julio 07, 2009

JAVIER ASIÁIN





Javier Asiáin (Pamplona, 1970) ha publicado los volúmenes de poemas Mientras llega la paz (Ayuntamiento de Pamplona, 1995), Nueve poetas Nueve (Aula de Literatura de la Casa de la Juventud; Pamplona, 1997), Efectos personales (Gobierno de Navarra, 2002), Desde las ondas (Gobierno de Navarra, 2003), Anatomía enferma (Ayuntamiento de Madrid, 2004), Votos perpetuos (Celya; Salamanca, 2006), Simulador de vuelo (Celya; Salamanca, 2007) y Testamento de la espiga (Bilaketa; Aoiz, 2008).

Un poema:



CONTRAANÁLISIS
(Credenciales del escualo)

“Me pongo a mí por testigo
de mi ceguera, de mi larga ceguera”

CHANTAL MAILLARD

Yo soy el hombre condecorado
El que pasea sus perros de furia
y a sus espaldas cobija un violín melancólico
El caimán cinético subido a su carrocería triste
a su amasijo elemental que lo traslada
con la piedra de afilar el odio prendida entre los dientes
y su llave del dolor tirando hacia la tierra
los músculos trapecios y las vértebras blandas

Yo soy el hombre que se abriga
el de las vísceras del frío
el del párpado motriz alimentando la inercia
de su difunto contiguo
con un corazón en el centro de la herrumbre
y un torrente encrespado como de aves de extrañeza
sobrevolando la supremacía de la especie
El tipo perfumado que dormita en los regazos de los puentes
y se fuma la desidia hasta su filtro para reproducir el vómito
y la sed
y el vértigo y la angustia de crecer en la hemiplejía de las hélices

Yo soy el francotirador concéntrico
con sus dardos vehementes en el lecho tibio
El mismo que maquilla cada noche sus crespones
atenuantes
se yergue y sonríe en complacencia
y vuelve a sonreír y vocaliza y retrocede hasta su ayuno
hasta su vértice en fricción que le acompasa el alma
de caldo concentrado de humus fehaciente
en donde amortiguar sin mancha el corte y la incisión
y la cirugía del miedo y el temor galvanizado
y la herida manando bajo las formas duras

Yo soy el niño que se afeita la pureza hasta su féretro
y se alinea en vertical y no ve el cielo
El orfebre minucioso moldeando la sílice temible
en su taller enfermo
los imanes candentes de la contradicción
la vasija frágil y preciosa y frágil y otra vez preciosa
que termina en alto y en descuido y
en palabra aproximada a la conciencia

Soy el predador del éxito
que naufraga en la trombosis de la cifra y la dioptría
El de los labios convalecientes y el beso domesticado
El pontífice terrible
que cepilla a diario su ortodoncia fúlgida
y esconde bajo los pies una lluvia dulce
de agujas hipodérmicas y penúltimas intenciones
El pez que ríe en su porción de lágrima
El que chapotea en el aplauso
El que muere en la inmersión sin zambullirse

Acaso el testigo final de esta ceguera

El poema inmolado en el poema

JAVIER ASIÁIN

2 comentarios :

Marian Raméntol dijo...

Siempre es un placer pasear por este espacio, donde se concentra tan buena literatura. Gracias una vez más Mª Jesús, por traernos a poetas de esta talla.

Un abrazo
Marian

María Jesús Siva dijo...

No se merecen.
Gracias por volver.
Besos.