octubre 28, 2009

ALBERTO GARCÍA-ALIX

Alberto García-Alix (León, 1956). Premio Nacional de Fotografía en 1999, García-Alix expuso por primera vez en la Galería Buades en 1981.
Su obra recorre diversos países y es admirada en publicaciones como Vogue, British Journal of Photography o Vanity Fair. Destacan sus retratos en blanco y negro, con series dedicadas a las motos, los presos, las estrellas del porno, los yonquis y los tatuajes. Fue uno de los protagonistas más destacados de la llamada Movida madrileña. Amante de las motocicletas y de los retratos, sus cámaras Leica y Hasselblad han inmortalizado a importantes artistas nacionales e internacionales.

Los cambios sociales y culturales experimentados desde los años ochenta se plasman en su fotografía con una óptica autobiográfica y opuesta a los estereotipos
Este año el Museo Reina Sofía organizó una exposición del autor con el título De donde no se vuelve, un viaje por el pasado y el presente de García-Alix. La exposición pasaba también un audiovisual escrito y narrado por el propio autor.

Algunas frases que aparecen en el vídeo mezclándose con las fotografías:

-Camino cegado contra un sol poniente. Sobre mi cabeza, una tupida red de araña recorta el cielo. Cables, postes, miles de ramas de árboles negros y sus sombras...

-En esta luz que me deslumbra está escrito mi ayer. Los recuerdos y lo olvidado...

-Los excesos del pasado, morfina, pentazocina, palfium, dolantina, pentapón, sosegón, ampollas de clorhidrato mórfico, heroína... El limbo que antecede al infierno...

-El fracaso narcotizado no duele, tampoco el miedo... Noche y día, alimentamos un demonio por nuestras venas, años con la sonrisa muerta en las pupilas y el corazón desbocado. Anestesiamos amor y dolor...

-Qué apretado rencor es el tiempo...

-Sobre sombras rotas, libro un ajuste de cuentas...

-El amor y el dolor ante mí se besan con su mismo triste sonido...

-El primero en morir fue mi hermano Willy y la primera en nacer fue su hija Nuria...

-Sombras rotas. Letras chinas. Farolillos rojos...

-Me muevo hacia delante para atrapar mi propio tiempo y el tiempo va siempre hacia atrás... De donde no se vuelve...

-Bajo la luz de las tapias, todo lo bueno y lo malo. Bajo la luz de las tapias, todos nosotros obcecados en salir adelante. Bajo la luz de las tapias, el abismo de mis emociones, la lujuria, los eternos deseos, los silencios, los ruidos, las risas...

-Fernando, la noche que murió, mirándome fijamente, dijo: "Respirar... Un día más"...

-Un inmenso cementerio que también persigo con mis ojos... Este viaje sin vuelta comenzó en París. Llegué huyendo... Creía poder escapar... Coser mis heridas... Sacar fuerzas... Recomponerme... Rue de la Chapelle, escondido tras la ventana, vi irse los días con los nervios rotos...

-Me asomé al abismo de mi miedo... Desde París mi pánico es permanente, me invade en cualquier esquina, no sé dominarlo...

-He visto lo insondable del corazón absorto en la soledad de mis delirios. Mordí el corazón de un pájaro, pero mi alma mira, mira hacia delante...

-El alma de la fotografía es el encuentro, el retrato es un enfrentamiento...

-Delimito el espacio, decido el cómo y el dónde mirar...

-Si ayer fotografiaba silencios, hoy fotografío mi propia voz...

-Este viaje tejido sobre una memoria de luces, destellos, ilusiones ópticas, persigue una revelación, un puente sobre el abismo, un renacer constante. El aliento. Nos lleva al otro lado de la vida. Y allí atrapados en su mundo de luces y sombras, por fin domesticados, congelados. Al otro lado de la vida... De donde no se vuelve.

ALBERTO GARCÍA-ALIX, De donde no se vuelve
Imagen 1: el pais.com
Imagen 2: wordpress.com

1 comentario :

Baco dijo...

Estupendo post.
Cuando la persona se convierte en personaje, cuando vivir contra corriente es lo único que de verdad es vivir, cuando la heroína te atrapa te quema te absorbe y luego pasa de ti, cuando aquella máquina de juguete era lo único que le unía a la realidad, cuando su mirada se fijaba en rostros que a nadie interesaban porque preferían mirar para otro lado... cuando todo esto pasó será siempre escaso el reconocimiento.
bexos