi lado. Me recita los versos que ha aprendido en la tarde, en los que yo me rindo cansada y dejo mecer mi sueño.
Texto: María Jesús Silva
Imagen: María Quintana
8 comentarios :
¡Felicidades, Holly! Hay qué ver cómo pasa el tiempo. Un año ya. Me alegro. Espero que cumpla muchos más, y que tú disfrutes de su compañía.
Precioso texto.
Un beso, Chusa, que pases buen verano.
Felicidades para Holly! que tiene tan buen gusto y elige sus lecturas y te premia con su ronroneo suave y, seguro, que se pega a tu cuerpo a la mínima oportunidad.
Que te voy a decir, adoro a los gatos y a los poetas, así que este bello texto me llega por partida doble.
Procura sacar ratos entre trabajo y trabajo para hacer sólo lo que te apetezca.Calidadz de descanso, lo llamo yo.
Mímate mucho, un abrazo, Ada, y un achuchoncito para Holly, que está preciosa.
Las minas se entienden, ya se vé.
Arrullos y caricias para las dos.
Precioso y dulce recorrido por una mirada especial, una oda a la poesía desde la ternura.
Un abrazo
Marian
Felicidades a la ya no tan pequeña Holly. Parece que fue ayer cuando saltaba de sillón en sillón en acitud felna de ataque...
Precioso texto, me ha encantado.
Mil gracas por la foto.
Un fuerte beso a las dos.
MARÍA
Dicen que los animales terminan pareciéndose a sus dueños. Por eso, es probable que Holly tenga alma de poeta y disfrute tanto como tú con los versos apilados en los libros.
Precioso texto y un buen regalo para Holly volcar estas palabras desde la ternura; tu ternura.
Feliz verano y hasta siempre.
Un abrazo de Mos.
Muchas gracias a todos por vuestras felicitacioes. Espero seguir cumpliendo más años y recibiendo vuestro calor y vuestra caricia.
Muchos besos.
Holly
Muchas felicidades para Holly y besos con abrazos para ti. Que las vacaciones os traigan brisa con olor a hierbabuena.
Nos vemos pronto.
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