El poeta y académico Pere Gimferrer (Barcelona, 1945), Premio Nacional de las Letras Españolas en 1998, empezó escribiendo sus poemarios en castellano: Mensaje del Tetrarca (1963), Arde el mar (1966), La muerte en Beverly Hill (1968), Extraña fruta y otros poemas (1969). En 1970, con Els miralls, comenzó a usar la lengua catalana para componer sus libros de versos. Otros títulos suyos en este idioma: Hora foscant (1972), Foc cec (1973), L’espai desert (1977), El vendaval (1988), La llum (1991), Mascarada (1996), L’agent provocador (1998), El diamant dius l’aigua (2001). Es también autor de la novela Fortuny (1983), de los volúmenes ensayísticos Lecturas de Octavio Paz (1980), Los raros (1985) y Cine y literatura (2000), así como de los dietarios Dietari (1979-1980) y Segon dietari (1980-1982). En 2006 editó un poemario escrito originariamente en castellano, Amor en vilo, y el relato Interludio azul. En 2008, de nuevo en español, otro libro de poemas: Tornado.
Un poema de Gimferrer en catalán y dos versiones en castellano:
VIGÍLIA
I no poder ja mai més dir
la copa, el casc, aquella cosa
llençada als vidres, una nosa
d’imatges inútils d’ahir.
Cap estavellament de lli
no dirà el color de la rosa
que aixafa a la pupilla closa
el triomf de llum d’un clarí.
No poder ja dir això mai més,
no poder veure a l’inrevés
el tremolar de la pell clara,
el llavi, els sucs, el ventre, el bes,
l’assalt dels cossos, i després
no pode dir tot això encara!
VIGILIA
Y no decir más, no poder,
la copa, el casco, aquella cosa
arrojada a los vidrios, traba umbrosa
de imágenes inútiles de ayer.
Ni el estallido de ningún jardín
dirá el color de aquella rosa
que aplasta en la pupila ansiosa
el triunfo de luz de algún clarín.
¡No poder nunca más ya decir eso,
no poder ver en el revés
el temblor claro de la piel,
el labio, el jugo, el vientre, el beso,
el asalto de los cuerpos, y después
no poder decir aún todo eso!
(Versión de Jaime Siles)
VIGILIA
Y nunca, nunca más poder
decir la copa, el casco, eso
que rompió el vidrio, inútil peso
de las imágenes de ayer.
Tras el velo rasgado nada
dirá los tonos de la rosa
que ciega la luz victoriosa
de un clarín en pupila ajada.
No poder ver en retroceso
el temblor claro de la piel,
y nunca más poder decirlo;
ni el labio, el jugo, el vientre, el beso,
los cuerpos al asalto; y, fiel,
¡no poder nunca repetirlo!
(Versión de Justo Navarro)
PERE GIMFERRER
Poema incluido en el libro El vendaval (Ediciones Península / Ediciones 62; Barcelona, 1988).
Traducciones: Jaime Siles y Justo Navarro.
Imagen: brown.edu
Un poema de Gimferrer en catalán y dos versiones en castellano:
VIGÍLIA
I no poder ja mai més dir
la copa, el casc, aquella cosa
llençada als vidres, una nosa
d’imatges inútils d’ahir.
Cap estavellament de lli
no dirà el color de la rosa
que aixafa a la pupilla closa
el triomf de llum d’un clarí.
No poder ja dir això mai més,
no poder veure a l’inrevés
el tremolar de la pell clara,
el llavi, els sucs, el ventre, el bes,
l’assalt dels cossos, i després
no pode dir tot això encara!
VIGILIA
Y no decir más, no poder,
la copa, el casco, aquella cosa
arrojada a los vidrios, traba umbrosa
de imágenes inútiles de ayer.
Ni el estallido de ningún jardín
dirá el color de aquella rosa
que aplasta en la pupila ansiosa
el triunfo de luz de algún clarín.
¡No poder nunca más ya decir eso,
no poder ver en el revés
el temblor claro de la piel,
el labio, el jugo, el vientre, el beso,
el asalto de los cuerpos, y después
no poder decir aún todo eso!
(Versión de Jaime Siles)
VIGILIA
Y nunca, nunca más poder
decir la copa, el casco, eso
que rompió el vidrio, inútil peso
de las imágenes de ayer.
Tras el velo rasgado nada
dirá los tonos de la rosa
que ciega la luz victoriosa
de un clarín en pupila ajada.
No poder ver en retroceso
el temblor claro de la piel,
y nunca más poder decirlo;
ni el labio, el jugo, el vientre, el beso,
los cuerpos al asalto; y, fiel,
¡no poder nunca repetirlo!
(Versión de Justo Navarro)
PERE GIMFERRER
Poema incluido en el libro El vendaval (Ediciones Península / Ediciones 62; Barcelona, 1988).
Traducciones: Jaime Siles y Justo Navarro.
Imagen: brown.edu
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