Francisco Umbral (Madrid, 1932 – Boadilla del Monte, 2007) destacó como periodista, pero también publicó una novela, Mortal y rosa, que muchos lectores sitúan entre las más bellas y conmovedoras escritas en español en el siglo XX. Describe su experiencia de dolor ante la enfermedad de su hijo, “Pincho”, que falleció de leucemia cuando tenía seis años. Otras de sus obras destacadas: Larra, anatomía de un dandy (1965), Lorca, poeta maldito (1968), El Giocondo (1970), Memorias de un niño de derechas (1972), Las ninfas (1975), El hijo de Greta Garbo (1977), Los helechos arborescentes (1988), La leyenda del césar visionario (1992), Un ser de lejanías (2001).
Un fragmento de Mortal y rosa:
Mira el pasado lento, su obstinación de ola, mira el volver de todo con fósforo en los dientes, mira el verano negro, alto como un planeta, cuando el puñal del pecho canta sin esperanza. Quiero decir con esto que la verdad del ave no es el cristal quebrado de su llamada pura, sino la gota ciega, quieta como un pronombre, con que la muerte pulsa páginas de silencio. Debes cuidar entonces, cuando el espejo gime, la perfección del aire, terso como el futuro, y desflorar despacio, con luz entre los ojos, a la criatura agreste de garras y de llanto. Porque ha pasado el tiempo húmedo y misterioso de venerar el fondo sagrado de los vasos y ha llegado el momento de proclamar con odio la eternidad de un cuerpo claro entre las espadas.
FRANCISCO UMBRAL
Fragmento de Mortal y rosa (Destino; Barcelona, 1979).
Imagen: elmundo.es
Un fragmento de Mortal y rosa:
Mira el pasado lento, su obstinación de ola, mira el volver de todo con fósforo en los dientes, mira el verano negro, alto como un planeta, cuando el puñal del pecho canta sin esperanza. Quiero decir con esto que la verdad del ave no es el cristal quebrado de su llamada pura, sino la gota ciega, quieta como un pronombre, con que la muerte pulsa páginas de silencio. Debes cuidar entonces, cuando el espejo gime, la perfección del aire, terso como el futuro, y desflorar despacio, con luz entre los ojos, a la criatura agreste de garras y de llanto. Porque ha pasado el tiempo húmedo y misterioso de venerar el fondo sagrado de los vasos y ha llegado el momento de proclamar con odio la eternidad de un cuerpo claro entre las espadas.
FRANCISCO UMBRAL
Fragmento de Mortal y rosa (Destino; Barcelona, 1979).
Imagen: elmundo.es
1 comentario :
Me encantó "Mortal y rosa".
Un libro a releer.
Un beso
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