Allen Ginsberg (Newark, New Jersey, 1926 – Nueva York, 1997) fue el líder de los poetas de la Beat Generation. De origen judío, portavoz de las protestas contra la guerra de Vietnam, heredero literario de Walt Whitman, alcanzó la celebridad con el libro Howl, prohibido en su país al poco de ser publicado y convertido después en himno generacional. En 1954 conoció al también poeta Peter Orlovsky, su amante durante décadas. Compartió escenarios con Bob Dylan o Jefferson Airplane, experimentó con alucinógenos y se interesó por la meditación budista. Obras más significativas: Aullido (1956), Kaddish y otros poemas (1961), Noticias del planeta (1968), Oda Plutoniana (1982).
Un poema:
CANCIÓN
El peso del mundo
es amor.
Bajo el fardo
de soledad,
bajo el fardo
de insatisfacción
el peso,
el peso que llevamos
es amor.
¿Quién puede negarlo?
En sueños
tienta
al cuerpo,
en mente
hace
el milagro,
en la imaginación
angustia
hasta nacer
en lo humano –
del corazón se asoma
ardiendo con pureza-
pues el fardo de la vida
es amor,
pero cargamos el peso
con fatiga,
y es preciso reposar
en los brazos del amor
por fin,
debemos reposar en los brazos
del amor.
No hay sosiego
sin amor,
no se duerme
sin sueños
de amor –
sea frío o demencial
obsesionado con ángeles
o máquinas,
el deseo final
es amor
- no puede ser amargo,
no puede negarse,
no puede impedirse
negándolo:
el peso es muy grande,
- debe darse
para no volver
como el pensamiento
hay que darlo
en soledad
con toda la excelencia
de su exceso.
Los cálidos cuerpos
brillan juntos
en la oscuridad
la mano avanza
hacia el centro
de la carne,
la piel tiembla
de felicidad
y el alma llena de placer
llega hasta el ojo –
sí, sí,
eso es lo que
yo quise,
siempre quise,
siempre quise,
regresar
al cuerpo
donde nací.
ALLEN GINSBERG
Un poema:
CANCIÓN
El peso del mundo
es amor.
Bajo el fardo
de soledad,
bajo el fardo
de insatisfacción
el peso,
el peso que llevamos
es amor.
¿Quién puede negarlo?
En sueños
tienta
al cuerpo,
en mente
hace
el milagro,
en la imaginación
angustia
hasta nacer
en lo humano –
del corazón se asoma
ardiendo con pureza-
pues el fardo de la vida
es amor,
pero cargamos el peso
con fatiga,
y es preciso reposar
en los brazos del amor
por fin,
debemos reposar en los brazos
del amor.
No hay sosiego
sin amor,
no se duerme
sin sueños
de amor –
sea frío o demencial
obsesionado con ángeles
o máquinas,
el deseo final
es amor
- no puede ser amargo,
no puede negarse,
no puede impedirse
negándolo:
el peso es muy grande,
- debe darse
para no volver
como el pensamiento
hay que darlo
en soledad
con toda la excelencia
de su exceso.
Los cálidos cuerpos
brillan juntos
en la oscuridad
la mano avanza
hacia el centro
de la carne,
la piel tiembla
de felicidad
y el alma llena de placer
llega hasta el ojo –
sí, sí,
eso es lo que
yo quise,
siempre quise,
siempre quise,
regresar
al cuerpo
donde nací.
ALLEN GINSBERG
Traducción: Marcos Ricardo Barnatán.
Poema incluido en Antología de la “Beat Generation” de Marcos Ricardo Barnatán (Plaza & Janés; Esplugas de Llobregat, Barcelona, 1977)
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