LLANTO
Un discípulo visitó un día a su maestro. Lo encontró llorando y se puso a llorar también más fuertemente aún.
Cuando dos amigos bromean, el que tiene buenos oídos ríe una sola vez, pero el sordo ríe dos veces, pues su primera risa no es sino una imitación. Ríe con todo el mundo sin entender. Después, cuando se le explica la causa de la hilaridad general, ríe por segunda vez.
Un imitador es como un sordo. Vive en el placer y la alegría sin saber lo que son el placer y la alegría. La luz del maestro se refleja en el corazón. La alegría del discípulo emana de la de su maestro. Los que creen que este estado le es propio son como un cesto de agua. Cuando se les saca del agua se dan cuenta que el agua pertenece al río.
YALÀL AL- DÍN RUMÍUn discípulo visitó un día a su maestro. Lo encontró llorando y se puso a llorar también más fuertemente aún.
Cuando dos amigos bromean, el que tiene buenos oídos ríe una sola vez, pero el sordo ríe dos veces, pues su primera risa no es sino una imitación. Ríe con todo el mundo sin entender. Después, cuando se le explica la causa de la hilaridad general, ríe por segunda vez.
Un imitador es como un sordo. Vive en el placer y la alegría sin saber lo que son el placer y la alegría. La luz del maestro se refleja en el corazón. La alegría del discípulo emana de la de su maestro. Los que creen que este estado le es propio son como un cesto de agua. Cuando se les saca del agua se dan cuenta que el agua pertenece al río.
Imagen: http://www.chukuruquai.com/
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