abril 08, 2009

DESCANSO

Nunca termino de acostumbrarme al sonido agudo del monitor que anuncia que la vida acabó. La línea delgada y horizontal revela un corazón plano después de cuarenta minutos de reanimación cardiopulmonar. Entonces comienza la retirada, se aparta el electrodo y el pitido se apaga. Se deshecha el tubo endotraqueal y la vena se coagula; la sangre ya es negra. Dentro del cuerpo todo es silencio: las células han dejado de regenerarse, las neuronas ya no transmiten, los riñones se necrosan, el hígado se hincha, la médula queda atrapada en el túnel protector... y la descomposición empieza a trabajar en una carrera loca y despiadada.
Hace unos minutos hablaba conmigo. Ahora no es nada, sólo un cuerpo cianótico, rígido, semi desnudo, de ojos vidriosos; nadie sabrá nunca lo que retienen sus pupilas.
La familia aparece, aturdida, ausente, no sabe qué hacer, dónde sentarse, hacia donde mirar; sólo espera. Primero el informe médico y algunos detalles de lo sucedido. Después la coordinación del equipo de trasplante, en este caso no es necesario: la causa de la muerte y los antecedentes del paciente invalidan los futuros órganos a donar. Ahora es el turno de la funeraria, ofrece sus mejores servicios: coche para el traslado, salas refrigeradas donde reposar las lágrimas con servicio de cafetería, ramos y coronas con bandas de raso. Todo cambia, para todos, en el curso de dos horas.
Mi turno termina. Me dirijo a los vestuarios con el pitido reventándome los tímpanos y el color morado instalado en mis ojos. Salgo a la calle, la primavera nos regala sus primeros abrazos de calor. Vuelvo a casa con una promesa de descanso. Al salir del parking un coche fúnebre me cede el paso. Arranco mientras conecto la radio.

Texto y fotografía: María Jesús Silva

9 comentarios :

Luisa dijo...

Muy bueno. Nos acercas con pasos calibrados a ese mundo desconocido que aparece tras el pitido infinito del monitor. A su geografía de signos. Totalmente descriptivo y visual, cargado de exactitud y un final que llama a la reflexión. Tiene el equilibrio perfecto en su estructura.

Un beso.

Anónimo dijo...

Texto muy visual,me ha gustado mucho,la foto me inspira el descanso tuyo y el descanso eterno.
Besos.Aitana

Tesa Medina dijo...

Es cierto que el relato es muy visual. Trata la muerte con la sencillez de la cronología de los hechos escuetos, un, dos, tres, antes estaba ya no estoy y la vida continúa.

Me gusta mucho. Para mi el dolor, el miedo... cuanto más desnudos más efectivos.

La foto:
La luz de la imagen la hace desoladora, un simple reflejo de sol y hubiera parecido relajante.

La muerte es un tema incómodo para nuestra sociedad, pero la muerte es la consecuencia de la vida.


Utiliza tu descanso para hacer lo que realmente te apetezca.

Mímate mucho, Ada, y achuchón para Holly

Anónimo dijo...

Yo tampoco termino de acostumbrarme... el sonido de la ùltima espiraciòn, la frialdad y palidez de la piel, su aspecto ceroso, la mirada perdida........
Por màs que lo intente, sigo sin poder contener las làgrimas.
Sé que forma parte del ciclo de la vida, pero es una parte que me entristece.

Tus textos siempre me conmueven.
Muchos besos desde Roma.
EVA

Baco dijo...

Sí, conecta la radio, sigue viviendo.
La muerte es nuestro único destino asegurado. cuesta, pero hay que asumirlo.

xxx

María Jesús Siva dijo...

Muchas gracias a todos.
La vida está llena de muertes y todas duelen.
Besos.

Mos dijo...

Has visualizado muy bien le muerte, el momento en que todo se apaga, el último aliento de vida. Algo a lo que cuesta acostumbrarse y digerir. Pero la vida sigue para el resto; como ese abrazo de sol primaveral que te saluda; como ese volver al descanso merecido, como esa radio que no para de gritar a través de las ondas.
Buen relato de la realidad que te (nos)rodea.
Un abrazo de Mos.

SONIA FIDES dijo...

Brutal, Ada, a veces la normalidad es más brutal que lo extraordiario. Las palabras exactas, las que hacen que el sentimiento se contagie.

Un abrazo.

Andrés Portillo dijo...

¡Tremendo, Ada! La vida y la muerte en un puñado de líneas, antes y después de una línea delgada y horizontal. Me gustó el juego del título, me gustaron los contrastes; el drama narrado con sencillez resulta más dramático. Y sí, la vida esta llena de muertes, pero también de primaveras, de besos y abrazos calidos.

Pues eso, un beso y un abrazo, y como siempre, un gustazo leerte.